Como
en el antiguo juego de la oca, vamos a saltar de la casilla de puente a la
siguiente...
En
1888 al incendiarse el inmemorial “pont de barques”, se quedaron las dos
orillas del Ebro sin ningún punto fijo de paso desde Zaragoza hasta la
desembocadura del Ebro.
Solo
los pasos de barca y el puente del ferrocarril comunicaban ambas orillas.
La
sociedad que gestionaba el puente de barcas tenía ya un proyecto de puente fijo
para sustituir aquel, pero año tras año se había ido demorando el mismo.
Así
mismo, el Estado quería acabar con aquel aislamiento y los proyectos de un
puente público datan de al menos 1850.
De los textos leídos al respecto, nosotros deducimos que
la propiedad que gestionaba el "pont de barques", no quería perder sus derechos
sobre el mismo, por lo que además de
retrasar al máximo la modernización del puente,también parece que sospechosamente influyó en la tardanza de la construcción del puente del Estado y así mismo cuando este estuvo
construido, el retraso en la apertura y cesión de terrenos para la
construcción de los accesos al puente.
Ello
desvió la atención sobre este paso, y finalmente sería el puente colgante de
Amposta el que marcaría las nuevas rutas entre Valencia y Barcelona con un
trazado mucho más breve y que finalmente irían marginado a la ciudad de Tortosa
de las rutas principales.
Indicios de primeros proyectos del paso del Ebro en Tortosa.
A mitad del siglo XIX, se produce un nuevo impulso en la
construcción de carreteras y caminos vecinales.
Uno de los más abandonados era la ruta del levante es
decir, la antigua vía Augusta y actual N-340. Sin embargo las inversiones
dedicadas a estas obras fueron menguando; así en junio de 1850 la situación
era:
13 DE JUNIO DE 1850 El Ancora
Nuestro corresponsal de Tortosa nos escribe lamentándose de la
desgraciada suerte en que de nuevo van á quedar sumidos cuatrocientos ó
quinientos trabajadores, con motivo de suspenderse las obras en la carretera dé
Vinaroz á Tortosa por falta de caudales. ;. También nos dice, se trata de
proceder cuanto antes a la subasta del puente colgante sobre el Ebro que ha de
sustituir el de Barcas que hoy en día existe.
16 DE JUNIO -1850 La
Patria /BOLETÍN NACIONAL.
El día 8 de junio
llegó á Tortosa, de vuelta de Barcelona, el ingeniero civil señor Aguado. Con
objeto de trazar el puente colgante sobre el Ebro, que ha de sustituir al de
barcas que ahora existe, cuya obra se subastará oportunamente, con lo que
tendremos este adelanto para el paso de la diligencia por aquí desde Valencia á
Cataluña y viceversa.
Pero al mismo tiempo
que se traza, y se proyecta, y se nos aturde todos los días con mejoras
materiales, están para suspenderse los trabajos de la carretera que se dirije desde Vinaroz á Tortosa, por falta de caudales. Mas para que no se diga que no
continúan los trabajos, se ocuparán una docena de peones, que ni aun podrán
atender á reparar el deterioro que necesariamente ha de producir la
paralización de unas obras que aun les falta mucho, aun á los mejores trozos de
la carretera, para que se hallen corrientes. Ya se ve, en este punto, á pesar
de lo avanzado de la estación había trabajando demasiada gente para que se la
pudiera sostener algunos meses sin que al punto se echase de ver la escasez de
recursos que se distrajeron de su verdadero objeto, y que una vez invertidos no
es fácil tomar los que están destinados á las diarias y perentorias atenciones
del servicio público...
Hasta 1888, no hemos encontrado más noticias en la prensa
del proyecto del nuevo puente. Es decir pocos años tras la apertura del tranvía
de Tortosa - Arrabales, parece producirse un nuevo interés por la modernización
del paso del Ebro:
5 de julio de 1888 —El Diario de
Tortosa propone al Ayuntamiento de aquella ciudad como altamente conveniente á
los intereses de la misma, invitar al señor Canalejas, ministro de Fomento
cuando se halle en Valencia a que pase á Tortosa para que vea el estado vergonzoso del puente de barcas sobre el Ebro, amenaza continua en tiempos de
avenidas, y que por otra parte, no correspondiendo á las necesidades del
tráfico, perjudica al comercio de aquella plaza. Así el joven ministro que ha
demostrado gran interés por todas las necesidades de los pueblos que pueda
contribuir á satisfacer desde su departamento, podría hacer todo lo posible para
que el proyecto del puente de hierro sobre el Ebro, que ya se halla en
estudio, sea pronto una realidad beneficiosa en alto grado para Tortosa.
La primera noticia sobre el nuevo puente aparece en la
siguiente gaceta:
25 de agosto de 1888 La Vanguardia. —Por valor de 300.000 pesetas ha quedado firmado el
contrato entre la empresa constructora del puente de hierro sobre el Ebro, en
Tortosa, y un vecino de Mora, para la conducción sobre el río de todo el
material que se necesite.
El proyecto y
construcción del nuevo puente bautizado
como de la Virgen de la Cinta o popularmente de la Cinta, se encargaría a la
Maquinista Terrestre y Marítima que estaba entonces al mando de XXXXXX
los trabajos de construcción se iniciaron en 1894 finalizándose en 1895.
La ejecución fue promovida por las instituciones tortosinas: obispado y
burguesía a través del banco de Tortosa,
llevándose a término con un gran secretismo, por lo que popularmente en
Tortosa se le llamó “pont dels muts”.
Los promotores del puente
particular o de la Cinta, a los pocos días del incendio, ya presionaron para
que el Estado desistiera de la construcción del puente público y así mantener
un derecho de peaje sobre el nuevo puente:
9 Julio 1892, La
Vanguardia Aunque, según dijimos, los vecinos de
Tortosa, al solicitar al gobierno que les dé permiso para construir un nuevo
puente metálico no piden que les otorguen ninguna subvención directa, con
objeto de contribuir al coste del mismo, solicitan el establecimiento del
derecho de peaje, en la forma en que existe en algunos puentes que han sido
construidos por cuenta de los Ayuntamientos ó de las Diputaciones provinciales.
Transición entre el “Pont de barques” y los puentes Particular
y del Estado.
Tras el incendio, se
habilitó un paso de barca, que seguiría activo tras la construcción de los
puentes de la Cinta y del Estado, como puede verse en la fotografía.
También se pidió el
desplazamiento de un puente de barcas militar, pero esta petición que hubiera
paliado la situación en gran medida, no se llevó a cabo.
5 Julio 1892, La
Vanguardia Es posible que próximamente, marche á
Tortosa una sección del regimiento de pontoneros, á fin de instalar el nuevo
puente sobre el Ebro.
Sin embargo la tarea de
estos pontoneros no fue de la eficacia necesaria, al menos según lo que se
desprende del siguiente texto publicado al mes siguiente:
1 Agosto 1892, La Vanguardia
Increíble parece que hayan pasado veinte y cuatro
días desde el incendio del puente de barcas, y que nos hallemos incomunicados
aun con la otra orilla, lo mismo que una hora después de la catástrofe. Bien
pudiera enumerar uno á uno los perjuicios que nos irroga la angustiosa
situación que á esta ciudad y su comarca creó el incendio del 4 del
actual... pero interésame más exponer
las justas quejas de todo un pueblo ante la indiferencia de un gobierno, pues
si es exigente cuando de cobrar tributos se trata, no acude en ayuda de un pueblo
cuando es éste víctima de cualquier percance.
... Pero por el estado en que hoy nos encontramos,
por continuar aun la tramitación del proyecto del puente de hierro después de
veinte y cuatro años de estar por las oficinas, como dijo el ministro de
Fomento señor Linares Rivas, contestando á nuestros diputados, prometiendo
además, que en vista de lo sucedido haría activar dicho expediente, y que
pondría en juego cuantos medios fueran necesarios para dar pronta satisfacción
á las necesidades de esta comarca.
Para demostrar el gobierno que quería
hacer algo, envió á ésta en los primeros momentos, á un capitán de pontoneros,
para estudiar la instalación de un puente provisional que dicho cuerpo tiene en
sus almacenes de Zaragoza; hechos los estudios por el mismo, y justificada su
necesidad, resultó que su traslado á ésta importaba la suma de 43.000 pesetas,
y esta enorme cantidad hizo desistir al gobierno de acudir en nuestro auxilio,
para aminorar en algo nuestro malestar.
Envió después á los ingenieros de la
provincia para construir enseguida una barcaza, ó sea la unión de dos barcas
por medio de maderas, para no interrumpir el paso del río, y esta
insignificante obra, que cualquiera de nuestros calafates estoy seguro que
hubiera hecho en dos días, hace veinticuatro, y aun no está concluida, á pesar
de la actividad é ilustración de los ingenieros enviados.
Y una vez finalizada su labor, los pontoneros regresaron a
su cuartel.
3 Septiembre
1892, La Vanguardia Los ingenieros encargados por el arsenal civil de
construir el puente sobre el Ebro, en Tortosa, han regresado á Barcelona,
trayendo les datos y trabajos preliminares necesarios á dicha construcción.
Con
referencia al paso de barcas construido, el corresponsal de la Vanguardia nos
escribe lo siguiente:
La autorización para la
construcción del puente por parte del estado por parte de la autoridad militar,
data de diciembre de 1892:
21 Diciembre 1892 La Vanguardia El Capitán general ha contestado á una
pregunta del ministro de la Guerra, que no ve inconveniente en que se construya
el proyectado puente sobre el Ebro en Tortosa. Considerase probable que dentro
de breve plazo empiecen las obras de dicho puente.
La construcción se
adjudicaría a la Maquinista y se iniciaría el 1894, paralelamente el banco de
Tortosa gestionaría la construcción del puente particular el mismo año
estableciéndose una curiosa carrera entre ambos que ganaría el puente
particular.
Inauguración del “Pont de la Cinta”.
El
8 de Junio de 1895 sería inaugurado el puente de la Cinta, la fiesta se
prolongó hasta el día 11 de aquel mes con pasacalles, corridas de toros, bandas
de música, teatro y hasta carreras de hombres caballos y mulos...
El
puente fue ornamentado e iluminado y se realizó un espectacular castillo de
fuegos.
El puente particular sería de titularidad privada y acceso
de peaje para personas y carruajes no teniendo competidor hasta 1900 cuando se
dispusieron escaleras de acceso al puente del Estado cuya obra había finalizado
también en 1895, pero que no pudo utilizarse por no disponer de espacio para la
construcción de las rampas de acceso, a causa de dificultades de expropiación
de terrenos.
En 1900 pudieron los peatones acceder a través
del puente del Estado al otro lado del río sin tener que pagar pasaje. Las
rampas no se finalizaron hasta 1911, en fecha sospechosamente próxima al inició de las obras del puente de Amposta.
El puente de Amposta inició sus obras en 1915, abriéndose a la circulación en 1921, a partir de aquel momento la ciudad de Tortosa dejaría de
ser un punto importante en la ruta del Levante, posteriormente las nuevas
carreteras, autopista e incluso el ferrocarril, optarían por el paso de
Amposta que acortaría considerablemente
las distancias.
Así podemos concluir que del “pont de barques” surgieron
tres nuevos puentes: el Pont de la Cinta, el puente del Estado en Tortosa y el
puente colgante de Amposta.