jueves, 19 de julio de 2012

Ferradures al Museu del Traginer.


De las actividades previstas estas vacaciones para complementar el Trec(trabajo de investigación de bachillerato) de Ferradures, una muy agradable ha sido la visita a la colección Antoni Ros o Museo del Traginer (Arriero), en Igualada.
La colección consta de más de 4000 piezas que van desde una sencilla herradura hasta un magnifico carro siciliano policromado del SXVII.
Para amantes del mundo del transporte, del mundo equino, de la cultura rural y de los traginers (arrieros) en particular lo consideramos una visita obligada, tanto por la cantidad de elementos a descubrir, como por la calidad y excelente disposición de las distintas secciones que permiten una visita desde los orígenes del transporte terrestre hasta los sofisticados carruajes del siglo XIX y principios del XX.

La colección iniciada por el señor Antoni Ros i Castells un autentico traginer que llegó a conducir la famosa diligencia de Igualada y adquirió todos los arreos de la misma, que pueden verse en su correspondiente sala y que consiste en una guarnición para nueve caballos (ocho a la larga con pericón). Antoni Ros Ribarrubias, hijo del primero, la hizo crecer mediante una tenaz labor de búsqueda y recuperación de material no solo en Catalunya si no en muchas partes del globo.
Actualmente la tercera generación de la familia Ros, cuida de esta colección.

El museo con enclavado en una masía del SXVIII en pleno centro de Igualada, tiene una superficie de exposición de más de 1000 metros cu adrados en que se exhiben unas 2500 piezas de las más de 4000 que consta la colección.
Carro de carrera en el inicio del recorrido.
Esta organizado en seis salas repartidas en tres pisos, estas son:

1- Sala de los oficios del mundo arriero .
Iniciando el recorrido por la evolución del transporte terrestre desde las parihuelas anteriores a la invención de la rueda hasta un potente carro lanza y bolea capaz de llevar una carga de 4000 kgs. con un tiro de cuarta y pericón.
Continua con la sección de oficios en la que se hallan representadas:
La carretería; carpinteros constructores de carros y carruajes.
Herramientas de maestro carretero.
El tonelero, carpintero especializado en construcción de barriles y toneles.

El Guarnicionero, artesano constructor de guarniciones y arneses.

El curtidor, su labor consistía en convertir las pieles de animal en cuero que se usarían para la elaboración de guarniciones. Igualada era una de las capitales del curtido.

El espartero, era quien tejía fibras vegetales de esparto y cáñamo elaborando cuerdas, esteras alforjas y muchos otros utensilios de gran utilidad para los arrieros.

El herrador, Herrero especializado en la construcción y aplicación de las herraduras es un oficio imprescindible desde la invención de esta.

Hornillo para moldear las herraduras

El Menescal, actualmente el veterinario, es quien cuida de la salud de los animales.
La bolsa y algunos utensiolios del Menescal.
El mozo de cuadra, en establos grandes, es el encargado del cuidado de los animales estabulados.

El leñador, en nuestro caso se refiere al transporte de leña y troncos en el bosque con tiros animales.

El arriero de baste, es el que hacia el transporte en alforjas y bastes en caminos de herradura donde por su estrechez o gran pendiente, no era posible el transito de carruajes.
Sillas de los arrieros de baste.
La herrería, la construcción de llantas, ejes y apliques metálicos, era realizada por el herrero en la fragua. También abastecía de aros metálicos a los toneleros.
Todos estos oficios están magníficamente representados mediante sus herramientas.

2- Sala de Guarniciones.
En esta sala esta exhibida la guarnición de la diligencia de Igualada adquirida por Antoni Ros.
Ademas una magnifica colección de monturas, arreos, collarones, bridas y apliques.
La guarnición de la diligencia igualadina, origen de la colección.
3- Sala “dels Tres Tombs”
Documentación gráfica y audiovisual de esta bonita tradición que ha mantenido hasta hoy muchos de estos oficios y piezas, que de otra modo hubieran desaparecido irremisiblemente.

4-Sala de carros.
Los carros de transporte y servicio, hasta una carro bomba de bomberos, están representados en esta sala, también el carro siciliano del S.XVII y una magnifica colección de tartanas.

5- Sala de Carruajes.
El transporte de viajeros tanto público como privado se halla presente en la sala, desde un ómnibus, hasta un carruaje funerario, último transporte que puede realizarse.

La colección es magnifica, con una cuidadísima restauración y buena conservación.


6- Sala Antoni Ros.
El Sr. Antoni Ros Vilarubias, realizo numerosas esculturas en soldadura de hierro y otros elementos. En la sala junto a la cafetería se puede observar una magnifica trilladora.
Dada la amplitud de la muestra que daría para numerosas entradas, nos limitaremos en esta ocasión a una minúscula parte de la misma que da nombre a nuestro blog, y lo dejaremos de manos de ferradures:




La sección del herrador, por Ferradures.
En la sección de forja dedicada a herrajes, pudimos ver piezas difíciles de encontrar como el hiposandalo o los callos de buey, ademas de otros materiales y herramientas actualmente en desuso .

Herramientas de herrar:

1 Tenazas, utilizadas para quitar la herradura, cortar el casco y remachar los clavos.
2 Pujavantes o cuchillas inglesas antiguos, para rebajar casco.
3 Escofinas (una con mango de madera y la otra de doble canto) para igualar y pulir la base y la pared del casco.
4 y 6 Diferentes cuchillas y baciadores de casco.
5 Botaclavos: Empleado para aflojar la herradura introduciendo la punta entre el casco y el herraje y picando con el martillo.
7 Dos tipos diferentes de ganchos uno para recortar y el otro para vaciar casco.
8 Martillos franceses de diferentes tamaños para clavar los clavos, remachar y cerrar las pestañas de la herradura una vez puesta. El martillo usado para moldear la herradura suele ser mas largo de mango, pesado y de doble cabeza.

Hiposandalo
Herrajes y herraduras:

Hiposandalo: Como explicamos en uno de los primeros posts de este blog, el hiposandalo es uno de los antecesores de la herradura. Usado por las civilizaciones de la antigüedad se sujetaba al casco del animal mediante atalajes de cuero, los cuales eran introducidos por los agujeros forjados en esta.

Zapatos de mulo: Aunque los originales eran de esparto, ya bien entrado el siglo XX se fabricaron de neumático y no se utilizaban como herraje sino como complemento de este al adentrarse en el asfalto.
Zapatos de mulo

Herraduras de carretera: Son herraduras diseñadas para evitar resbalones del animal por carretera, las mas antiguas son de acero con diferentes relieves en la parte inferior para mejorar la adherencia al pavimento. Mas modernas son las que usan tacos o “ramplones” de vidia, que es el sustituto metálico del diamante en cuanto dureza. Las mas modernas son de caucho de neumático con alma de acero (herradura normal recubierta de goma dura), estas suelen llevar agujeros para acoplar tacos de vidia por si fuera necesario ya que en caso de lluvia o humedad, la goma es muy resbaladiza sobre el pavimento mojado.
Herraduras de carretera

Herrajes ortopédicos: Se utilizan para corregir enfermedades y deformaciones del casco. Se realizan a partir de plantillas de goma aplicadas entre el casco y una herradura o bien mediante herraduras especiales. Las herraduras ortopédicas aquí mostradas se utilizan en caballos cuyos talones estén dañados ya que al no aplicar en la pared del casco dañado ninguna presión, este crece mas deprisa regenerándose correctamente.

Herraduras cerradas: Las tres primeras de la imagen corresponden a herraduras ortopédicas que sirven para la corrección y regeneración del talón de la pezuña, la primera también sirve como soporte para la ranilla. Las tres ultimas son herraduras de carretera, cerradas en el talón para evitar resbalones. Fíjense que de estas tres, la segunda es de suela de goma y la cuarta tiene un tope en el talón usado como freno por si el caballo se patina, ya que todo el peso de este se apoya en el talón y así consigue evitar una fatal caída

Herraduras modernas: En esta fotografía se aprecian tres herraduras de aleación. Las dos primeras son herraduras para plantillas ortopédicas, la ultima es una herradura de carreras, aunque al ser tan ligera también se usa con fines ortopédicos.


La colección se completa con herraduras de distintas épocas, tamaños y animales, ya que cabe destacar una pareja de herraduras de poni y una pareja de callos de buey.

Finalmente cabe destacar que la Familia Ros tiene un restaurante en el mismo edificio, donde puede complementarse gastronomicamente la visita.


domingo, 8 de julio de 2012

Un tranvía en el reino de Hades.


Coche detranvía en la estación de Metro de  Odenplan

El paso del tiempo nos gasta divertidas jugadas. Al visitar un paisaje o una ciudad, y regresar mucho tiempo después, uno cree que todo seguirá inamovible en el punto donde lo dejamos la última vez. Nada más lejos de la realidad, en su fluir, el tiempo va modificando personas, objetos y paisajes de tal modo que al regresar, pocos de nuestros recuerdos se mantienen sin alteración.
Hace unas semanas nuestro amigo bloguero "El Bandero" publicaba en su Blog "red ferroviaria de Barcelona" dos interesantes entradas sobre el uso de las estaciones y túneles del Metro como refugios contra los bombardeos, de los que nuestra ciudad tuvo el triste honor de ser pionera. Esto me recordó un viaje en 1984 en que tuve la ocasión de visitar la hermosa ciudad de Estocolmo.
En 1984 era muy joven y aquel fue mi primer viaje al extranjero por motivos laborales, estuve en Suecia dos semanas y en el fin de semana intermedio la empresa tuvo la gentileza de llevarnos a un tour por la capital sueca.
El acceso de una de las impresionantes estaciones de Estocolmo.
Al llegar, y una vez realizadas algunas actividades en grupo, dispusimos de cierto tiempo libre que inmediatamente organizamos cada uno de los diferentes colegas según sus propios intereses. En mi caso armado de una pequeña guía de la ciudad me dispuse a visitar todo lo visitable, empezando por mis amores ferroviarios, dos pequeñas líneas tranviarias que entonces subsistían, y el magnifico metro de la ciudad escandinava.
El metro es de un diseño inteligentísimo, en muchas estaciones, los transbordos se realizan sin tener que cambiar de andén, o como mínimo simplemente subiendo o bajando escaleras, ya que las estaciones están superpuestas y las vías entrecruzadas, haciendo los transbordos rápidos y cómodos.
Estación de Metro de  Odenplan en la actualidad.
La red, que data de los años veinte, tuvo un importante incremento entre los años cincuenta y ochenta, es decir en plena era de la guerra fría. Por este motivo en la construcción del Metro se tuvo la previsión de realizar bajo algunas de las estaciones subterráneas, nada menos que refugios para la posible guerra nuclear. Hoy todo ésto parece que esté muy lejano, pero recuerdo que a finales de los setenta y principios de los ochenta este tema provocaba auténtica angustia a la población, y si buscamos un poco más atrás entre 1961 y 1963 con la famosa crisis de los misiles en Cuba, se daba por hecha una guerra atómica, que gracias a Dios, no llego a cuajar.
No obstante esta situación nos ha dejado auténticas obras de arte como “On the beach” de Otto Penninger, “Sacrificio” de Andrey Tarkovsky y otro film que sin llegar a obra maestra sí que incidió en nuestro imaginario que fue “The day after”.

En 1984 por lo visto, el principal riesgo debería haberse reducido, o simplemente las autoridades se habrían percatado de la inutilidad de aquellos refugios, pues por aquellos días el situado bajo la estación de Metro de Odenplan se había convertido en un pequeño museo del transporte.
Siempre he tenido una predilección por los pequeños museos, que son los que tienen una dimensión que le permiten a uno disfrutar de las piezas sin agobiarse por la falta de tiempo o por la inmensa cantidad de objetos que nos reclaman la atención.
Un hermoso carruaje de tranvía de tracción animal, había descendido a aquel reino de Hades y era expuesto en el centro del andén de la estación, dando la bienvenida al visitante. Descendiendo un tramo de escaleras se llegaba al refugio y tras flanquear dos puertas metálicas parecidas a las exclusas de los submarinos, se llegaba a una amplia sala donde estaba expuesto un antiguo trolebús que según indicaba un cartel había sido completamente desmontado y reconstruido en el interior de aquella sala ya que de otro modo no existía forma de introducirlo dadas las reducidas dimensiones de las puertas exclusa; junto al vehículo, multitud de objetos de uso cotidiano en el transporte y un buen surtido de fotografías nos permitían hacer un recorrido por la historia del transporte en aquella ciudad. Desgraciadamente ni mi pequeña máquina fotográfica ni mi memoria guardan más datos de aquella visita y solo una página de la guía que aún conservo, me permite recordar aquel pequeño museo.
Desde entonces, no he vuelto a la Venecia del Norte y al realizar un pequeño viaje virtual por aquel museo, he visto que ha crecido mucho y evidentemente ha cambiado su ubicación.
No he encontrado ninguna referencia a la antigua ubicación del museo en Odenplan, sólo una fotografía de la estación en la que puede verse un acceso que puedo suponer el del antiguo refugio, mi memoria no es capaz de recordarlo.
Al antiguo coche de tracción animal, hoy se le ha añadido un caballo de cartón-piedra para poder colocar los arreos correspondientes y dar una impresión más real de su funcionamiento.
Recomendamos una visita virtual a este museo sobre todo a su galería de fotografías. El acceso puede hacerse a través de la web: http://sparvagsmuseet.sl.se/in-english/ de este sitio hemos obtenido la mayoría de fotos de esta entrada. Una de ellas nos muestra un coche tirado por un esbelto corcel. Al verlo Ferradures ha saltado de emoción, pues no se trataba de un pesado caballo de tiro como podía suponerse, si no un caballo sueco de sangre caliente un hermoso y estilizado animal, que sólo en una línea sin grandes desniveles podría hacer la labor de tiro tranviario en limonera como se deduce de la fotografía.

Tranvia de Estocolmo, tirado por un Caballo sueco de sangre caliente.
Ferradures me ha recomendado incluir el siguiente texto como información sobre este hermoso animal:
CABALLO SUECO DE SANGRE CALIENTE 
Texto de Wolfang Kresse
Es un caballo noble de sangre caliente y de talla media, su conformación es rectangular, profunda y enjuta, con cabeza pequeña, noble y expresiva, bien inserta al cuello, con buena disposición de la espalda, cruz bien señalada, extremida­des enjutas y correctas con articulaciones señaladas y buenos cascos. A pesar de haber de todas las ca­pas, predominan los animales castaños.
Originario de Suecia se distribuyo por toda Europa. Es un equino frugal, dócil a pesar de su temperamento enérgico de movimientos bien balanceados y tiene una buena disposición pa­ra la doma y el salto.


Historia:
Suecia ostenta una consolidada cría caballar con varios si­glos de antigüedad. Su piedra angular es la yeguada real Flyinge, cerca de Mal­mö, desde 1661 en manos de la corona sueca. En 1629 Karl Xl fundó las caba­llerizas reales de Stromholm, punto de partida de la cría caballar ordenada y del arte ecuestre en Suecia. Su objetivo ha sido un caballo de silla versátil y apto para el trabajo. Durante la Guerra de los Treinta Años y entre los siglos XVII y XVIII, llegaron a Suecia muchos caballos españoles a los que en el siglo XIX segui­rían otros. Desde mediados del siglo XVIII se emplearon en la cría Hannove­rianos y Trakehner, para constituir la base de cría del moderno Caballo sueco de sangre caliente. A finales del siglo XIX se desarrolló dicha raza, tras un progra­ma organizado de cruces con Pura san­gre inglés, Pura raza árabe, Trakehner y varias estirpes autóctonas. En 1912 Suecia consiguió sus primeras seis medallas olímpicas en hípica con caballos de esta raza, y otros caballos criados en Suecia (Piaffpor Gaspan) lograron reva­lidar estos éxitos. A partir de 1945 se importaron de Alemania distintos se­mentales (Dohma II por Detektiv, Almjunge por Almfreund, Anno por Hir­tensang y Polarstern por Portwein).
En la foto de 1959 podemos ver un tranvía de tracción animal en una sesión de fotografías de moda, toda una belleza.