
Años más tarde al encontrarlo y leerlo de forma arbitraria me cautivo por su excelente estilo y porque era una fantástica historia del nacimiento del ferrocarril moderno de la que he podido sacar interesantes informaciones.
Hoy nos complacemos de publicar un fragmento de este querido libro que hace referencia al nacimiento del transporte de viajeros por ferrocarril. En el vemos que nuestros amigos equinos, también contribuyeron en el nacimiento no solo de este tipo de transporte si no de una nueva concepción de la forma de desplazarse y comunicarse.
El éxito acompañaba, la línea de Stockton a Darlington -señalaría el principio de una. nueva era, viniendo a efectuar, sencillamente, una completa revolución en los medios de comunicarse en todos los pueblos civilizados. Las circunstancias podrían considerarse, en su totalidad, como favorables, y más anunciaban el triunfo que la derrota. Hombres prudentes, razonables y reflexivos, figuraban al frente del negocio, interesados en ver que se administraba económica y eficazmente, teniendo, por otra parte, la ventaja de contar con el concurso de un ingeniero dotado de grandes recursos, buen sentido, genio mecánico y clara inteligencia. La cantidad de carbón que había de ser transportada puede decirse que era casi ilimitada, encontrándose la mayor dificultad en hallar un medio satisfactorio de acomodarla. '
No obstante, hasta después de haber estado la línea en explotación durante algún tiempo, no se empezó a apreciar, en toda su magnitud, el importante carácter de este tráfico. Al principio, se creyó que el principal movimiento procedería del transporte de carbón para el interior; pero la. cláusula incluida en el primitivo proyecto, a instancia. del señor Lanbton, por la cual, la Compañía veíase reducida a no


Decidiose sin embargo hacer la prueba, con un coche autorizándose a George Stephenson para que lo hiciera construir en Newcastle por cuenta de la Compañía .
Así se efectuó, y el primer coche de pasaje se construyó según los dibujos de nuestro ingeniero. La obra, no obstante, resultó modesta, estando todavía bien distante de lo que debería ser un coche dedicado a tal objeto: en su interior había a cada lado una hilera de asientos hallándose, en el centro una. larga mesa de pino, y teniendo la entrada en la parte posterior lo mismo que en los ómnibus. Este coche llegó a Newcastle la víspera de la inauguración y formó parte del convoy mencionado.
Consultado Stephenson respecto al nombre que debería darse al carruaje, contestó enseguida que el de «Experimento» cosa que inmediatamente se efectuó.
Tal era todo el material destinado al pasaje de la Compañía Stockton a Darlington en el año 1825
El Experimento fue no obstante el precursor de un importante tráfico, siendo, poco después por coches mas perfectos (aunque todavía tirados por caballos y más adelante tirados por largos trenes destinados exclusivamente al pasaje y arrastrados por locomotoras.
El «Experimento» principió a funcionar como coche de pasaje el 10 de Octubre de 1825 o sea 15 días después de la inauguración de la línea.
Iba tirado por un solo caballo y hacia un viaje diario de ida y vuelta entre las dos poblaciones separadas por una distancia de 12 millas, que recorría en dos horas.
El precio del pasaje era un chelín, sin distinción de clases, permitiéndose a cada pasajero un catorce libras de peso de equipaje sin gasto alguno adicional. Este carruaje no fue directamente explotado por la Compañía, sino arrendado a contratistas que se encargaron de hacerlo en determinadas condiciones.


El tráfico de todo género aumentaba. tan constante y rápidamente, que resultaba difícil se efectuara satisfactoriamente. Según la primera ley, referente al ferrocarril de Stockton y Darlington" se advertía que la línea, quedara libre para todo el que quisiera usarla, abonando los derechos convenidos, pudiendo, cada cual, poner vagones y caballos en la vía, conduciéndolos por su cuenta.

Andando el tiempo, se construyeron nuevos coches para acomodar mejor al público, hasta que, por último, trenes de pasaje circularon regularmente arrastrados por locomotoras, si bien esto no se llevó a cabo hasta que la. Compañía de Liverpool y Manchester llegó a establecerlo como rama importante del tráfico.

Las tres locomotoras Stephenson fueron, desde el principio, empleadas con regularidad en el arrastre de los trenes de carbón y lo bien que llenaron su objeto originó el aumento gradual de su potencia. La rapidez de la marcha de esta, máquina, por lenta que hoy parezca, fue, en aquella época, considerada poco menos que como maravillosa. Habiéndose efectuado una carrera en competencia entre la máquina número 1 y uno de los coches diligencia que hacían el trayecto de Darlington a Stockton por la carretera, se consideró como un gran triunfo del arte mecánico, que la locomotora llegara primero aventajando a su competidor en unas cien yardas. La misma máquina seguía trabajando, en buen estado, en 1846, en cuya época fue ala cabeza del convoy ferroviario, celebrado con motivo de la inauguración del ferrocarril de Middlesborough y Redcar, caminando a razón de catorce millas por hora. Esta máquina, la primera que arrastró un ferrocarril público, ha sido después colocada, sobre un pedestal, frente a la estación de Darlington. , .

Los detalles de la explotación fueron, gradualmente, perfeccionándose con la práctica ; no teniendo, en un principio. los que concibieron el proyecto y construyeron la línea, apenas conciencia de la importancia y significación de la obra que habían emprendido, ni pudieron pensar que echaban los cimientos de un sistema llamado a revolucionar las -comunicaciones internacionales, convirtiéndose en fuente de prosperidad para el género humano. Conviene tener en cuenta que ,el resultado comercial de la empresa fue considerado como satisfactorio desde el primer momento. Además de originar un gran beneficio público a los habitantes del distrito; contribuyendo a abrir nuevos mercados a los depósitos casi inagotables de carbón que se descubrieron en él de Bishop Auckland, las utilidades derivadas del tráfico creado, por el ferrocarril permitían, que se pagaran dividendos más crecidos a aquellos que habían arriesgado sus capitales en la empresa, sirviendo así de estímulo a los qué pensaran en proyectos análogos.

Por otra parte este libro, fue para nosotros el descubrimiento del gran filantropo, que fue Smiles, que con su obra pretendió dignificar a las clases populares, imbuyendo-las en una cultura de esfuerzo y auto superación.