sábado, 16 de junio de 2012

El conductor o cobrador, maestro de ceremonias del tranvía.



La tripulación de los tranvías estaba formada por el mayoral o cochero y el conductor o cobrador. Esta última denominación, conductor, hoy nos parece confusa, pues actualmente se aplica al chófer o al que conduce el vehículo. En los orígenes, el conductor era quien conducía al pasaje dejando las labores de guía del vehículo al mayoral. De este último oficio, ya publicamos una entrada en su día.
De este oficio, hoy prácticamente desaparecido, solo tenemos constancia de su pervivencía, en el tranvía de Sóller.
Tuvo, probablemente, sus orígenes en los omnibuses del siglo XIX, ante la necesidad de poder cobrar el viaje en los breves trayectos urbanos.
Conductores repasando la recaudación.
El cobrador era el empleado más próximo a los usuarios, y de su buen hacer dependía la correcta marcha del mismo.
Además de la función que ya se desprende del nombre, es decir el cobro del viaje, el conductor debía avisar al mayoral de las paradas para ascender o descender al pasaje, facilitar acomodar a los viajeros, y mantener la disciplina en el interior del coche.
Del reglamento de los tranvías de París, hemos extraído estos artículos que hablan de las funciones del conductor:

ART. 376. - Orden de marcha. - Ayuda para los viajeros. -

En las líneas de tranvía que no tienen puntos de parada fijos, los conductores o cobradores estarán obligados a hacer detener sus vehículos, cuando tengan que tomar o dejar pasajeros. Ayudarán a los viajeros y, sobre todo mujeres y niños, a acceder o descender del coche.

Plantilla de conductores del tranvía del Ensanche 1889
Los conductores o cobradores, darán señal de arranque, una vez los viajeros hayan descendido o ascendido las escaleras del coche, o cuando los que acceden  estén ya en su lugar.

En las líneas de tranvía con paradas fijas, el conductor, receptor o controlador también dará la señal de salida una vez que todos los pasajeros se hallen bien colocados.

Cobrador en un coche eléctrico, antes de que se le asignara puesto fijo.
Una de las tareas más polémicas del conductor, era la de limitar la capacidad del vehículo.
Las ordenanzas municipales y diversos reglamentos, limitaban la capacidad de ocupación de los coches tanto en su interior, como en las plataformas y el imperial. No obstante, las empresas hacían la vista gorda a este punto, y por otra parte es seguro que la labor del conductor de impedir acceso a los vehículos una vez llegado al cupo, debería ser ardua.
El mismo reglamento escogido dice al respecto:



ART. 377. - Sobrecarga- Los conductores o cobradores en los vehículos no podrán permitir la subida de más pasajeros al coche de lo que es indicado como número de espacios permitidos, tanto en el interior, en la plataforma o en el piso superior.

Excepcionalmente, a los ingenieros, inspectores y el personal de operación del servicio de tranvías, que lleven la tarjeta de identificación expedida por la compañía, les será permitido el acceso a los mismos.

ART. 378. - Uso del aviso de "Completo". - Cuando todos los asientos del interior y plataformas estén ocupados, los conductores y receptores deberán colocar en forma visible la indicación "COMPLETO", hasta que se produzca una vacante.
En Barcelona según un articulo de La Vanguardia de 9 de agosto de 1881, la ocupación de los coches se regia por la siguiente normativa:

Los conductores de coches y de ómnibus no podrán llevar en ellos más personas que las que marque la respectiva licencia que les haya sido concedida. En los tranvías tampoco podrán ir más personas que las que correspondan al número de asientos que su interior contenga, y cuatro pasajeros en las plataformas anterior y posterior, poniéndose cuando esté lleno este numero la tablilla de Completo. Para la subida y bajada de los pasajeros deberá pararse el tranvía. No se permitirá que en la vía pública se detenga carruaje alguno, más que el tiempo indispensable para que las personas suban ó bajen, ni que los coches llamados de plaza bordeen por ella, debiendo marchar, así que se desocupen, á situarse en las paradas.» Luego añadíamos: "Con el exacto cumplimiento de lo que antecede, se ahorrarían muchas de las desgracias que los vehículos causan con demasiada frecuencia en esta capital.» Véase pues si es asunto al que deba dedicar el Ayuntamiento preferente atención.

Una noticiá del mismo año refleja una situación probablemente habitual:
6 de julio de 1881 CRÓNICA LOCAL.
-En la Plaza de Palacio ocurrió ayer una escena sumamente desagradable y que por poco degenera en tumulto á causa de no cumplir los empleados "el tranvía de circunvalación las disposiciones que rigen sobre itinerario y cabida de los coches. En primer lugar en un coche que es el número 13 que tiene capacidad oficial para 32 personas iban 51 y en segundo lugar en vez de salir á las doce y cuarto lo hizo á la una menos 27 á pesar de hallarse allí varios coches materialmente atestados de pasajeros. Todas estas circunstancias disgustaron de tal modo á los viajeros que prorrumpieron en quejas y exclamaciones al jefe del apeadero, el cual se mostró tan poco complaciente y cortés, que su conducta acabó de exasperar los ánimos de aquellos á quienes no solo se obliga á viajar como estibados, sino que se les detiene sin causa ni fundamento alguno bajo los ardores de un sol canicular doble tiempo del reglamentario. Es necesario que se haga entender á las empresas que el servicio que prestan es público, y que deben ajustarse á los horarios establecidos y no permitir tampoco que se hacinen los pasajeros de una manera inconsiderada. Esto aparte, de que ante todo los dependientes de las empresas de lo primero de que deben dar maestras es de tener siquiera buenos modales.
La tarea que suponemos debía ser más difícil, era la de mantener el orden entre el pasaje, es sin duda esta la que más disgustos, incidentes y anécdotas habrá generado a estos sufridos empleados, esta faceta seguro que debería poder llenar volumenes enteros de diferentes historias.
Nuestro querido reglamento nos decia:


ART. 379. - Policía de coches, (Funciones de orden en el interior de los coches). - Higiene y seguridad. - Los conductores o cobradores deben mantener el orden en sus coches y garantizar que los pasajeros se coloquen de manera que no se interfieran unos con otros. -

No se deben permitir:

1 º Que en los coches, ya sea dentro,en las plataformas o en el imperial, viajen personas en estado de ebriedad, vestidas de una manera desordenada o inconveniente o que transporten bultos que por su naturaleza, volumen u olor, puedan, impedir el acceso o incomodar a los viajeros.

2 ° Dejar fumar en el interior de los coches, (si se les permitía fumar en las plataformas)

3 º El acceso a perros.


Una noticia de 17 de octubre de 1883 nos da una idea de como debían lidiar los cobradores a algunos individuos:

-El cochero del tranvía número 15 de Sans y un viajero promovieron no poco escándalo en la carretera de la Cruz Cubierta. A las palabras siguieron los insultos. y sucesivamente bofetones. puñetazos. golpes. y como cuadro final. la cura en la casa de socorro.
Conductor 1890

La empresa del tranvía de Gracia es preciso haga comprender al conductor número 43 los deberes de la educación. pues el proceder que observó anoche en el viaje de las diez. con un joven dependiente de una casa de comercio. merece no pase desapercibida por la Dirección.
Sin embargo, esta última noticia tuvo un desmentido al día siguiente: 18 de octubre de 1883
-Debemos rectificar la noticia que dimos ayer tarde sobre lo ocurrido por la noche en un carruaje del tranvía de Gracia. entre un joven y el conductor. puesto que aquél fue el que agrió la cuestión. lo cual le ha valido una reprensión. fuerte de parte de su principal. persona muy conocida nuestra.
Entre sus funciones también estaba la de orientar a los viajeros, y en el caso de París donde habían líneas con correspondencia, facilitarle el billetaje para esta.

ART. 380. - Emisión de billetes de correspondencia e información relativa a la misma. - Dentro de París, los conductores o cobradores entregarán a los pasajeros que lo soliciten, los billetes que les dan derecho a acceder a otras lineas de correspondencia o enlace con las líneas correspondientes.

Las billetes llevarán a la fecha actual y el número del coche en el que fueron emitidos o firmar para arriba para él. Los conductores o cobradores deberán anunciar en voz alta la llegada a estos puntos de correspondencia las diferentes líneas de conexión o destinos en este punto.
Cobrador en un autobús con imperial

Si como habíamos visto en su día, el mayoral debía tener cuidado de la mecánica del coche y del cuidado de los animales durante el trayecto, al conductor correspondía el cuidado del interior del coche así como la labor de recuperar los objetos olvidados en su interior: 

ART. 381. - Objetos perdidos. - Durante el viaje, y cada terminal, en la medida de lo posible antes de que los viajeros estén fuera, los conductores deberán revisar el interior y visitar el Imperial de sus coches. Si se hallan objetos que no pueden ser entregados en el acto a sus propietarios, estos deben ser depositados en la prefectura de policía antes de cuarenta y ocho horas.

Por último, los controladores deberán a presentar en el mismo período, los elementos dejados por los pasajeros dentro de las salas de espera.
Una noticia de 29 septiembre 1881 nos muestra la profesionalidad del personal: -Un conductor de ómnibus, de París, ha tenido la suerte de hallar en su vehículo la respetable cantidad de 350,000 francos en billetes de banco, entregando á sus jefes la cartera que contenía este tesoro. Media hora después se presentaba á reclamarla un riquísimo propietario del bulevar Monparnasse, que recompensó al fiel conductor con un luis. Este rasgo es de los que; excusan todo comentario en favor del donante.
Tambien en nuestra ciudad, los conductores demostraban su buen hacer y el 28 de junio de 1883 sucedía: -El conductor número 18 del tranvía de Gracia á esta capital. José Aguilera. encontró el lunes un pañuelo en el coche. conteniendo una respetable suma en billetes del Banco de España. Ya el día anterior el mismo conductor había vuelto á su dueño una moneda de cinco duros que le había entregado en vez de una pieza de calderilla. Recomendamos á la Compañía el proceder del citado conductor. que revela una honradez á toda prueba.

Monedas en 1860 anteriores a la Peseta.

El cambio de moneda.
La tarea de cobro exiguia una gran responsabilidad, hacia los años 1880 con el establecimiento de la peseta, se produjo un cambio de moneda. Asi la nueva peseta convivió con cuartos, reales y diversos tipos de calderilla.
Esto supondria una tarea añadida a los cobradores, que ahora se convertirán en cambistas y que no siempre estarían por la labor originándose multitud de conflictos:
32493 de julio de 1881
-Es preciso que á la mayor brevedad se dicte una disposición definitiva acerca de la circulación dé las monedas borrosas, puesto que de lo contrario los conflictos que surgirán serán numerosos. Si no deben circular, bueno fuera que se diese una orden para recogerlas, Ayer, un amigo nuestro subió en un coche del tranvía que recorre el trayecto de la plaza de Cataluña á la Barceloneta, y al pagar dio una peseta, devolviéndole el "conductor dos monedas de plata, una de dos reales y otra de uno, ambas borrosas.
Al regresar de la Barceloneta en el coche número 8, al pagar el billete dio al conductor la moneda de dos reales y este se negó á admitirla, bajo el pretexto de que ni en la Dirección del tranvía ni en los estancos le seria, admitida. Replicóle aquel que no tenia otra moneda y que otro conductor se la había entregado.
No le bastaron á este dichas razones, y al llegar á la plaza de Palacio llamó á un municipal, quien no supo como dirimir el conflicto. Luego, al llegar á la plaza de Medinaceli, punto donde se dirigía nuestro amigo, se disponía á bajar del carruaje, cuando, según se nos manifiesta, el conductor empezó á insultarle, pasando luego á las amenazas. Irritóse aquel, y como se encuentra algo delicado de salud, le sobrevino un ataque, teniendo necesidad de que algunas personas le acompañasen á una farmacia para auxiliarle. Este caso y otros ocurridos recientemente, son la prueba más elocuente de que es de todos modos preciso que se dicte una resolución justa que evite la repetición de tales conflictos.

29 septiembre 1881
-Pasa de castaño oscuro lo que sucede con algunos conductores de tranvías de esta ciudad. Se quejan diferentes pasajeros del de Circunvalación y Gracia de que no pueden conseguir que se les devuelva el cambio justo, cuando pagan con moneda de plata, pretextando no tener cuartos sencillos

Una pareja de agentes en un tranvía madrileño.
25 de octubre de 1881 -Dice un colega local:
«Se nos denuncia un hecho que, si resulte. cierto, comó se nos asegura, es digno del más severo correctivo. Dicen-nos que uno de los conductores del tranvía de Gracia se negó ayer á aceptar una moneda legítima de dos pesetas. pretextando que las de dicha clase no eran admitidas por la Administración de dicho tranvía que las considera faltas de peso. No faltaba sino que el señor Uhthoff sé erigiera en legislador en un país que no es el suyo, estableciendo para las oficinas de su cargo un criterio que contraria la legislación vigente.
A esta dificultad, cabe añadir que en aquellos tiempos las compañías obligaban a los conductores a entregar la recaudación en plata, es decir no les admitían la calderilla y obligaba a estos empleados a tener que descambiar en comercios sus monedas lo que suponemos no sería fácil y además aumentaría el riesgo de pérdida o robo de la misma.
A fines del XIX una de las reivindicaciones en las huelgas de empleados de transporte, consistiría en la abolición de esta injusta norma, que finalmente conseguirían, no sin esfuerzo.
El cobrador  en su puesto fijo, echando una siesta .
El Ocaso de los cobradores.
En Barcelona, si no estamos equivocados, el último transporte en que sobrevivió este oficio fue el Tramvia Blau, hoy ni en él pervive, ya que el cobro lo hacen unos agentes en los extremos de la línea.
En los años veinte en Estados Unidos, la crisis y la competencia del transporte por carretera comenzó a amenazar a las pequeñas líneas interurbanas con una baja ocupación.
De ahí salió la idea de establecer el agente único en los tranvías. Para ello se adaptaría un coche de pequeño tamaño y con una entrada por el lado del conductor para facilitar el cobro por él. A este tipo de coche se le denominaría Birney y fue un éxito que permitió a muchas compañías sobrevivir un tiempo.
Coche tipo Birney 
Más tarde cuando la unión de firmas explotadoras de tranvías diseñó el PCC, que durante muchos años sería el modelo de tranvía imperante no solo en Estados Unidos si no también en Europa, América e incluso en la URSS y países del Este, su diseño también incluía la entrada delantera para facilitar el Agente único.
En Barcelona que nos gusta copiar y donde siempre hemos tenido una gran afición a los tranvías americanos, se construyeron los coches 1200 a semejanza de los PCC, pero el acceso con el mismo  sistema de puertas de los PCC, fue bastante confuso, en un principio se hizo entrada por la puerta central y salida por delante, llegando a tener dos puertas en la plataforma central, una por lado. Más tarde se dispondría del flujo clásico con acceso por delante y salida por el centro, que sería el que también tendrían los auténticos PCC, que procedentes de la D.C.Transit de Washington y remodelados a partir de 1962 en Macosa, circularían por nuestras calles también con el cobrador sentado cerca de la puerta delantera.
Cobrador en un 1200 de Barcelona
No sería hasta algunos años después de la desaparición de los tranvías, cuando se inició el agente único en los transportes de Barcelona. Para ello se adaptaría un sistema de acceso similar al de los PCC, con entrada por delante y salida central en los autobuses.
Las expendedoras de billetes, no son un invento moderno.

Esto conllevaría a la eliminación de la plataforma posterior y su cierre. También recuerdo que en ellos se instalaron unas máquinas de torniquete, una con una expendedora automática de billetes y otra accionada desde el puesto del chófer que haría las veces de cobrador. Había nacido el agente único.
Con la posterior aparición de las tarjetas multi-viaje incentivando el pre-pago, se reduciría la labor del chófer y poco a poco se iría implantando en todos los autobuses, hasta llegar a los articulados que serían los últimos en ver eliminada la plaza del cobrador.


4 comentarios:

  1. Estimados amigos:

    Ante todo, felicidades por el magnífico trabajo que estáis realizando. En referencia a vuestra última entrada, añadir que, en San Sebastián, el Consejo de Administración de la Compañía del Tranvía decidió, en la sesión celebrada el 11 de abril de 1907, cambiar la denominación de las categorías del servicio de movimiento. Así, a partir de dicha fecha los Wattman pasaron a denominarse Conductores y, el antiguo puesto de Conductor se rebautizó como Cobrador. En cuanto a la la explotación con Agente Único, el sistema se introdujo por primera vez el 5 de julio de 1968, en la línea de Ciudad Sanitaria. Los últimos cobradores se mantuvieron en la línea de Rentería hasta el 6 de agosto de 1979.

    Un fuerte abrazo,

    Juanjo Olaizola

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    1. Amigo Juanjo.
      Gracias por esta información, nosotros desconocíamos las fechas en que esta categorías cambiaron de nombre, aunque por las lecturas en la prensa de la época, debería coincidir con el cambio de siglo como en San Sebastián en 1907. Hacia 1900 ya aparecen algunas gacetillas donde cobrador y conductor se confunden. Es interesante tener este dato ya que podemos suponer sería un cambio generalizado.
      Con referencia a la aparición del agente único y la desaparición del cobrador en Barcelona, tampoco tenemos fechas concretas (tendremos que buscarlas), nos hemos fiado de la memoria.
      En la Web del Sr. Mora, (http://cv.uoc.es/~jmora/misc/cobrador.html), hay un extenso artículo sobre el paso del cobrador al agente único, pero tampoco concreta las fechas del cambio, tendremos que buscar en hemeroteca.
      Hay que añadir también que en Barcelona muchos de los conductores de tranvía no pudieron reciclarse en conductores de autobús. Este hecho retrasaría la implantación del agente único ya que la mayoría de ellos pasarían a ejercer de cobradores hasta su jubilación.
      Un abrazo
      rails i ferradures

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  2. Hola amics, com sempre un reportatge bonissim i molt treballat.
    Tranvies, records de la meva infantesa.
    El 30 passaba per devant de casa meva, i a la nit, quan anaven cap a la cotxera, els crits dels tranviaires, no deixaben dormir a la mare.Crec que ja ho vos vareig explicar.
    Una abraçada, Montserrat

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    1. Hola Montserrat,
      Quins temps els d'infantesa... Pobre mare, quan volia dormir i el soroll dels tramvies no la deixaven..
      Es curiós com de vegades records de situacions molestes amb el temps es dulcifiquen i poden esdevenir agradoses.
      Segur que arè voldries tornar a sentir aquells sorolls si tornes el seu entorn.
      Una abraçada des-de Sant Andreu.
      railsiferradures.

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