En la biblioteca de mi padre, había una colección de libros de bolsillo llamada Crisol.
No estaba completa, pero sí, compuesta por un buen número de volúmenes, que había ido coleccionando con el tiempo y que actualmente guardo en mi casa.
Entre ellos hay uno que parece que tenga el hábito de desaparecer o esconderse.
Se trata de una antología de Guillermo Diaz Plaja llamada “Cuentistas catalanes contemporáneos”
volumen 63 de dicha colección.
Uno de sus cuentos, lo recuerdo especialmente, aunque no, su título. Es una narración de Santiago Rusinyol, en que narraba una triste historia:
En sus devaneos por el Garraf para pintar cuadros tenia el hábito de visitar una masía. Para llegar a ella, se desplazaba en tartana desde la estación de Vilanova. La tartana era arrastrada por un viejo rocín de buen carácter, tranquilo y lento pero de seguro caminar al que el pintor llegó a coger cariño.
Años más tarde, en una corrida de toros en Barcelona, a la que habían invitado al pintor ,
al llegar a una de las suertes de varas, aparece nuestro viejo jamelgo montado por un picador , atónito ante la presencia de cientos de personas que lo hacen centro del espectáculo.
No estaba completa, pero sí, compuesta por un buen número de volúmenes, que había ido coleccionando con el tiempo y que actualmente guardo en mi casa.
Entre ellos hay uno que parece que tenga el hábito de desaparecer o esconderse.
Se trata de una antología de Guillermo Diaz Plaja llamada “Cuentistas catalanes contemporáneos”
volumen 63 de dicha colección.
Uno de sus cuentos, lo recuerdo especialmente, aunque no, su título. Es una narración de Santiago Rusinyol, en que narraba una triste historia:
En sus devaneos por el Garraf para pintar cuadros tenia el hábito de visitar una masía. Para llegar a ella, se desplazaba en tartana desde la estación de Vilanova. La tartana era arrastrada por un viejo rocín de buen carácter, tranquilo y lento pero de seguro caminar al que el pintor llegó a coger cariño.
Años más tarde, en una corrida de toros en Barcelona, a la que habían invitado al pintor ,
al llegar a una de las suertes de varas, aparece nuestro viejo jamelgo montado por un picador , atónito ante la presencia de cientos de personas que lo hacen centro del espectáculo.
No vale la pena continuar con el desenlace pero hay que recordar que entonces aquellos pobres animales no iban protegidos por el peto y su destino acababa apenas entrar en el coso.
Así aquellos buenos animales después de una larga vida de trabajo sirviendo en el arrastre de vehículos o las labores del campo, cuando dejaban de tener utilidad, se les daba un fin tan ominoso.
Hasta el año 1925, con la dictadura de Primo de Rivera, que tal vez influido por su filia británica, impuso la protección de los caballos con peto, reduciendo aquella salvajada, no se dió fin a aquel estado de cosas.
Así aquellos buenos animales después de una larga vida de trabajo sirviendo en el arrastre de vehículos o las labores del campo, cuando dejaban de tener utilidad, se les daba un fin tan ominoso.
Hasta el año 1925, con la dictadura de Primo de Rivera, que tal vez influido por su filia británica, impuso la protección de los caballos con peto, reduciendo aquella salvajada, no se dió fin a aquel estado de cosas.
Santiago Rusinyol.
Uno de los mitos de mi infancia fue Rusinyol, pintor, escritor, coleccionista, aventurero y bohemio.
Mis padres lo idolatraban, mi tío pertenecía a la sociedad fundada por el “El Arca de Noé” a la que podían asociarse aquellas personas amantes de los animales que tenían apellidos con nombre de tales: Llop, Vedell, Rusinyol...Entre sus múltiples andanzas figura la vuelta en carro a Catalunya que compartió con el también pintor Ramón Casas.
Uno de los mitos de mi infancia fue Rusinyol, pintor, escritor, coleccionista, aventurero y bohemio.
Mis padres lo idolatraban, mi tío pertenecía a la sociedad fundada por el “El Arca de Noé” a la que podían asociarse aquellas personas amantes de los animales que tenían apellidos con nombre de tales: Llop, Vedell, Rusinyol...Entre sus múltiples andanzas figura la vuelta en carro a Catalunya que compartió con el también pintor Ramón Casas.
Hace unos meses, cuando con motivo de una huelga general estuve recogiendo documentación en la hemeroteca de "La Vanguardia" sobre "Huelgas de Tranvías", en el año 1901, dí con un artículo de Juan Buscón en el que retrataba esta cruel situación y que forma el cuerpo principal de esta entrada.
La Vanguardia página 1, martes 7 de mayo de 1901—Si la huelga tranviaria no ha podido todavía encontrar solución satisfactoria y sigue en el mismo estado, en cambio la huelga de picadores de toros ha quedado terminada, mediando un arreglo que, según parece, satisface todas las aspiraciones. Regocijémonos de este resultado y demos gracias a la divina Providencia que atiende con protectora mano a remediar un mal de generales e inmediatas consecuencias.
Muy cierto es, desgraciadamente, que quedan en pie otros conflictos: el tranviario de Barcelona, el ídem ídem de Madrid, el de los. huertanos de Valencia y algunos más de distintos puntos de la Península; pero el gordo, el trascendental, el verdaderamente nacional, queda resuelto.
No ha sido flojo el susto que nos hemos llevado. Eso de pensar que en el momento más psicológico, cuando alborea ya la temporada de verano podíamos quedarnos sin picadores, lo cual es lo mismo que decir, que podíamos quedarnos sin corridas, era realmente pavoroso. Pero la España torera vive bajo una influencia benéfica; cuenta con alguna divinidad protectora que llega siempre a punto para sacarle de apuros. Y los picadores continuarán picando.
Podemos respirar...
La clase más directamente interesada en la prolongación de esa huelga, no ha dicho nada: se ha mantenido callada, sin hacer oír sus razones que tal vez hubiese invocado, si se llegara a solicitar su opinión.
Pero no se la ha consultado para nada. Refiéreme a la clase caballar, sección de jamelgos destinados al cruento sacrificio.
Si viviéramos todavía en la época en que los animales hablaran, habríase podido interrogar á esos infelices cuadrúpedos acerca de su criterio en esa cuestión Y fuera, a bien seguro, muy curioso el resaltado de una información por el estilo. No podría menos de desprenderse altísima filosofía de las apreciaciones que sobre las corridas de toros saldrían de la boca de «la mas noble conquista del hombre, conforme llamó Mr. de Buffon al caballo, y me parece estar oyendo el himno de alabanzas entonado por Rocinante en honor de la hidalguía, de la generosidad y de las gratitud humanas.
Y a propósito de caballos y de corridas taurinas.
Supongo que uno de los puntos en donde más júbilo habrá causado el feliz acabamiento de la huelga de picadores, debe ser esa población murciana de la cual nos hablaba el otro día el telégrafo.
Diose en aquella población una corrida y fuese porque los toros eran muy buenos o que los picadores eran muy malos, ello es que a la mitad de la fiesta no quedaba ya un jamelgo en píe: ni en el redondel ni en las caballerizas. Doce miserables rocines abiertos en canal, difuntos," habían pagado su deuda a la sociedad, a la afición y al espectáculo nacional. Y no había con que reemplazarles.
El empresario, fiado, sin duda, en un cálculo de probabilidades, creyó que con una docena de sardinas tendría lo suficiente para cubrir las necesidades. Generalmente con diez pencos—término medio establecido por un aficionado a cuernos y a estadísticas—hay lo suficiente para, cumplir los compromisos; los dos restantes y que completan la docena, son para un caso de apuro. El empresario de la fiesta murciana se imaginó que con el ganado adquirido tendría lo menester: pero el destino quiso jugarle una mala pasada, y ahí me tienen ustedes al infeliz colocado en una de las situaciones más críticas esa que pueda verse un hombre de.., vergüenza. Ya no quedan caballos: los tres últimos que había de reserva yacen despanzurrados sobre la ensangrentada arena: el toro se pasea, triunfante con los cuernos rojos y pringados; los picadores, desmontados, le contemplan con profunda escama, al amparo de la barrera. Y entre tanto, el público, ese público compuesto de gentes que figuran en el censo como ciudadanos civilizados o casi civilizados, grita, vocifera, ahulla y patea. ¡Caballos!... ¡caballos!...¡caballooooos!.., clama en ensordecedor y bronco vocerío. No le bastan, no, a esa, multitud pseudo-cristiana las doce víctimas que ha visto caer ahí inermes, indefensas, agujereadas y destrocadas por los terribles pitones de las fieras—menos fieras, empero, que aquella multitud.—Quiere más sangre todavía; quiere solazarse con el grato espectáculo de nuevas víctimas agonizantes y arrastrando por el suelo sus viscosas, enrojecidas y palpitantes tripas. Y como no hay más caballos, como no queda más carne para saciar la ferocidad humana, aquel compuesto de seres inteligentes y libres lleva su rabia hasta el paroxismo y destroza cuanto a mano le Le viene.
¿Qué pensaría el toro delante de semejante cuadro'?... pues pensaría y diría para sí mismo:
¡Qué brutos son esos seres llamados racionales! Bien mirado aquí no hay más que una persona decente: y esta soy yo.
Juan Buscón
Muy cierto es, desgraciadamente, que quedan en pie otros conflictos: el tranviario de Barcelona, el ídem ídem de Madrid, el de los. huertanos de Valencia y algunos más de distintos puntos de la Península; pero el gordo, el trascendental, el verdaderamente nacional, queda resuelto.
No ha sido flojo el susto que nos hemos llevado. Eso de pensar que en el momento más psicológico, cuando alborea ya la temporada de verano podíamos quedarnos sin picadores, lo cual es lo mismo que decir, que podíamos quedarnos sin corridas, era realmente pavoroso. Pero la España torera vive bajo una influencia benéfica; cuenta con alguna divinidad protectora que llega siempre a punto para sacarle de apuros. Y los picadores continuarán picando.
Podemos respirar...
La clase más directamente interesada en la prolongación de esa huelga, no ha dicho nada: se ha mantenido callada, sin hacer oír sus razones que tal vez hubiese invocado, si se llegara a solicitar su opinión.
Pero no se la ha consultado para nada. Refiéreme a la clase caballar, sección de jamelgos destinados al cruento sacrificio.
Si viviéramos todavía en la época en que los animales hablaran, habríase podido interrogar á esos infelices cuadrúpedos acerca de su criterio en esa cuestión Y fuera, a bien seguro, muy curioso el resaltado de una información por el estilo. No podría menos de desprenderse altísima filosofía de las apreciaciones que sobre las corridas de toros saldrían de la boca de «la mas noble conquista del hombre, conforme llamó Mr. de Buffon al caballo, y me parece estar oyendo el himno de alabanzas entonado por Rocinante en honor de la hidalguía, de la generosidad y de las gratitud humanas.
Y a propósito de caballos y de corridas taurinas.
Supongo que uno de los puntos en donde más júbilo habrá causado el feliz acabamiento de la huelga de picadores, debe ser esa población murciana de la cual nos hablaba el otro día el telégrafo.
Diose en aquella población una corrida y fuese porque los toros eran muy buenos o que los picadores eran muy malos, ello es que a la mitad de la fiesta no quedaba ya un jamelgo en píe: ni en el redondel ni en las caballerizas. Doce miserables rocines abiertos en canal, difuntos," habían pagado su deuda a la sociedad, a la afición y al espectáculo nacional. Y no había con que reemplazarles.
El empresario, fiado, sin duda, en un cálculo de probabilidades, creyó que con una docena de sardinas tendría lo suficiente para cubrir las necesidades. Generalmente con diez pencos—término medio establecido por un aficionado a cuernos y a estadísticas—hay lo suficiente para, cumplir los compromisos; los dos restantes y que completan la docena, son para un caso de apuro. El empresario de la fiesta murciana se imaginó que con el ganado adquirido tendría lo menester: pero el destino quiso jugarle una mala pasada, y ahí me tienen ustedes al infeliz colocado en una de las situaciones más críticas esa que pueda verse un hombre de.., vergüenza. Ya no quedan caballos: los tres últimos que había de reserva yacen despanzurrados sobre la ensangrentada arena: el toro se pasea, triunfante con los cuernos rojos y pringados; los picadores, desmontados, le contemplan con profunda escama, al amparo de la barrera. Y entre tanto, el público, ese público compuesto de gentes que figuran en el censo como ciudadanos civilizados o casi civilizados, grita, vocifera, ahulla y patea. ¡Caballos!... ¡caballos!...¡caballooooos!.., clama en ensordecedor y bronco vocerío. No le bastan, no, a esa, multitud pseudo-cristiana las doce víctimas que ha visto caer ahí inermes, indefensas, agujereadas y destrocadas por los terribles pitones de las fieras—menos fieras, empero, que aquella multitud.—Quiere más sangre todavía; quiere solazarse con el grato espectáculo de nuevas víctimas agonizantes y arrastrando por el suelo sus viscosas, enrojecidas y palpitantes tripas. Y como no hay más caballos, como no queda más carne para saciar la ferocidad humana, aquel compuesto de seres inteligentes y libres lleva su rabia hasta el paroxismo y destroza cuanto a mano le Le viene.
¿Qué pensaría el toro delante de semejante cuadro'?... pues pensaría y diría para sí mismo:
¡Qué brutos son esos seres llamados racionales! Bien mirado aquí no hay más que una persona decente: y esta soy yo.
Juan Buscón
El 3 de febrero 1916 fallecía en Barcelona, Ezequiel Boixet, (Juan Buscón). Nacido en Lleida, el año 1849 trabajó como redactor en La Vanguardia que llegaría a dirigir durante muchos años. De carácter liberal, sus artículos bajo el seudónimo de Juan Buscón amenizaron la portada del diario retratando fielmente la sociedad de entonces.
Su encuentro casual, en varias exploraciones de la hemeroteca de dicho diario ,ha sido una muy grata sorpresa a la par que buena fuente de información.
Recomendamos a aquellos exploradores del pasado,como nosotros, la lectura de sus amables y a la vez punzantes crónicas.
Su encuentro casual, en varias exploraciones de la hemeroteca de dicho diario ,ha sido una muy grata sorpresa a la par que buena fuente de información.
Recomendamos a aquellos exploradores del pasado,como nosotros, la lectura de sus amables y a la vez punzantes crónicas.
Dedicamos esta entrada a Clariana, gran defensora de los animales.
Hola amics:
ResponderEliminarJa he patit ja, llegint aquesta entrada.
Pobrets caballs.
I l´altra día només amb va faltar veurer per la TV. una cabra que tiraban desde un campanar en unes festes tradicionals.
M´agradat molt que anomenisiu a Santiago Rossinyol.
Aquesta entrada es molt pero que mol complerte el que passa que jo si pògués amb faria vegeteriana, tambe m´estimo molts els animals.
Una abraçada i una estiradeta fluxe i suau d´orelles als burrets.
Montserrat
Tras haber aprendido a través de estas páginas como trataban a los caballos en las explotaciones tranviarias, al leer el título de la entrada me he debatido entre leer o no.
ResponderEliminarLo he leído y me ha parecido brutal, no sabía la manea de acomenter en el pasado la suerte de varas y me ha parecido brutal. Vaya tela con la Fiesta!
Por cierto, ayer paseando por Sant pasé por las cocheras y me acorde de vosotros!
Un abrazo!
Espero que d'aquí cent anys es vegi igual el toreig actual.
ResponderEliminar¡Hola Railsiferradures!
ResponderEliminarHe vuelto a leer con más atención el post y realmente es impactante.
No puedo entender como el humano puede ser tan cruel, con unos animales que le han ayudado toda su vida, dedicándole toda su fuerza, su trabajo, sus cualidades de animal, y todo el agradecimiento es dejar al caballo a su suerte, sin preocuparse de en dónde puede acabar.
Los caballos son verdaderas víctimas de las corridas, pues su destino no era éste, no tendría que ser éste, en mi opinión ni siquiera el matadero.
En cuanto a los toros son otras víctimas que les hacen sufrir una barbaridad, ese ataque al caballo, lo provocan "ellos" los humanos, no puede pedírsele a un toro que mantenga su estado natural, cuando se le pica brutalmente y otras tortuas que se le van haciendo hasta el final. Ni siquiera puede morir con dignidad, en la intimidad. Se le sigue atormentando cortándole el rabo, las orejas en vivo, hasta el final.
Digo todo ésto porque "ellos" con esta fiesta quieren hacer ver que el malo de la película es el "toro" cuando no es así, es el humano que no le importa hacer sufrir a estos animales, toros y caballos con tal de divertirse un poco. Mira es que es una vergüenza, yo cuando pienso en ésto y en otras cosas, verdaderamente me siento mal, me avergüenzo de pertenecer a la especie humana.
Me ha encantado esta entrada, a pesar de su dureza, pues la información es básica en este mundo en que vivimos. Y os agradezco la dedicatoria, aunque me gustaría poder hacer más por los animales, de lo que realmente hago. Un abrazo para todos vosotros.
Clariana me envió el link de tu post y se lo agradezco, porque me parece excelente. Duro, como la vida misma, pero muy bien expuesto.
ResponderEliminarTe felicito.
Un abrazo desde Argentina
(además adoro el idioma catalán !)
Bon dia Montserrat,
ResponderEliminarNo ens agrada gens fer patir a ningú i me-ins a persones tan amables com vosaltres.
Aquesta es una entrada que m'hages agradat molt no tindre que publicar mai, però un cert sentiment de justícia vers als pobres cavalls també a la meva germana, finalment ens ha decidit a editar-lo.
No crec que calgui ser vegetaria per respectar als nostres germans animals, a la natura hi ha ser carnívors y vegetarians.
lo que si crec que es important es anar eliminant totes les crueltats innecessàries cap els altres éssers.
No vull estendrem en detalls per que l'important es el missatge no els exemples que poden ser escabrosos e innecessaris.
Tampoc som un grup antitaurí, encara que personalment no m'agraden els toros i si crec que es podria fer molt, inclús sense abolir-los per eliminar molts dels patiments i vexacions que s'infringeix a aquests animals.
Gracies per el vostre afectuós comentari i reveu una forta abraçada dels vostres amics de Sant Andreu,
railsiferradures
Buenas tardes Bandero,
ResponderEliminarAgradecemos el coraje demostrado en no pasar de lado estas lineas, de todos modos forma parte de nuestra libertad de elección, la de leer o no aquellos textos que consideremos.
Espero no tener que publicar algo semejante en un tiempo, pero al entrar por esta puerta falsa que a veces se abre al pasado, no siempre encontramos cosas agradables.
Hemos omitido hasta hoy temas como los accidentes, la precariedad laboral de los empleados de las compañías y muchos otros temas que tal vez en un futuro saquemos de este baúl de recuerdos que a veces nos es útil para comparar con las situaciones actuales.
Nos gusta que formemos parte de tu imaginario y que al ver estas cocheras te acuerdes de este pequeño equipo, a nosotros también nos pasa cuando hay alguna cosa fuera de lo común en el metro ya pensamos, esto puede ser un tema para Bandero.
Recibe un fuerte abrazo de
railsiferradures
Hola Gralla,
ResponderEliminarBenvingut a els nostre comentaris, nosaltres també desitgem que ben aviat a el mon taurí hi hagi una revolució que el faci me-ins cruel.
L'altre dia en un Blog veia una fotografia d'un grop de blancs cremant a un home negre. Aquesta fotografia deuria ser dels anys trenta del segle XX. Avui es segueix fent atrocitats però l'aspecte de impunitat que feien aquells "humans" no crec que es pugui repetir.
Jo tinc la esperança que dintre d'uns anys com tu be dius veurem aixo al passat com quelcom que no hauria d'haver succeït mai.
Salutacions
railsiferradures
Hola Clariana,
ResponderEliminarComo dice el toro del articulo:
¡Qué brutos son esos seres llamados racionales! Bien mirado aquí no hay más que una persona decente: y esta soy yo.
Desgraciadamente de esta quema no se salva nadie yo mismo que hoy me considero un amante de los animales, puedo afirmar que de niño hice autenticas maldades a insectos y lagartijas.
Quizas la crueldad forma parte del propio ser humano, espero equivocarme.
Recibe besos y abrazos de esta pequeña tribu,
railsiferradures
Bienvenida al Blog Mabel,
ResponderEliminarHubiésemos deseado que fuera con otra tipo de entrada, pero, nobleza obliga, teníamos una deuda con nuestros esforzados y trabajadores jamelgos que no podíamos demorar.
Esperando poder ofreceros otras entradas más positivas y agradables recibe nuestro afectuoso saludo.
rails iferradures
He llegado de casualidad a este blog y la verdad que me ha encantado! ya tenéis a un nuevo seguidor!
ResponderEliminarTe dejo un enlace a un vídeo que quizás ya conozcas http://www.youtube.com/watch?v=kJdwzY1o7k8 yo creo que por el recorrido podría ser el 22... ya me diras y felicidades por el blog!
Buenas noches y bienvenido Xavier,
ResponderEliminarGracias por proporcionarlos el enlace, que pronto colgaremos en la barra de videos, para compartirlo con nuestros amigos y visitantes.
Esta película, es un clásico de nuestro cine; para su filmación se monto una cámara sobre la plataforma delantera del tranvía, que se uso como si fuera un larguísimo travelling, además unos días antes y mediante anuncios en la prensa se invito a los barceloneses a participar saliendo al paso del convoy como bien se ve en las caras de todos los paseantes.
La filmación se proyecto en un cine de la ciudad durante bastante tiempo. ahora no recuerdo su nombre pero cuando lo encuentre lo indicaré.
Como bien dices la ruta que figura es la de Atarazanas-Ramblas que abierta el año 1901, en 1911 recibiría el indicativo de 22.
Un cordial saludo,