domingo, 3 de febrero de 2013

Limpiavías y engrasadores, trabajando a pie de raíl.



Limpiavías en Madrid, años treinta
Sin duda, unos de los oficios más humildes en el mundo de los tranviarios son los de limpiavías y el de engrasador. No por ello, estos oficios dejan de ser necesarios ni mucho menos, pues de ellos depende la buena circulación de los carruajes sobre sus raíles.
El limpiavías
En los tranvías, el hecho de que al circular por calzadas, sea cual fuere el tipo de raíl, siempre existe una ranura o garganta para el paso de la pestaña de la rueda que sirve de guía para mantenerla sobre la vía.  Esto no tendría otra particularidad salvo el hecho que, por múltiples razones, esta ranura tiende a llenarse de materiales, piedras, polvo, tierra, estiércol y multitud de otros objetos que se desplazan hacia la misma y que llegarían a cegar la garganta llegando a provocar la total desaparición de la misma y el consecuente descarrilamiento al pasar el tranvía.
He aquí la importancia de este oficio, último en escalafón por jerarquía, pero quizás uno de los primeros por su necesidad.
En los primeros tiempos de circulación muchas vías estaban protegidas por un par de hileras de adoquines quedando el resto de la calle con tierra apisonada o en el mejor de los casos con pavimento tipo Mac Adam, es decir, un conjunto de gravas y arenas compactadas.
Este hecho propiciaba que los mismos pasos de los cascos de los animales del tranvía u otros carruajes que tendían a ocupar la vía, levantaran guijarros que inevitablemente, iban a  parar al canal del raíl, provocando un golpe al pasar la rueda y en algunos casos el descarrilamiento.
Limpiavías en acción, Valencia año 1957 tras una riada ( foro: Remember Valencia).
Modernamente con la mecanización de los tranvías apareció una nueva necesidad, el arenado. Los tranvías al tener la fuerza motriz en las propias  ruedas, dependían de una buena fuerza de fricción entre la rueda y el raíl para poder ejercer una buena marcha y también frenar adecuadamente. La humedad o la lluvia forman un barrillo bastante molesto que produce un efecto de deslizamiento tanto en el avance como sobre todo al frenar.  Esto se incrementa, e incluso puede llegar a ser peligroso, en los descensos al frenar. Así que se adaptaron a los coches de tranvía los dispositivos llamados areneros; que no son más que unas tolvas de arena situadas justo sobre la parte delantera de las ruedas y que manipula mediante un pedal, el conductor.
Este dispositivo evidentemente también causa una obturación de la garganta del raíl y por tanto incrementará el trabajo de nuestros amigos limpiavías.
Coche aspirador de tranvías de Barcelona 1929.
En las grandes compañías, se llegaría a la construcción de vehículos aspiradores para la limpieza de la arena acumulada. Tranvías de Barcelona tuvo en servicio varios de estos vehículos  a partir de los años veinte.
Otro de los elementos molestos que tendían a obstruir la vía era el estiércol. En este caso, existía otro personaje que se ocupaba de esta molesta e higiénica labor.
El estiércol era entonces un subproducto valorado, y aunque molesto en las calles, su recogida no generaba un desperdicio, si no que podía venderse como abono.
Recolector de estiercol en la Ramblas fotografia de Frederic Balell
Normalmente, la venta se hacía desde las cuadras que era donde existía una mayor acumulación de estiércol, que unido a la paja de los establos constituía una buena cantidad de abono a vender a la payesía.
En nuestra entrada Normandos en el carrer Ample ,el señor Juanjo Olaizola, en respuesta a nuestra amiga Rosa d’Abril, nos incluyó un fragmento de su artículo sobre tracción animal, publicado en la fantástica Revista de historia del ferrocarril: Cunas y fienos, en el que explica el tema del estiércol en las compañías tranviarias.

Limpiavias en la actualidad.
Este oficio, no ha desaparecido, es más seguirá paralelo a la existencia de los tranvías, pues aunque hoy los tranvías en muchos casos circulan sobre plataformas reservadas, siguen circulando con vía ranurada,  y las compañías siguen realizando la labor, hoy mayoritariamente con vehículos especializados.
Pero a pesar de estas automatizaciones, la labor de a pie no ha desaparecido totalmente, y en algunos casos hoy es posible ver a limpiavías de a pie en redes modernas como en las imágenes anteriores.

Engrasando la curva en la Rambla de Catalunya.
Los engrasadores.
Si una vía recta ofrece una mínima resistencia al paso de un vehículo, cuando ésta se curva, se ejerce una resistencia contraria al avance que se incrementa conforme el radio de la curva se reduce.
Si el radio es muy reducido, la resistencia es muy grande y en el caso de la tracción animal en que el rocín  tiene tendencia a seguir en línea recta, esto puede llegar a sacar al coche de la vía con la  consiguiente molestia para el pasaje y personal del tranvía.
De ahí la labor del engrasador, su oficio consistía en mediante una brocha y provisto de un cubo de grasa, untar raíl  o contra carril en aquellas curvas en que por su angostura de radio podía darse este fenómeno. Además este tratamiento reducía el molesto chirrido que emitían rueda y raíl al entrar esta en la curva y aminoraba  el desgaste de ambos.
Engrasando una aguja en la terminal de los tranvías de la C.G. de T. en plaza de Catalunya.
Otra labor del engrasador era mantener en buen estado los espadines y corazones de los desvíos, el motivo: el mismo, un espadín que no pueda moverse adecuadamente al paso de la rueda puede sacar al coche de la vía.
De tantas labores se ve claramente que también éste era un importante oficio realizado por otro humilde empleado.
En su día nuestro amigo Gabriel nos comentaba que eran oficios de presidiario, nosotros no podemos estar de acuerdo, ya que ambos oficios requerían de un buen hacer y responsabilidad para que su labor tuviera efecto y ambos son incompatibles con una labor forzada. Nosotros consideramos que la dignidad de la labor no depende de la misma si no de cómo se realiza. Ambas labores, dependían para su efectividad del buen hacer de las personas que tras la pala o la brocha con verdadera constancia mantenían los raíles en perfecto estado para su circulación.
Aprovechamos la ocasión para saludar afectuosamente a Gabriel y familia.

4 comentarios:

  1. Hol amicsMoltes gràcies per les explicacions que doneu.
    Ara crec recordar quan era petita, per les vías de tranvía que pasaba per devant de casa meva haver vist a trevalladors que les netajaban.
    No voldría dir mentides, pero diría que si que per els anys 50, sen jo molt petita encare hi havien gent que es dedicava al manteniment amb palas com els de la fotografía antiga.
    Una abraçada, Montserrat

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    1. El tram del carrer Torrent de L'Olla, entre el carrer Providència i la travessera de Dalt, si bé solament va acollir a una línia, la 30 i per pocs anys; si que va esser un tram de forta circulació de tramvies, dons per les vies d'aquell carrer i passaven tots els que hi anaven a la cotxera auxiliar, tan a la cotxera del sotan amb entrada pel carrer San Salvador com a la principal que s'hi entrava per el carrer Santa perpetua, avui plaça de Lesseps.
      Amb tanta circulació i si afegim que aquest carrer te una certa pendent, no es gens estrany que els tramvies fessin us de la sorra i per tan els neteja-vies tinguessin força feina.
      Celebro que aquestes fotografies t'hagin pogut tornar un petit record d'un temps passat que probablement estava al mon del oblit.
      Una abraçada dels teus amics Andreuencs,
      rails i ferradures.

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  2. Que pasada, no sabía que existía la figura del limpiador de raíles y engrasador, y eso, que viví en la era de los viejos tranvías de muy crío y los recuerdo con mucha nostalgia. Lo que me ha hecho gracia es la máquina aspiradora, eso es rematador sin duda. Increíble.
    Parece que no quedan cosas que aprender de los tranvías y, sin embargo, hay montón de cosas nuevas, por lo menos para mí.

    Abrazos y recuerdos especiales para todos.

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    1. Confieso, que yo tampoco recuerdo haber visto limpiavías en la Barcelona de los sesenta que puedo recordar, es más los únicos trabajadores que puedo recordar en relación con los raíles fueron unos operarios que con un cubo y una especie de escoba iban vertiendo asfalto sobre unos raíles moribundos que frente a los antiguos almacenes el Águila, esto es en la plaza Universidad a la entrada dela calle Pelayo.
      Debió ser por navidades alrededor de 1963 y me causo una extraña impresión, pues no podía entender que alguien tapara la vía de los tranvías.
      Hoy pocas cosas subsisten, los tranvías dejaron de circular por aquellas calles hace muchos años; Los almacenes el Águila donde disfrutaba viendo juguetes de lata cerraron y finalmente perecieron en un terrible incendio, del que la imagen del águila de cemento que coronaba el edificio envuelta en llamas, quedo plasmada en una magnifica fotografía como el fin de una época.
      En fin mucha nostalgia de tiempos pasados.
      Un abrazo de todos.
      rails i ferradures.

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