sábado, 27 de agosto de 2016

De puente a puente o el puente que se triplicó.




Como en el antiguo juego de la oca, vamos a saltar de la casilla de puente a la siguiente...
En 1888 al incendiarse el inmemorial “pont de barques”, se quedaron las dos orillas del Ebro sin ningún punto fijo de paso desde Zaragoza hasta la desembocadura del Ebro.
Solo los pasos de barca y el puente del ferrocarril comunicaban ambas orillas.
La sociedad que gestionaba el puente de barcas tenía ya un proyecto de puente fijo para sustituir  aquel, pero año  tras año se había ido demorando el mismo.
Así mismo, el Estado quería acabar con aquel aislamiento y los proyectos de un puente público datan de al menos 1850.
De los textos leídos al respecto, nosotros deducimos que la propiedad que gestionaba el "pont de barques", no quería perder sus derechos sobre el mismo, por  lo que además de retrasar al máximo la modernización del puente,también parece que sospechosamente influyó en la tardanza de la construcción del puente del Estado y así mismo cuando este estuvo construido, el retraso en la apertura y cesión de terrenos para la construcción de los accesos al puente.
Ello desvió la atención sobre este paso, y finalmente sería el puente colgante de Amposta el que marcaría las nuevas rutas entre Valencia y Barcelona con un trazado mucho más breve y que finalmente irían marginado a la ciudad de Tortosa de las rutas principales.


Indicios de primeros proyectos del paso del Ebro en Tortosa.

A mitad del siglo XIX, se produce un nuevo impulso en la construcción de carreteras y caminos vecinales.
Uno de los más abandonados era la ruta del levante es decir, la antigua vía Augusta y actual N-340. Sin embargo las inversiones dedicadas a estas obras fueron menguando; así en junio de 1850 la situación era:

13 DE JUNIO DE 1850 El Ancora
Nuestro corresponsal de Tortosa nos escribe lamentándose de la desgraciada suerte en que de nuevo van á quedar sumidos cuatrocientos ó quinientos trabajadores, con motivo de suspenderse las obras en la carretera dé Vinaroz á Tortosa por falta de caudales. ;. También nos dice, se trata de proceder cuanto antes a la subasta del puente colgante sobre el Ebro que ha de sustituir el de Barcas que hoy en día existe.



 16 DE JUNIO -1850 La Patria /BOLETÍN NACIONAL.
El día 8 de junio llegó á Tortosa, de vuelta de Barcelona, el ingeniero civil señor Aguado. Con objeto de trazar el puente colgante sobre el Ebro, que ha de sustituir al de barcas que ahora existe, cuya obra se subastará oportunamente, con lo que tendremos este adelanto para el paso de la diligencia por aquí desde Valencia á Cataluña y viceversa.
Pero al mismo tiempo que se traza, y se proyecta, y se nos aturde todos los días con mejoras materiales, están para suspenderse los trabajos de la carretera que se dirije desde Vinaroz á Tortosa, por falta de caudales. Mas para que no se diga que no continúan los trabajos, se ocuparán una docena de peones, que ni aun podrán atender á reparar el deterioro que necesariamente ha de producir la paralización de unas obras que aun les falta mucho, aun á los mejores trozos de la carretera, para que se hallen corrientes. Ya se ve, en este punto, á pesar de lo avanzado de la estación había trabajando demasiada gente para que se la pudiera sostener algunos meses sin que al punto se echase de ver la escasez de recursos que se distrajeron de su verdadero objeto, y que una vez invertidos no es fácil tomar los que están destinados á las diarias y perentorias atenciones del servicio público...

Hasta 1888, no hemos encontrado más noticias en la prensa del proyecto del nuevo puente. Es decir pocos años tras la apertura del tranvía de Tortosa - Arrabales, parece producirse un nuevo interés por la modernización del paso del Ebro:
 
5 de julio de 1888  —El Diario de Tortosa propone al Ayuntamiento de aquella ciudad como altamente conveniente á los intereses de la misma, invitar al señor Canalejas, ministro de Fomento cuando se halle en Valencia a que pase á Tortosa para que vea el estado vergonzoso del puente de barcas sobre el Ebro, amenaza continua en tiempos de avenidas, y que por otra parte, no correspondiendo á las necesidades del tráfico, perjudica al comercio de aquella plaza. Así el joven ministro que ha demostrado gran interés por todas las necesidades de los pueblos que pueda contribuir á satisfacer desde su departamento, podría hacer todo lo posible para que el proyecto del puente de hierro sobre el Ebro, que ya se halla en estudio, sea pronto una realidad beneficiosa en alto grado para Tortosa.


La primera noticia sobre el nuevo puente aparece en la siguiente gaceta:

25 de agosto de 1888 La Vanguardia.   —Por valor de 300.000 pesetas ha quedado firmado el contrato entre la empresa constructora del puente de hierro sobre el Ebro, en Tortosa, y un vecino de Mora, para la conducción sobre el río de todo el material que se necesite.

El proyecto y construcción del  nuevo puente bautizado como de la Virgen de la Cinta o popularmente de la Cinta, se encargaría a la Maquinista Terrestre y Marítima que estaba entonces al mando de  XXXXXX  los trabajos de construcción se iniciaron en 1894 finalizándose en 1895. La ejecución fue promovida por las instituciones tortosinas: obispado y burguesía a través del banco de Tortosa,  llevándose a término con un gran secretismo, por lo que popularmente en Tortosa se le llamó “pont dels muts”.

Los promotores del puente particular o de la Cinta, a los pocos días del incendio, ya presionaron para que el Estado desistiera de la construcción del puente público y así mantener un derecho de peaje sobre el nuevo puente:

9 Julio 1892,  La Vanguardia   Aunque, según dijimos, los vecinos de Tortosa, al solicitar al gobierno que les dé permiso para construir un nuevo puente metálico no piden que les otorguen ninguna subvención directa, con objeto de contribuir al coste del mismo, solicitan el establecimiento del derecho de peaje, en la forma en que existe en algunos puentes que han sido construidos por cuenta de los Ayuntamientos ó de las Diputaciones provinciales.


Transición entre el “Pont de barques” y los puentes Particular y del Estado.

Tras el incendio, se habilitó un paso de barca, que seguiría activo tras la construcción de los puentes de la Cinta y del Estado, como puede verse en la fotografía.
También se pidió el desplazamiento de un puente de barcas militar, pero esta petición que hubiera paliado la situación en gran medida, no se llevó a cabo.

5 Julio 1892,  La Vanguardia  Es posible que próximamente, marche á Tortosa una sección del regimiento de pontoneros, á fin de instalar el nuevo puente sobre el Ebro.

Sin embargo la tarea de estos pontoneros no fue de la eficacia necesaria, al menos según lo que se desprende del siguiente texto publicado al mes siguiente:

 1 Agosto 1892,  La Vanguardia
 Increíble parece que hayan pasado veinte y cuatro días desde el incendio del puente de barcas, y que nos hallemos incomunicados aun con la otra orilla, lo mismo que una hora después de la catástrofe. Bien pudiera enumerar uno á uno los perjuicios que nos irroga la angustiosa situación que á esta ciudad y su comarca creó el incendio del 4 del actual...  pero interésame más exponer las justas quejas de todo un pueblo ante la indiferencia de un gobierno, pues si es exigente cuando de cobrar tributos se trata, no acude en ayuda de un pueblo cuando es éste víctima de cualquier percance.

... Pero por el estado en que hoy nos encontramos, por continuar aun la tramitación del proyecto del puente de hierro después de veinte y cuatro años de estar por las oficinas, como dijo el ministro de Fomento señor Linares Rivas, contestando á nuestros diputados, prometiendo además, que en vista de lo sucedido haría activar dicho expediente, y que pondría en juego cuantos medios fueran necesarios para dar pronta satisfacción á las necesidades de esta comarca.
Para demostrar el gobierno que quería hacer algo, envió á ésta en los primeros momentos, á un capitán de pontoneros, para estudiar la instalación de un puente provisional que dicho cuerpo tiene en sus almacenes de Zaragoza; hechos los estudios por el mismo, y justificada su necesidad, resultó que su traslado á ésta importaba la suma de 43.000 pesetas, y esta enorme cantidad hizo desistir al gobierno de acudir en nuestro auxilio, para aminorar en algo nuestro malestar.
Envió después á los ingenieros de la provincia para construir enseguida una barcaza, ó sea la unión de dos barcas por medio de maderas, para no interrumpir el paso del río, y esta insignificante obra, que cualquiera de nuestros calafates estoy seguro que hubiera hecho en dos días, hace veinticuatro, y aun no está concluida, á pesar de la actividad é ilustración de los ingenieros enviados.

Y una vez finalizada su labor, los pontoneros regresaron a su cuartel.
  3 Septiembre 1892,  La Vanguardia   Los ingenieros encargados por el arsenal civil de construir el puente sobre el Ebro, en Tortosa, han regresado á Barcelona, trayendo les datos y trabajos preliminares necesarios á dicha construcción.


Con referencia al paso de barcas construido, el corresponsal de la Vanguardia nos escribe lo siguiente:
 Septiembre 1892,  La Vanguardia  Como ya expuse en mis anteriores correspondencias el Gobierno para mitigar en algo los inmensos perjuicios que nos irroga la falta del puente, juntó dos barcas grandes é hizo uno de volante para el paso de los carruajes, cuyo estudio costó tiempo y trabajo á los ingenieros de la provincia, y aunque es deficiente para el grande tráfico de una á otra orilla, así íbamos pasando hasta que el Estado construya el de hierro que hace ya la friolera de 24 años que está en proyecto en las oficinas del Ministerio de Fomento. Pero á causa de las últimas lluvias, ayer y hoy el Ebro ha crecido un poco y las cabezas de puente con la crecida de hoy han quedado aisladas dentro del río imposibilitando la entrada á la barcaza, y por lo tanto suspendido el paso de carruajes, empezando ya á sentirse las consecuencias que en pos de sí traerá esa paralización entre ambas orillas, por venir siempre crecido en todo el invierno. En cambio esta mañana se ha utilizado para el paso de personas, y como día de fiesta que era se han servido de ella muchisimas. Las once de la mañana de hoy serían cuando llenísima de gente la barca  abandonaba los muros de esta ciudad, é infinidad de personas encontrábanse contemplando su marcha, cuando un grito de dolor y de espanto llenó el espacio, mientras se derrumbaba la cabria ó caballete que sostiene uno de los extremos de la gúmena que sujeta la barca. Esta, encontrábase cerca ya del medio del río, y los viajeros al verse abandonados á la corriente creyeron, como la gente que había; en la orilla, que la gúmena se había roto, é iba la barca á estrellarse en alguna de las columnas de hierro del puente del ferrocarril que se halla unos cuantos metros más abajo. Inmediatamente echaron ancla y más de cien hombres desde la orilla la arrastraron á. tierra por medio de una cuerda...

La autorización para la construcción del puente por parte del estado por parte de la autoridad militar, data de diciembre de 1892:
 21 Diciembre 1892 La Vanguardia El Capitán general ha contestado á una pregunta del ministro de la Guerra, que no ve inconveniente en que se construya el proyectado puente sobre el Ebro en Tortosa. Considerase probable que dentro de breve plazo empiecen las obras de dicho puente.
La construcción se adjudicaría a la Maquinista y se iniciaría el 1894, paralelamente el banco de Tortosa gestionaría la construcción del puente particular el mismo año estableciéndose una curiosa carrera entre ambos que ganaría el puente particular.


Inauguración del “Pont de la Cinta”.
El 8 de Junio de 1895 sería inaugurado el puente de la Cinta, la fiesta se prolongó hasta el día 11 de aquel mes con pasacalles, corridas de toros, bandas de música, teatro y hasta carreras de hombres caballos y mulos...
El puente fue ornamentado e iluminado y se realizó un espectacular castillo de fuegos.

El puente particular sería de titularidad privada y acceso de peaje para personas y carruajes no teniendo competidor hasta 1900 cuando se dispusieron escaleras de acceso al puente del Estado cuya obra había finalizado también en 1895, pero que no pudo utilizarse por no disponer de espacio para la construcción de las rampas de acceso, a causa de dificultades de expropiación de terrenos.


En 1900 pudieron los peatones  acceder a través del puente del Estado al otro lado del río sin tener que pagar pasaje. Las rampas no se finalizaron  hasta 1911, en fecha sospechosamente próxima al inició de las obras del puente de Amposta.
El puente de Amposta inició sus obras en 1915, abriéndose a la circulación en 1921, a partir de aquel momento la ciudad de Tortosa dejaría de ser un punto importante en la ruta del Levante, posteriormente las nuevas carreteras, autopista e incluso el ferrocarril, optarían por el paso de Amposta  que acortaría considerablemente las distancias.

Así podemos concluir que del “pont de barques” surgieron tres nuevos puentes: el Pont de la Cinta, el puente del Estado en Tortosa y el puente colgante de Amposta.