sábado, 9 de marzo de 2013

un imperio en el tejado

Tranvía Belga muy parecido a los de Gracia en 1872
Hay palabras cuyo significado es tan distante de lo que pretenden describir, que si el hábito en el uso desaparece,  al oirlas  difícilmente podemos imaginar el objeto que describen.
¿Quién diría que la orgullosa palabra Imperial, originaria de la antigua Roma, sirviera para denominar al tejado de una carruaje en el que en sus orígenes viajaban los menos pudientes?
Entre otros significados, en el diccionario de la RAE la palabra Imperial significa: Tejadillo o cobertura de las carrozas.- Sitio con asientos que algunos carruajes tenían encima de la cubierta.
Así lo que quizás originariamente designaba a la cubierta de una carroza que protegía a los emperadores de las inclemencias del tiempo, el uso y quizás alguna divertida y chusca inventiva de carretero, pasó a denominar así a la baca de las diligencias, es decir el tejado donde se alojaban los pasajeros de clase más módica.
Rambla de Barcelona en 1860 a la derecha puede verse un ómnibus con imperial de la Central Barcelonesa ( litografia de Deroi)
En la divertida aventura de "Asterix en Britania", cuando con su amigo británico, entran en la ciudad de Londinum, ante la sorpresa del galo al ver carruajes de dos pisos, el cicerone británico les indica que se llaman Imperiales en honor del Imperio Romano.
Ómnibus londinense, predecesor de los primeros autobuses.
De todas maneras, nos tememos que la imaginación de los geniales Goscini y Uderzo, nada tiene que ver con la realidad, hemos intentado encontrar alguna denominación Imperial relativa a vehículos británicos, y aparte de alguna compañía de transporte con tal nombre, a tranvías y autobuses de dos pisos siempre les hemos encontrado descritos por la palabra “double-decker”.
Diligencia con baca en Banyoles hacia 1909.
Si las bacas de diligencias se poblaron rápidamente de viajeros intentando ocupar el máximo espacio de los carruajes, al generalizarse los ómnibus, estos adaptarían el Imperial y aunque su acceso en principio fuese incómodo, el éxito los mantuvo en uso, hasta la aparición de los tranvías.
Cuando Manson abrió el primer tranvía urbano en Nueva-York, el carruaje ideado por John Stephenson que derivaba de las diligencias, para comodidad de sus ocupantes además de hacer que las puertas fueran lo más bajas posible, prescindió de baca o Imperial.
Sin embargo en el dibujo del carruaje que presentó en el departamento de patentes, no prescindió del Imperial como puede verse en el mismo.
Tranvia de Harlem de Manson- Stephenson y dibujo de la patente de Stephenson  (con imperial)
El mismo John Stephenson, pronto diseñaría una escalera de caracol más cómoda que la escala de mano hasta entonces usada.
Este nuevo uso y la mayor amplitud de los tranvías frente a los ómnibus, permitiría a su compañía crear una serie de carruajes tranviarios que circularían por todo el mundo.
Coche para Londres de la John Stephenson Company Lim. Y reproducción conservada en un museo británico.
Así en América del Sur y posteriormente Francia, Gran Bretaña y toda Europa los primeros tranvías que se pusieron en circulación estaban provistos del susodicho Imperial.
El primer tranvía parisino que circuló de la mano de Loubat, era con Imperial, cuando Train llevó a Birmenhead su Tram, éste también sería un carruaje  con Imperial. Y de alguna forma el contructor George Starbuck suponemos que adquirió la licencia y materiales de J. 
Stephenson para la construcción de los tranvías que circularían en Barcelona de la mano de la Banca Uhtoff.
Tranvía de George Train en Birkenhead y coche starbuck en els Josepets Barcelona.
Aquí la historia se repetiría y Uhtoff y sobre todo Soujol, buscaron carroceros capaces de montar y reparar sus coches de tranvía delegando tal tarea inicialmente en la firma Hijos de Segismundo Baucells que pronto construiría o montaría sus carruajes para la línea de Sants que según las fotografías consultadas tenían idéntica semblanza a los coches de Starbuck.

Tranvia Starbuck de la línea de Gracia, hacia 1873 y tranvia Baucells de la línea de Sants.
Con el uso, las costumbres fueron modificándose, para dar un servicio más ágil en líneas de corto recorrido o de menor ocupación se construirían coches de un solo piso. Y en Francia el carrocero Antoine Ripert, observando las mejores características de los coches de tranvía las utilizaría en un pequeño carruaje, que pronto  desbancaría a los ómnibus siendo una excelente solución de transporte urbano para recorridos de media ocupación hasta la generalización de la tracción mecánica.

Los tranvías eléctricos con imperial
Tranvía imperial de gran capacidad construido por J.G.Brill.
No obstante los vehículos con imperial no dejaron de usarse. De hecho en la mayoría de ciudades subsistirían hasta principios del siglo XX, y aún así los primeros autobuses, también adoptarían el Imperial y solo hasta mediados del siglo XX y sobre todo con la aparición de vehículos articulados, desaparecería este sistema de la mayoría de las urbes.
Solo Inglaterra, Berlín y Hong-Kong mantendrían sus vehículos con imperial de una forma generalizada hasta hoy.
Tranvía Imperial con carrocería procedente de un antiguo coche de tracción animal.
En Barcelona cuando se procedió a la electrificación de los tranvías desaparecieron los coches con Imperial, pero pronto volverían, primero mediante la adaptación de las carrocerías de diez antiguos coches  con imperial procedentes de la tracción animal sobre trucks Brill.
En 1908 la firma United Electric Car de Liverpool construiría un nuevo coche con Imperial para Barcelona y al año siguiente y hasta 1915 Can Girona suministrarían primero veinticuatro coches  llegándose a disponer de treinta y cinco coches con imperial.
Coche tipo United Electric Car en 1920 y reforma realizada en 1933 de uno de los coches de la serie.
En los años 30 uno de estos  coches se reconstruiría cerrando el piso superior que originalmente era descubierto. Este proceso debería continuarse con el resto de los coches, pero la guerra impidió cualquier mejora y solo tras la misma y en el proceso de reconstrucción del parque que estaba muy deteriorado a causa de la misma, se procedió a la cobertura del imperial en todos los coches que se consiguió reparar. Estos tranvías seguirían en funcionamiento hasta que a principios de los sesenta se decidió la supresión de vehículos con imperial en Barcelona.
Autobús Imperial de La Catalana de Ómnibus hacia 1906 en plaza de Catalunya.
Los autobuses con imperial.
Los primeros autobuses que de la mano de la Catalana de Ómnibus circularon por las calles de Barcelona en 1906, también dispusieron de Imperial. Si bien con una vida breve que llevó a la quiebra a dicha compañía, en parte causada por las terribles presiones ejercidas por la Compañía Anónima de Tranvías que vería un nuevo competidor al que atacó hasta fomentando accidentes como puede comprobarse en los diferentes partes de accidente entre tranvías y ómnibus de la Catalana, la mayoría por alcance contra la plataforma posterior de los pequeños autobuses, y que pueden consultarse en los correspondientes archivos de transportes.
También la dificultad de adquisición de repuestos y la novedad de la tecnología automovilística arrinconaron de las calles de la ciudad al nuevo medio, que volvería a principios de los años veinte a recorrer las calles de la ciudad de la mano de la Compañía General de Autobuses.
Construcción y pruebas del primer trolebús de Barcelona.
El trolebús.
Al final de la guerra civil, en 1939, la situación del material móvil de la compañía de tranvías de Barcelona era muy precaria, el parque de autobuses, estaba muy maltrecho y además la carestía de combustible impedía la circulación de los mismos.
Las necesidades de transporte sobre todo en la zona del Clot y San Andrés, hizo pensar a los técnicos de la compañía en la reconstrucción de los antiguos autobuses en trolebuses. Esto se vería facilitado por el hecho de que eran vehículos de tracción eléctrica.
De hecho el motor de gasolina actuaba sobre un generador que alimentaba un motor eléctrico bajo el eje posterior.
Así solo con la instalación de troles y línea aérea bifilar podría establecerse el primer trolebús de la ciudad entre Plaza Universidad y San Andrés, en sustitución del antiguo tranvía de San Andrés.
De este modo, también con coches con imperial, nacería el primer trolebús de Barcelona.
Imperial en Plaza de Tetuán en 1956 (Fotograíia Devi Williams)
Los trolebuses, gran esperanza del régimen para resolver el transporte de las urbes, no llegarían a cumplir las expectativas depositadas, y los tranvías debieron seguir circulando hasta que en los años sesenta y con una gran ligereza se sustituirían por autobuses.
Durante los años cincuenta y primeros sesenta se sucedieron diversos accidentes por vuelco de coches con imperial. Esto llevó a las autoridades a la tan habitual (hoy también) solución de eliminar el servicio. Así la mayoría de coches de tranvías, trolebuses y autobuses, serían llevados al desguace, y los más afortunados se reconvertirían en coches de un piso.
Accidentes de imperiales que precedieron al fin de los mismos.
El retorno del Imperial.
En los años noventa con la aparición de la figura del bus turístico, regresaría el imperial, en su más primitiva versión, es decir, con el techo abierto.
Los primeros coches llegados a nuestra ciudad, fueron autobuses urbanos de Berlín a los que se les desmontaría la cubierta. El éxito del servicio fue tal que se incrementó el número de servicios con nuevas líneas y más coches, e incluso se ensayó la creación de vehículos abiertos de un piso, es decir, modernas jardineras. Además una compañía privada establecería otras rutas de autobuses turísticos por la ciudad con coches imperiales de procedencia británica.
Poco a poco otras ciudades han ido abriendo servicios turísticos similares con lo que el imperial sigue presente en nuestras calles.
Bus turístic ex Berliner bus.

domingo, 3 de marzo de 2013

1938. raíles rotos

Efectos de la explosión de 1938

Hay documentos que, como sin querer, llegan a nuestras manos como pidiendo salir del anonimato de sus carpetas.
Estaba buscando información sobre la evolución de las líneas de tranvía en el centro de Barcelona, cuando encontré un expediente no muy extenso con el siguiente titulo: Obras de enlace de túneles en la Plaza de la Universidad frente a la calle de Pelayo. (25 de Junio de 1938).
Entre febrero y abril de 1938, ahora hará 75 años, la aviación nacionalista, lanzaba sus bombas sobre la ciudad de Barcelona y las poblaciones cercanas. La guerra ya estaba próxima a su desenlace y la población ya estaba escasa de abastecimientos y cercana al hambre.
Aquellas bombas segaron la vida a miles de personas,   la mayoría población civil.
Una de ellas lanzada el 17 de marzo fue sin duda la que mayor impacto en vidas y daños ocasionó.
La fatal coincidencia ocasionada por el paso de un convoy de explosivos por la Gran Vía  durante uno de estos bombardeos, ocasionó un efecto multiplicador en la explosión, llevándose  varios edificios y muchas personas que transitaban por la calle, entre ellas los ocupantes de un tranvía.
Red Tranviaria en 1938:  Azul vía normal, Verde vía métrica, Rojo vía tres raíles, Lila  vía inutilizada.
Aquel hecho,  dada la falta de información de la población. llegó a convertirse en una nueva bomba de aire de terroríficas consecuencias. 
Quienes sí conocían la causa real, era el departamento de guerra que vistas las trágicas consecuencias de la explosión del convoy, pensó que para prevenir otra situación similar la solución sería trasladar los explosivos por los túneles de la ciudad.

En Barcelona existían en aquella época diversos túneles que una vez construidos aún no se  habian, suponemos que por cuestiones presupuestarias, puesto en servicio.
Tareas de desescombro en la Gran Vía.
Uno de ellos, el que hay bajo la calle de Balmes entre Plaza Molina y Avenida del Tibidabo, hoy Línea 7, sería utilizado como polvorín. La gran profundidad del último tramo y la posibilidad de acceso ferroviario lo convertían en una opción aceptable.

La entonces subsecretaría de armamento iniciaría una obra que no llegaría a su culminación.
Se trataba de enlazar un tramo de túnel de los ferrocarriles de Cataluña con la vía del Metropolitano Transversal, que entonces conectaba con el Ferrocarril de la Compañía del Norte.  
La obra se inició en la calle Pelayo confluencia con Plaza Universidad, ello conllevaría no solo la paralización de la vía de la calle Pelayo, si no que además las obras cortaban las vías  que unían la Gran Vía y Ronda de San Antonio con la Ronda Universidad.
Si añadimos que no había podido desescombrarse la Gran Vía, encontraremos la red tranviaria completamente seccionada  como muestra el documento que resumidamente reproducimos.


Tranvias de Barcelona.
Con motivo de las obras de enlace de los túneles de Plaza Universidad frente a la calle de Pelayo, la subsecretaría de armamento nos obliga a desplazar las dos vías de la línea de Circunvalación hacia el burladero central.
Obras del túnel y afectación a las líneas de tranvía en Pelayo-Rondas.
Considerando que el espacio libre entre las vallas a colocar y el bordillo, queda ocupado por las nuevas vías que serán establecidas con material ligero y provisional que se prevé estén en servicio durante algunos meses.
No tenemos posibilidad de desviar en caso de avería por la Gran Vía a causa de estar interrumpida por los escombros frente al Coliseum.
Por ello solicitamos que se desvíe el tráfico de la Ronda de Universidad y se desvíe el paso de las líneas 27, 33, 52 ,55, 56, 58 y 59 por la calle Cortes una vez esté libre de escombros dejando la Ronda solo para la línea 29.  
Permitiendo  que se efectúe la reparación de la cloaca y el desescombro de la vía ancha entre Balmes y Rambla Cataluña.
Barcelona a 25 de Junio de 1938.
La manzana del Coliseum antes de la explosión, año 1930 aproximadamente.
Otro documento refleja el enfado de la administración de la ciudad ante el estado de las cosas:
Secció de Serveis Públics. Negociat de Transports Urbans.
Les obres que sense permís ni intervenció de l'ajuntament d'aquest municipi es fan al carrer de Pelai i Plaça Universitat per enllaçar els túnels, obstrueixen de tal manera el transit  urbà que creiem que fa necessari el tancament del carrer en el tram que va des-de el carre de Balmes fins la Plaça Universitat.
En efecte en el carrer Pelai hi ha una llarga rasa  amb cerca de protecció en front del numero 2, un pou d'extracció front el numero 1, un altre front el numero 7 i un tercer davant el 11 o sigui que en 140 metres hi ha una rasa de 20 metres i tres pous. Inútil dir que el tramvia no funciona. En vista d'aquestes dificultats, exigim el restabliment en tot el indret de la calçada de la ronda Universitat ocupada per maons  enfront els números 5,7 i 9 i en front el 29.
Barcelona 30 de Juny de 1930

El Presidente de la Comisió de serveis públics
Vicens Pérez.
Obras del túnel hacia el final de la guerra.
El 4 de julio de 1938 se llega a un acuerdo para suspender el tráfico por la Gran Vía a fin de realizar el desescombro del tramo entre Balmes y Rambla Cataluña.

Finalmente el 8 de julio de 1938 se autoriza la desviación de  las líneas  27, 33, 52 ,55, 56, 58 y 59 por la calle Cortes dejando la Ronda solo para la línea 29.

La Entrada del ejercito nacionalista el 26 de Enero de 1939 haría innecesaria la obra del túnel, pero las consecuencias de los bombardeos dejaría su marca durante décadas en una ciudad que sufriría una terrible posguerra.
Manzana Balmes-Gran Vía en los primeros tiempos de la Posguerra.

miércoles, 27 de febrero de 2013

La Tram-vía del muelle o de la Barceloneta.

El Pla de Palau durante la construcción de la línea de la Barceloneta.

En Junio de 1872 empezaban a circular los tranvías entre La Boquería y Gracia como primera línea de tranvía en Barcelona.
Poco tiempo después, la segunda línea Boquería-Barceloneta  completaría el primer proyecto tranviario de nuestra ciudad.
El 27 de Abril de 1872, el ingeniero de viabilidad Juan Sampons y Fabra, concedió la autorización al Sr. Soujol para la concesión de un tranvía entre las Atarazanas y la calle del Juicio en la Barceloneta  por un periodo de 60 años.
En la memoria presentada por Alejo Soujol para obtener la concesión del tranvía Barceloneta-Ramblas-Gracia, la línea había sido dividida en dos secciones: una comprenderá entre la Barceloneta y el llano de la Boquería; y la segunda desde aquel punto hasta Gracia.
En azul trazado original del tranvía del Muelle, en amarillo la ampliación a los Baños Astillero, verde linea Baños Orientales
Si la comunicación entre Barcelona y Gracia había demostrado su rentabilidad tras establecerse diversos servicios de ómnibus, para la segunda sección, Soujol, había previsto que un barrio entonces de reciente construcción (siglo XVIII) poblado por 16.000 habitantes frente al que se hallaban entonces los muelles del puerto de Barcelona, los depósitos mercantiles, las factorías como la Maquinista y la fábrica de gas, con un fuerte movimiento comercial, preveían un seguro  éxito para la implantación del nuevo medio de transporte.
Además, si tenemos en cuenta que el centro urbano era entonces la Plaza de Palacio, junto a la que se hallaban dos importantes estaciones de Ferrocarril y la Llotja (Bolsa de Comercio), comprenderemos la validez del proyecto.
Para terminar, añadiremos que se había iniciado la costumbre de los baños de mar y la Barceloneta se había constituido en el principal centro de instalaciones balnearias a las que acudían muchos de los barceloneses en los meses de estío,  en tartanas y vehículos públicos. 

Fue por ello que la Barcelona Tramways a los tres meses de abrir la sección de Gracia, ponía en circulación su segunda línea,  la de la Barceloneta.
Detalle ampliado de la vía en construcción.
 Construcción.
Si la sección primera circulaba por un trazado de amplias avenidas por las que podía instalar sus raíles con comodidad y sin prácticamente obstaculizar al resto de circulación de carruajes, a partir del final de las Ramblas en Atarazanas, la existencia de la muralla del mar y la estrechez de las calles de la Barceloneta constituían una seria dificultad para el paso del tranvía.

Calle bajo Muralla antes de la instalación del
tranvía dela Barceloneta, aproximadamente 1868.
El trazado inicial previsto pasaba por la calle Dormitorio de San Francisco (hoy carrer Ample) en doble vía, ida y regreso, ya que la muralla del mar ocupaba todo el actual paseo de Colón.
Dada la importancia comercial de aquella calle, se decidió que sólo una vía pasaría por la misma desplazando la segunda a la calle Bajo Muralla, que era un estrecho callejón entre la muralla del mar y la primera línea de casas, paralela a la calle del Dormitorio de San Francisco.
Raíl grada propuesto para la línea.
Las dos vías volvían a reunirse en la Plaza de San Sebastián (hoy Antonio López), siguiendo por el amplio paseo de Isabel II y tras circunvalar la Plaza de Palacio,  continuando frente a los depósitos comerciales y a la estación de Mataró, calle Mayor de la Barceloneta, hasta la calle del Juicio por donde descendía a la calle del Muelle retornando por ella  a la Plaza de Palacio.
Para su construcción en el proyecto, el tipo de raíl a usar sería el grada tipo Filadelfia con ancho Standard igual al de la existente línea de Gracia. Este tipo de raíl empleado en Estados Unidos por su economía de mantenimiento, no prosperó entre otras cosas, porque el escalón  dificultaba el tránsito a los demás carruajes, y principalmente por haber establecido la comisión 3ª del Ayuntamiento de Barcelona la obligatoriedad del uso del raíl Loubat.
 Vehículos y tracción
La compañía preveía poner en servicio un tranvía cada siete minutos y medio, en un trayecto completo de 45 minutos de duración. A lo que correspondía disponer de doce coches, es decir seis  en el trayecto de ida y  seis en el de vuelta, y dado que el trayecto era prácticamente plano podían ser tirados por dos caballos en tronco lo que implicaba disponer de veinticuatro équidos en servicio y una reserva de cómo mínimo treinta y seis más,  para poder realizar los correspondientes turnos, es decir, unos sesenta animales para esta nueva sección. Para cubrir el servicio la compañía empleará 16 coches previendo 4 de reserva.

Primeros tranvías jardinera de Barcelona fabricados por George Starbuck & Co ltd.
Para la nueva línea, la compañía no tenía previsto la construcción de nuevas instalaciones, y en principio hasta la construcción de la línea del Poble Nou no se construiría ninguna nueva cochera. Así los carruajes reposarían en la cochera de “els Josepets” al otro extremo de la línea, y suponemos que la compañía tendría alquilado alguna cuadra para dar servicio a sus animales, dada la lejanía de la cochera principal.
Lo que si tenemos constancia es que a fines de los ochenta del diecinueve, la compañía dispuso de una gran cuadra en la Barceloneta al inicio de la calle Mayor.

        
El plano superior es el trazado del proyecto original por la calle Dormitorio de San Francisco.
El plano inferior,corresponde al trazado autorizado y finalmente construido.
Para la circulación de los tranvías el Ayuntamiento dictó un reglamento que ordenará la circulación y ocupación de vía:
Reglamento para el servicio del Ferrocarril Urbano.

-1º Los coches destinados a circular, solo podrán conducir el número de personas que se determinen por la inspección de Vialidad.

-2º La velocidad no podrá exceder la que determina el trote natural de los caballos. Los coches irán provistos de frenos para moderar su velocidad.

-3º Los coches deberán hallarse parados en el momento de carga y descarga de las personas.

-4º En los puntos permanentes de estación, los coches deberán situarse de modo que no embaracen el tránsito público debiendo sujetarse a las condiciones que sobre el particular imponga el municipio.

-5º Los carruajes que transiten todas las calles en las que se halle establecida la tram-vía, deberán dejar completamente libre el espacio de vía férrea a la llegada de los coches que circulen por ella.
Para facilitar el cumplimiento de la disposición y para evitar desgracias, los conductores de la tram-vía deberán llevar una corneta, cuyo sonido sea perceptible a alguna distancia, para avisar la proximidad de su llegada a los vehículos  y transeúntes que ocupen la zona del ferrocarril.
Estarán obligados los conductores al uso de la corneta antes de “Tornar una vuelta” y para “ el paso de una a otra calle”.

-6º Los carros que deban descargar sus efectos en los almacenes o bajos de las casas, deberán efectuar la descarga dentro de las mismas siempre que sea posible, no pudiendo en ningún caso atravesarse sobre el espacio de la tram-vía debiendo efectuarse las tareas de carga y descarga con la máxima rapidez.

-7º Los trabajos ordinarios de conservación y reparación se efectuarán por el concesionario según las prescripciones que hay para ellas y por lo que se refiere a la mejor conservación de las vías públicas y a la seguridad del tránsito dicte el Ingeniero de Vialidad y conducciones de esta capital.
Cuando la reparación haya de  extenderse a una longitud continua de vía mayor a cien metros, deberá el concesionario obtener la autorización correspondiente del excelentísimo Ayuntamiento.

-8º Quedan sujetos a los artículos de las ordenanzas municipales relativas al transporte y tránsito públicos  cuanto  no se exponga expresamente en los apartados anteriores.

En Barcelona a  9 de Mayo de 1871
El Ingeniero Jefe de Vialidad y Conducciones.
Federico Pegrá


Hasta que en 1968 dejaron de circular los últimos tranvías por la Barceloneta, éstos formaron una parte importante de su paisaje a la que dedicaremos nuevas entradas.



domingo, 17 de febrero de 2013

ATALAJES, GUARNICIONES, ARREOS O JAECES.


Los tranvías, ómnibus, riperts  y carruajes en general, para poder ser tirados por un animal, necesitan ser uncidos mediante elementos suficientemente elásticos para adaptar el cuerpo rígido del carruaje al animal sirviendo por un lado para aprovechar al máximo la fuerza del mismo y por otro lado compensar los golpes que en arranques baches y otras situaciones que dañarían al animal al transmitirse de forma directa. 

Esta función es la que realizan las guarniciones o atalajes es decir todas aquella correas y piezas de cuero u otros materiales elásticos que se ponen a las caballerías, para la montura, la carga o el arrastre de carruajes.

 Para poder gobernar a un animal, inicialmente se fijaron correajes a su cabeza, de este modo se le podía dirigir y orientar. De este primitivo arreo, viene la actual cabezada. Existen numerosísimos tipos de cabezada, aquí nos centraremos en la cabezada para el tiro.

La Cabezada, cabezón o cabestro, es un conjunto de correas situadas a la cabeza del animal que sirven para controlarlo.


La cabezada se compone de:
Frontalera: Pieza que pasa por la frente del animal sirve para fijar la testera, sin la que se iría hacia atrás.
Carrilleras: dos correas que descienden por los laterales de la cabeza, aguantan la muserola y el bocado.
Muserola: Pieza que pasa sobre el hocico del animal sirve para que no abra demasiado la boca.
Ahogadero: Pieza que pasa por la garganta del animal, sirve para que el animal no se saque la cabezada.
Testera: Pieza que pasa por la nuca del animal, donde se sujeta la cabezada.
Anteojeras: Dos tapas que llevan  las cabezadas de tiro unidas a las carrilleras y que sirven para reducir el campo de visión del animal y centrar su atención hacia donde se dirige.


Bastes en museu del traginer.
El baste 
En un principio, el transporte se efectuaba directamente a lomos de animal, desde las antiguas caravanas hasta los arrieros de baste, se conducía la mercancía a través de estrechas sendas,  para llevar la carga se usaban las alforjas,  albardas y otros aparejos montados sobre el lomo de los animales.
  -Baste o albarda:  Guarnición que consiste en una almohada de cuero o tela basta rellena de paja o lana, sobre el cual se ponen serones, espuertas, escalas, etc, para poder cargar con más facilidad evitando que el animal se solle 

-La espuerta  es una especie de cesta de esparto, palma u otra materia, con dos asas, que sirve para llevar de una parte a otra, escombros, tierra u otras cosas semejantes.

-La sera, es  una espuerta grande, regularmente sin asas. 

 -El serón es una sera más larga que ancha, que sirve regularmente para carga de una caballería

El collarón, collar o collera.
El collerón recibe el esfuerzo del carruaje y lo reparte de una forma uniforme entre el cuello y pecho 
del equino.
Su cuerpo principal es de badana1 relleno de paja, lana o crines, el collerón esta formado por:

•Dos costillas de madera (que reciben la fuerza transmitida por el cuerpo principal)
•Una correa llamada clave que une las costillas y permite ajustarlo.
•Dos vencillones de cuero con hebillas (que van desde media costilla a las argollas de las varas).
El collerón puede ir unido a la sobrecincha con una media-martingala para evitar su cabeceo.
1- badana. forro de piel curtida y fina de carnero u oveja,

De todos los arreos, ninguno no requiere tanta atención y vigilancia como la collera. Si es pequeña, sofoca el caballo y, si es grande dificulta el movimiento de los brazos del animal. Conviene que sea proporcional a la altura y volumen del cuadrúpedo, hecho que se conoce porque una vez puesto, su extremo inferior queda un poco por encima del encuentro (punta del pectoral) . Si su forma no le permite quedar bien ajustado, o es excesivamente duro, su roce sobre el pecho puede causarle una rozadura, que se convertirá en verdadera herida tras un trabajo prolongado. Por eso es indispensable que se asiente bien y sea suficientemente blando, además conviene que cada caballo tenga su collera correspondiente, la cual, tras un tiempo de trabajo, se habrá amoldado perfectamente a la configuración de su cuello y no le causará molestias, Esto es difícil de evitar si la collera se cambia con frecuencia.
Vencillón: correa que va fija a cada costilla del *collar y sirve para ligar este con las varas del carro, el horcate  de trabajo o los tirantes.
Hay tres tipos de collera muy utilizados en nuestras tierras:




Collarón Catalán
 Típica guarnición de trabajo, muy rústica y gruesa para amortiguar el peso de la carga que estira el animal. Con una base de madera recubierta de cuero.
Los de gala o los que vemos en los “tres tombs” son de factura bastante moderna, van entachonados con clavos de latón con los que se forman dibujos artísticos. Antiguamente no se usaban tan ornamentadas, pero si había una colección de adornos, hechos de lana (o seda las de mayor calidad) y piel de tejón. Estas decoraciones se ponían en las festividades.
Collarón español o "calesera"
Típica guarnición, más bien lujosa, que utilizaban la nobleza y la burguesía en los carruajes de campo como breacs y faetones. Se compone de una “entremanta” (manta que se ponía tras la collera para que este no se sollara el animal), el “macho-collera” (gran anillo de cuero relleno de paja, crines o lana) y el “horcate” (que se colocaba sobre el “macho-collera” a modo de costilla).

Collarón inglés o continental:
Collera más estilizada que las anteriores, de cuero generalmente negro y con costillas metálicas. Era utilizado en los carruajes de viaje de nobles y burgueses).


Retranca o reculante:  pieza ancha y curvada de cuero que pasa por detrás el anca del animal y dónde ejerce la fuerza al recular.
Riendas: Cada una de las correas de la brida con que se gobierna el animal.
Serreta: Pieza de hierro curva, con un borde dentado que se pone sobre el hocico del animal para gobernarlo.


Cabezada de cuadra o jaquima: Cabestro de cuerda que se coloca a la cabeza del animal para atarlo al establo.                                                                               Sillín o cinchuelo: Silla de madera muy pequeña, almohadillada por la parte de debajo donde se afirmaba el carro para sostenerlo recto. 
Zufra: Correa de cuero que se pasa por el sillín, con la que se sostiene el carro.  
    
Cincha: Correa que sujeta la montura, el baste o el sillín y que pasa por el vientre del animal. 


Guarniciones y guarnicioneros
Las compañías de tranvías, riperts y omnibuses destinaban una buena parte de su presupuesto a la adquisición y mantenimiento de los atalajes de sus animales. como ya hemos visto algunos de ellos como el collarón debían estar ajustados a un animal determinado.
La labor de mantenimiento normalmente era realizada por el guarnicionero, artesano experto en el trabajo del cuero. Cuando la compañía tenia una red importante también lo era el taller de guarnicionera. 
En Barcelona el ultimo gran taller de una compañía lo tuvo FOCSA que hasta los años sesenta dispuso de una importante flota de carruajes para la limpieza de calles y recogida de basuras.  Actualmente aún puede admirarse la labor de aquellos artesanos en el museo de carruajes de la citada compañía. 


Trabajo realizado en base a  "Carruatjes literaris" de Sebastià L. (Ferradures)

jueves, 7 de febrero de 2013

"Os bondes " en carnaval


   Hoy Jueves de Carnaval, se inicia este ancestral rito que durante una semana, retorna a muchos humanos a la alegría  de vivir y a la locura de romper con las normas que rigen sus días.

Los tranvías, como otro ciudadano más,  también han participado de este rito.
Hemos bajado de You Tube un fragmento del film" Orfeu Negro" de Marcel Camus, 1959. Este film que transportaba el mito de Orfeo y Euridice a Rio de Janeiro a finales de los cincuenta. nos muestra un Orfeo tranviario que encuentra a Euridice en uno de sus trayectos en pleno carnaval.




Es una buena oportunidad para ver esta hermosa película en su totalidad, se la recomendamos.



domingo, 3 de febrero de 2013

Limpiavías y engrasadores, trabajando a pie de raíl.



Limpiavías en Madrid, años treinta
Sin duda, unos de los oficios más humildes en el mundo de los tranviarios son los de limpiavías y el de engrasador. No por ello, estos oficios dejan de ser necesarios ni mucho menos, pues de ellos depende la buena circulación de los carruajes sobre sus raíles.
El limpiavías
En los tranvías, el hecho de que al circular por calzadas, sea cual fuere el tipo de raíl, siempre existe una ranura o garganta para el paso de la pestaña de la rueda que sirve de guía para mantenerla sobre la vía.  Esto no tendría otra particularidad salvo el hecho que, por múltiples razones, esta ranura tiende a llenarse de materiales, piedras, polvo, tierra, estiércol y multitud de otros objetos que se desplazan hacia la misma y que llegarían a cegar la garganta llegando a provocar la total desaparición de la misma y el consecuente descarrilamiento al pasar el tranvía.
He aquí la importancia de este oficio, último en escalafón por jerarquía, pero quizás uno de los primeros por su necesidad.
En los primeros tiempos de circulación muchas vías estaban protegidas por un par de hileras de adoquines quedando el resto de la calle con tierra apisonada o en el mejor de los casos con pavimento tipo Mac Adam, es decir, un conjunto de gravas y arenas compactadas.
Este hecho propiciaba que los mismos pasos de los cascos de los animales del tranvía u otros carruajes que tendían a ocupar la vía, levantaran guijarros que inevitablemente, iban a  parar al canal del raíl, provocando un golpe al pasar la rueda y en algunos casos el descarrilamiento.
Limpiavías en acción, Valencia año 1957 tras una riada ( foro: Remember Valencia).
Modernamente con la mecanización de los tranvías apareció una nueva necesidad, el arenado. Los tranvías al tener la fuerza motriz en las propias  ruedas, dependían de una buena fuerza de fricción entre la rueda y el raíl para poder ejercer una buena marcha y también frenar adecuadamente. La humedad o la lluvia forman un barrillo bastante molesto que produce un efecto de deslizamiento tanto en el avance como sobre todo al frenar.  Esto se incrementa, e incluso puede llegar a ser peligroso, en los descensos al frenar. Así que se adaptaron a los coches de tranvía los dispositivos llamados areneros; que no son más que unas tolvas de arena situadas justo sobre la parte delantera de las ruedas y que manipula mediante un pedal, el conductor.
Este dispositivo evidentemente también causa una obturación de la garganta del raíl y por tanto incrementará el trabajo de nuestros amigos limpiavías.
Coche aspirador de tranvías de Barcelona 1929.
En las grandes compañías, se llegaría a la construcción de vehículos aspiradores para la limpieza de la arena acumulada. Tranvías de Barcelona tuvo en servicio varios de estos vehículos  a partir de los años veinte.
Otro de los elementos molestos que tendían a obstruir la vía era el estiércol. En este caso, existía otro personaje que se ocupaba de esta molesta e higiénica labor.
El estiércol era entonces un subproducto valorado, y aunque molesto en las calles, su recogida no generaba un desperdicio, si no que podía venderse como abono.
Recolector de estiercol en la Ramblas fotografia de Frederic Balell
Normalmente, la venta se hacía desde las cuadras que era donde existía una mayor acumulación de estiércol, que unido a la paja de los establos constituía una buena cantidad de abono a vender a la payesía.
En nuestra entrada Normandos en el carrer Ample ,el señor Juanjo Olaizola, en respuesta a nuestra amiga Rosa d’Abril, nos incluyó un fragmento de su artículo sobre tracción animal, publicado en la fantástica Revista de historia del ferrocarril: Cunas y fienos, en el que explica el tema del estiércol en las compañías tranviarias.

Limpiavias en la actualidad.
Este oficio, no ha desaparecido, es más seguirá paralelo a la existencia de los tranvías, pues aunque hoy los tranvías en muchos casos circulan sobre plataformas reservadas, siguen circulando con vía ranurada,  y las compañías siguen realizando la labor, hoy mayoritariamente con vehículos especializados.
Pero a pesar de estas automatizaciones, la labor de a pie no ha desaparecido totalmente, y en algunos casos hoy es posible ver a limpiavías de a pie en redes modernas como en las imágenes anteriores.

Engrasando la curva en la Rambla de Catalunya.
Los engrasadores.
Si una vía recta ofrece una mínima resistencia al paso de un vehículo, cuando ésta se curva, se ejerce una resistencia contraria al avance que se incrementa conforme el radio de la curva se reduce.
Si el radio es muy reducido, la resistencia es muy grande y en el caso de la tracción animal en que el rocín  tiene tendencia a seguir en línea recta, esto puede llegar a sacar al coche de la vía con la  consiguiente molestia para el pasaje y personal del tranvía.
De ahí la labor del engrasador, su oficio consistía en mediante una brocha y provisto de un cubo de grasa, untar raíl  o contra carril en aquellas curvas en que por su angostura de radio podía darse este fenómeno. Además este tratamiento reducía el molesto chirrido que emitían rueda y raíl al entrar esta en la curva y aminoraba  el desgaste de ambos.
Engrasando una aguja en la terminal de los tranvías de la C.G. de T. en plaza de Catalunya.
Otra labor del engrasador era mantener en buen estado los espadines y corazones de los desvíos, el motivo: el mismo, un espadín que no pueda moverse adecuadamente al paso de la rueda puede sacar al coche de la vía.
De tantas labores se ve claramente que también éste era un importante oficio realizado por otro humilde empleado.
En su día nuestro amigo Gabriel nos comentaba que eran oficios de presidiario, nosotros no podemos estar de acuerdo, ya que ambos oficios requerían de un buen hacer y responsabilidad para que su labor tuviera efecto y ambos son incompatibles con una labor forzada. Nosotros consideramos que la dignidad de la labor no depende de la misma si no de cómo se realiza. Ambas labores, dependían para su efectividad del buen hacer de las personas que tras la pala o la brocha con verdadera constancia mantenían los raíles en perfecto estado para su circulación.
Aprovechamos la ocasión para saludar afectuosamente a Gabriel y familia.