sábado, 24 de junio de 2023

La Plaza del Comercio de Jules Ainaud, 1872

 

 
 

  Hemos podido disfrutar de las fotografías realizadas por Jules Ainaud, entre los años 1871 y 1872, en la exposición “La Cataluña de Jules Ainaud” que ofrece la Fundación MAPFRE de Barcelona y que recomendamos. 

 Esta exposición tiene un valor especial, la fotografía de la Plaza del Comercio (hoy Pla de Palau), en la que por primera vez para nosotros aparece la construcción de una vía tranviaria en Barcelona.

Documentándonos sobre la exposición, observamos que es fruto del trabajo del Sr. Jep Martí Baiget que tras años de trabajo, divulgó el nombre del fotógrafo autor de dichas fotografías que para personas como nosotros eran fotografías de J. Laurent, según rezaba la inscripción de la placa.

El Sr. Martí, tiene numerosos trabajos sobre historia de la fotografía en la red: Juan Laurent | L'àlbum del Jep (wordpress.com) que merecen una detenida lectura.

En el folleto de la exposición, escribe:


Hace ya más de ciento cincuenta años que el conjunto de fotografías que Jules Ainaud realizó en Cataluña entre 1871 y 1872 por encargo de la casa J. Laurent se expuso en el Ateneo Barcelonés por primera y única vez. Siempre se había considerado que estas imágenes eran propiedad de la empresa que las había encargado y que Laurent era su autor. Hoy en día sabemos que fueron captadas por Jules Ainaud, al igual que gran parte de las imágenes de la zona de Levante que comercializó la casa J. Laurent entre 1871 y 1879.


En esta ocasión solo nos centraremos en las fotografías de Jules Ainaud sobre la plaza del Comercio.


En el Diario de Barcelona, el 5 de junio de 1872, aparece la noticia de que el Sr Aianud está realizando una serie de fotografías en la Plaza del Comercio:

Diario de Barcelona, miércoles 5 de junio de 1872. El inteligente fotógrafo de la casa Laurent de Madrid, Sr. Aínaud, rodeado ayer de no pocos curiosos, estaba sacando fotografías de los edificios de la plaza del Comercio.

Será numerosísima la colección de vistas y monumentos de Barcelona que formará dicho fotógrafo, pues según tenemos entendido, se propone no solo sacarlas de los conjuntos, sino también de los detalles en los edificios que lo afirmarán por su importancia artística. Así, de la Catedral, de la cual ha fotografiado los más importantes trozos del interior y del exterior, se propone también reproducir las rejas del claustro, que constituirán un álbum excelente para el estudio del dibujo industrial artístico. Terminada la octava, fotografiará asimismo nuestra preciosa custodia.


En dicha fecha creemos que las fotografías realizadas podrían ser:

Barcelona 1249 Plaza del Comercio (con al menos tres placas diferentes).
Barcelona 1250 fuente de la Plaza del Comercio.

Barcelona 1251 La Lonja.



La fotografía 1249 está tomada desde lo alto del tramo aún restante de la muralla del mar, a una altura de unos cinco metros del nivel de la plaza con orientación NO-O.


La exposición de las tres placas se realizó poco después del medio día, dada la proximidad del solsticio estival al mediodía, la sombra sería totalmente vertical, en los tres casos las sombra, cubre parcialmente la calzada, avanzando ligeramente en cada secuencia.
Nos aventuraríamos a indicar que las fotografías se realizarían entre las 3 y las 4 de la tarde. El orden de las mismas sería el indicado en la secuencia mostrada a continuación, siendo la última correspondiente a una placa estereoscópica.



En las diversas fotografías se ve movimiento en las personas y los carruajes, no así en las obras del tranvía que se mantienen sin ninguna modificación en las tres imágenes.


Los carruajes que aparecen en la imagen corresponden a coches de plaza, sin duda a la espera de los profesionales de la Bolsa u otros negocios de la zona, ya que en 1872, podríamos indicar que la plaza del Comercio era el centro neurálgico de la ciudad, que mucho más tarde se desplazaría a la plaza de Cataluña.


En las obras del tranvía, se aprecia un vagón plataforma utilizado para el transporte del material, y suponemos, también para la verificación de la vía una vez ejecutada, además sobre el vagón hay un banco de trabajo. 


Las ruedas se soportan con sendos cojinetes que parece que dispongan de resortes de caucho.

La tracción parece realizada en limonera (un animal) uncido al vagón mediante varas.


Además de los grandes adoquines, en la fotografía se aprecian muy bien los largueros sobre los que se apoyan los raíles, las traviesas e incluso las escuadras que unen ambos.

Los raíles, parecen una versión más simple de la que considerábamos como Loubat, en la fotografía parece que la base sea plana y la pestaña del contracarril muy suave más parecida a la de los raíles Tramp o Filadelfia, que creíamos se habrían descartado.

En fin, la fotografía, nos da muchísima información sobre la obra.

Quizás en su momento para el Sr. Ainaud fuera una molestia el tener la plaza en obras, su pretensión sin duda era la de dar la mejor imagen de la plaza, y unas obras en ejecución no daban la imagen que desearía, pero hoy gracias a ello tenemos un documento inigualable.

miércoles, 7 de junio de 2023

El tranvía llega a los Baños del Astillero.



 


La primera ampliación de la red tranviaria barcelonesa, se efectuó en 1873.

Se da como fecha oficial de su inauguración el 21 de junio de 1873, este año celebraremos su 150 aniversario.

Barcelona a fines del XVIII


 


LOS BAÑOS DE MAR EN BARCELONA

La Barceloneta es quizá el barrio más marinero de Barcelona. Es un territorio nuevo construido fuera de la muralla, surgido ante la necesidad de reubicar a la población desalojada del barrio de Ribera, tras la construcción del fuerte de la Ciudadela. Su población fue mayoritariamente formada por pescadores y gente relacionada con el puerto y la marinería.

En los siglos XIX y XX fue además sede de numerosos establecimientos de baños que, sobre todo en verano, eran lugares de ocio y salud de la población de nuestra ciudad.

Los ómnibus y posteriormente los tranvías serían quienes facilitarían el desplazamiento de la población a esta nueva forma de recreo de masas.

Sin duda la población pescadora sería la pionera en adentrarse en el mar, primero por las necesidades del oficio que llevarían luego a la tradición o actividad recreativa el baño de mar.

Zona de baños de San Beltrán

Pero sin duda las ideas higienistas, fruto de la Ilustración, serían las que llevarían a la población a esta actividad.  En Barcelona ya existían casas de baños que usaban agua de mar con fines terapéuticos, como el de la “Casa de la Caridad” que data de fines del XVIII y el de los baños de San Beltrán abierto en 1829.

En su origen eran baños de pila, es decir, el agua de mar se dirigía a unas bañeras donde los bañistas hacían su tratamiento de baño, en agua de mar caliente.

No sería hasta mediados del siglo XIX cuando se introduciría el baño de oleaje, es decir, directamente en el mar. 

Uno de los establecimientos pioneros en el baño de oleaje, fue los baños del «Astillero», construidos en 1856 al final de la calle Mayor de la Barceloneta.

Baños del Astillero

Así, hacia 1860 la Barceloneta se convirtió en una gran área de baños de mar que contaban además con restaurantes, venta de periódicos, baños flotantes, aparatos gimnásticos.

La zona de baños se situaba en el lado de la Barceloneta que daba al mar abierto, mientras el otro lado estaba destinado a zona portuaria hasta la entonces muralla del mar.

A principios de la década de los setenta el puerto empezó a prologarse en dirección a las Atarazanas, ello supondría la eliminación de la muralla del mar y el uso de la zona de San Beltrán para las obras de construcción de los bloques que fundamentarían los futuros muelles.

Esto, como indica el Sr. Unthoff implicaría la desaparición de los populares baños de San Beltrán, más próximos a la ciudad, y potenciaría aún más a la Barceloneta como sede de los baños en la ciudad.


EL TRANVÍA LLEGA A LOS BAÑOS

Tranvía de la Barceloneta hacia los años noventa.

    La llegada del tranvía a la Barceloneta, en 1872, facilitaría el desplazamiento de la población a los baños, pero al poco de su apertura, su gerente Gerardo Unthoff observó que era necesario que sus tranvías llegaran no ya cerca, sino al interior del mismo establecimiento para superar la competencia de los carruajes.

En diciembre de 1872, presentó a la comisión de fomento un proyecto de ampliación del tranvía desde la calle del Juicio hasta los baños del Astillero que presentaba así:

Gerardo Unthoff Como director Gerente de la Compañía Anónima de Tram-vías de Barcelona expone:

Que desde hace algunos años se deja sentir en Barcelona y en la época de baños de mar la falta de un servicio que facilite el transporte con comodidad y rapidez a aquellos saludables e higiénicos establecimientos.

Esta necesidad se ha hecho mucho más imperiosa desde la desaparición de la playa de San Beltrán, que ha obligado a los bañistas a concurrir a los establecimientos situados al extremo de la Barceloneta, hasta el punto que cada año ocurren atropellos y hasta desgracias provocadas por el afán de conseguir sitio en los escasos e incómodos ómnibus que hasta hoy prestan servicio.

Uno de los temas que en sus planteamientos iniciales se propuso esta Compañía, fue la de llevar el servicio que se ha aludido; más si bien la compañía cuenta con el material necesario para prestar el servicio, por no llegar la vía más que hasta la calle del Juicio no puede prestar a los pasajeros la comodidad necesaria dejándolos al pie mismo de los repetidos establecimientos.

En esta consideración, la Compañía y por repetidas instancias de los señores propietarios de estos establecimientos ha decidido proyectar una prolongación hasta los Baños Astilleros, consistente en la simple prolongación de la vía por las calles Mayor de la Barceloneta y del Andén del Muelle hasta aquel punto.

En Barcelona a 9 de diciembre de 1872

Con el proyecto, se adjuntaba un plano del maestro de obras Rafael de Luna, fechado el 25 de noviembre de 1872, del que reproducimos el trazado sobre un plano de la Barceloneta de 1856.

La solicitud fue aprobada por el consistorio el 17 de abril de 1873, en virtud de un acuerdo tomado el 7 de aquel mes, autorizando la prolongación a los baños del Astillero, como sigue: Concedo permiso a la Empresa del tranvía de esta Ciudad para la prolongación de las líneas de las calles Mayor y del Andén alto del Muelle... con una serie de condiciones como:

-1.a El sistema de tranvía empleado será el mismo que el establecido actualmente en esta Ciudad por la misma Compañía.

-15. Que la curva pase por frente de la casa de Baños, yendo a empalmar en la calle Mayor en dirección opuesta a la proyectada, en el modo y forma que sigue la construida en la calle del Juicio.

Este último punto obligó a modificar el proyecto y el tranvía tendría un apartadero junto al establecimiento en la calle del mismo nombre, en vez de entrar en la instalación.


Sin duda esta modificación mejoraría el funcionamiento del tranvía, ya que mantenía el sentido de circulación, evitando una maniobra de cambio de sentido de las caballerías.

No tenemos noticia del inicio ni del transcurso de las obras; sin embargo, una gaceta de La Imprenta nos informa:

La Imprenta, No. 156 (5 jun. 1873) Ed. Mañana

BAÑOS DEL ASTILLERO de agua del mar; quedan abiertos para la temporada de verano. Los coches del Tram-vía llegan hasta el mismo establecimiento.

Los Baños del Astillero en hacia 1930

También, a consecuencia de la apertura del nuevo tramo, el Ayuntamiento fija la obligatoriedad de sentido único de circulación en la calle del Juicio:

La Imprenta, No. 196 (15 julio 1873) Ed. Mañana- Alcaldía popular de Barcelona. Prolongada la tram-vía de esta ciudad con un ramal que desde la calle del Juicio conduce los baños llamados del Astillero en el barrio de 1a Barceloneta; a fin de evitar los entorpecimientos que la circulación rodada podrán ocasionarse y el peligro o que de otra suerte se expondría a los transeúntes, esta Alcaldía ha acordado que en lo sucesivo y cuál se verifica respecto de la calle Mayor del mencionado barrio, solo puedan circular por la citada del Juicio, los carruajes que sigan igual dirección que los coches de la propia tram-vía.

Aquel verano el tranvía también estrenaría las populares jardineras, como muestra esta gaceta:

Crónica de Cataluña, 5 mayo. 1873 (Ed. de la tarde).   -Ayer tarde tuvimos ocasión de visitar nuevamente la estación del tram-vía de Barcelona Gracia, (...) Se nos dijo que iban a adquirirse unos 28 caballos más para facilitar el mayor tránsito que naturalmente habrá en el verano, que se estaban esperando otros seis carruajes de Inglaterra, de los cuales, cuatro serán abiertos muy, propios para la próxima estación.

Dedicaremos una próxima entrada a los coches de verano y a las jardineras.