El 25 de marzo de 1807, el carruaje de un tram se adaptó para transportar pasaje a lo largo del perímetro de la bahía de Swansea en Gales, Reino Unido, viajando entre "las dunas" en dirección a Mumbles, para recolectar ostras en aquel paraje. Las personas que emprendieron aquel viaje fueron, sin saberlo, los primeros pasajeros de tren, conocidos de la historia.
Curiosamente, esta historia es muy poco conocida; es más, las pocas imágenes disponibles del mismo son guardadas con un exceso de celo, que casi impide divulgar esta historia.
Este ferrocarril, construido como tram en 1804, funcionaría ininterrumpidamente hasta sucumbir en 1960, en aras del transporte por carretera.
En este tiempo pasó de tram a tracción animal, a ferrocarril de vapor y de este a tranvía eléctrico.
La historia comienza en julio de 1804, cuando los promotores responsables de la explotación de las canteras y las minas en Mumbles: Swansea Bush Inn., se reunió para discutir el establecimiento de un tram entre Mumbles y el puerto de Swansea. Inicialmente, se había pensado construir un canal a lo largo de la playa de la bahía de Swansea, pero esto fue recibido con una ruidosa oposición de Swansea, que temían el establecimiento de un muelle rival en Mumbles.
Sin embargo, para el comercio de minerales era esencial una conexión de transporte, por lo que el tram fue una buena solución, ya que no amenazaba ningún otro interés.
Hasta ese momento, el único medio de transporte de piedra caliza y otros minerales había sido el envío de barcazas con la pesada carga a través de la bahía de Swansea. Esto era tan peligroso que se produjo un gran número de naufragios con víctimas y cargas perdidas.
En 1806, el camino del tram se había completado. Las vías del tren eran tipo "L", y las ruedas del carruaje se ceñían a este perfil.
Uno de los miembros de la empresa, Benjamín French, tuvo una idea. Propuso convertir uno de los carruajes del tram en coche para el transporte de pasajeros. Este era un concepto totalmente original en 1807, ya el propio ferrocarril era una nueva "tecnología". Y apenas si hacía unas décadas que las diligencias habían comenzado a transportar pasaje de una forma pública.
Curiosamente, como su tocayo, Benjamín Outram, uno de los pioneros en la construcción de los trams; Benjamin French, sería el padre del transporte de pasajeros por ferrocarril.
Años más tarde, en la línea de Stockton a Darlington, veríamos como se concederían concesiones al paso de carruajes de tracción animal para llevar pasaje, en otra línea concebida para el transporte de minerales.
French, estableció un acuerdo con la compañía, embolsando a esta 20 Libras al año por el privilegio de operar el servicio de pasajeros en su línea, ideando un calendario de viajes para no interferir con el tráfico habitual de minerales. El 25 de marzo de 1807 circularía el primer viaje, siendo hoy reconocido oficialmente como el origen del transporte de pasajeros por ferrocarril.
Para la apertura del tram fue preciso obtener un acta oficial que concedía el Parlamento; un permiso legal para la construcción de un tram de cinco millas, que se inscribió en el año 1804.
La línea de tracción animal, podría emplear la energía mecánica, en el transporte de carros y carruajes. Esto sería muy controvertido en su momento, ya que la mayoría de los científicos de la revolución industrial, como James Watt, estaban convencidos de que las máquinas de vapor no tendrían una aplicación práctica en la locomoción. Sin embargo, los propietarios de la línea de Swansea, que tenían estrechos vínculos con Samuel Homfray de la herrería de Merthyr Tydfil, en Gales, donde Richard Trevithick, había desarrollado un dispositivo mecánico capaz de arrastrar varios carruajes con tracción de vapor.
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Richard Trevithick |
En febrero de 1804, Trevithick construyó la "Penydarren". Esta locomotora transportó diez toneladas de hierro y setenta personas a lo largo de una ruta de nueve millas, de Merthyr a Cardiff. Por desgracia, el triunfo inicial del experimento fue frustrado por la relativa debilidad de los primeros raíles de fundición, incapaces de resistir el paso continuado de una locomotora de siete toneladas. Este hecho retrasaría la implantación del vapor en los trams.
Casi veinte años después, el ferrocarril de Stockton-Darlington, de la mano experta de George Stephenson, iniciaría la era del vapor en el ferrocarril, gracias al uso de hierro forjado en lugar de fundición en los raíles.
Sin desanimarse por el fracaso de Trevithick, Benjamin French experimentó con varias otras formas de tracción. Esto incluye colocar una vela para el transporte, lo que redujo el viaje a 45 minutos; sin embargo, este método dependía de un fuerte viento que no siempre era disponible.
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Caricatura del Tram de Swansea. |
En 1809, Elisabeth Isabella Spence, escribió el siguiente relato de su viaje por la bahía en el Swansea:
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El muelle de Mumble. |
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La primera celebración del 150 aniversario de un ferrocarril, en 1954. |
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Los grandes coches con que finalizaría sus días el tram de Mumbles. |