El renill havia ressonat realment al carreró una matinada
boirosa de l'any 1916, quan el Trèvol, conduït del ramal per un peó del llaüt
Carlota, va eixir de l'escalfor de l'estable al fred de l'hivern per emprendre
la baixada del moll de les Vídues. (1)
Así de contundente comenzaba uno de los párrafos del libro de Jesús Moncada
“Camí de sirga”, explicando la salida de la cuadra del mulo Trèvol, para
iniciar en Mequinenza la tracción animal a sirga.
El Ebro y la navegación fluvial son protagonistas de la narración.
(1) El relincho había
resonado en el callejón una madrugada brumosa del año 1916, cuando el “Trèvol”, guiado por un peón del laúd Carlota, salió del cálido establo al frío invernal
iniciando la bajada hacia el muelle de las Viudas.
Transporte fluvial y caminos de sirga.
En tiempos en que el transporte por carretera era casi inexistente, la
navegación fluvial era un medio eficaz y económico de acarreo y favoreció el
crecimiento de muchas ciudades en las cuencas fluviales.
En Europa la existencia de grandes llanuras y ríos con abundante caudal
facilitaron esta navegación, que además, a partir de la Ilustración, se completó con una gran red de canales, impulsando el transporte y comercio de
mercancías.
Esta red aún hoy forma parte del transporte europeo sobre todo de
graneles y grandes cargas.
La navegación fluvial requería, para remontar la corriente, una tracción
externa. En caudales suficientemente anchos las embarcaciones
podían usar velas para impulsarse, pero cuando los vientos no eran favorables o
la estrechez del río no permitía el viraje, era preciso recurrir a otra fuerza
de empuje, a este tipo de arrastre desde la orilla con un cable o maroma se le
denomina arrastre a la sirga o simplemente sirga, de lo que su acción pasa a
denominarse sirgar.
Originalmente la propia tripulación sirgaba, desde la orilla mediante una maroma
ligada a proa, la embarcación.
Este duro trabajo permitía remontar los ríos, ya que además del esfuerzo de
remolcar la carga contra corriente, no siempre las orillas eran transitables,
por ello con el tiempo fueron estableciéndose en los márgenes fluviales, caminos
por los que se podía transitar arrastrando las embarcaciones.
A diferencia de la gran tradición marinera de toda la península Ibérica,
por condicionantes naturales, no ha sido prodiga en navegación fluvial.
Tan solo las cuencas finales de los ríos Duero y Tajo en Portugal y Guadalquivir y Ebro en España han tenido tráficos considerables.
En la vertiente mediterránea solo el Ebro ha tenido un tráfico fluvial
mayoritariamente en el tramo entre Zaragoza y el delta de dicho río.
Podríamos concluir que ciudades como Tortosa y Zaragoza tuvieron en el Ebro
un factor de crecimiento al facilitar el comercio y el transporte de los
productos de sus áreas de influencia.
El transporte de carbón entre la cuenca minera de Mequinenza y la estación
de Tortosa fueron el canto del cisne de la navegación por dicho río.
El establecimiento de caminos de sirga, facilitaría el paso de bestias de
carga, así cuando las cargas a transportar y el valor de la mano de obra aumentaron,
se produjo la paulatina sustitución del arrastre humano por tracción ecuestre.
Quan no bufava la garbinada i els llaüts no podien, per
tant, pujar a vela, els tripulants eren els encarregats de la duríssima feina
de sirgar per la vora i remolcar-los aigües amunt. Ara volien substituir els
homes per bèsties. (2)
... tampoc no constava que s'hi hagués afirmat que el
sistema de remolcar les naus amb bèsties, adoptat ja temps enrera a les terres
planes del delta de l'Ebre, no resultaria riu amunt, on el camí de sirga era
sovint abrupte, difícil i, en alguns llocs, inexistent. Ni es podia assegurar ... (3)
...Dos dies més tard, van saber de boca de tripulacions
de pujada que l'Arquimedes Quintana havia atracat a Tortosa, des d'on havia
d'emprendre el retorn i fer la prova de substituir els sirgadors per bèsties
de tir... (4)
Moncada, nos relata en su obra este cambio de tracción que en Mequinenza se
dio en 1916, casi simultáneamente al de la mecanización de muchos otros transportes
que hasta entonces eran de tracción animal.
A conseqüència de l'èxit del viatge, el sistema de sirga
amb bèsties de tir fou adoptat de seguida a totes les mines de la conca.
Cadascuna instal-là els seus propis estables als carrerons dels molls, les
tripulacions van ser reorganitzades i els antics sirgadors, substituïts pels
matxos, passaren com a peons als nous llaüt que eixien de les drassanes i s'afegien al
tràfec dels rius. ( 5)
(2) Cuando no soplaba el viento del sudoeste y los laúdes no podían, por lo
tanto, navegar a vela, los tripulantes eran los encargados del durísimo trabajo
de sirgar desde la orilla y remolcarlos aguas arriba. Ahora querían sustituir los
hombres por bestias.
(3)... tampoco constaba que se hubiera afirmado que el sistema de remolcar las naves con bestias, adoptado ya tiempo atrás en las tierras llanas del delta del Ebro, resultará río arriba, donde el camino de sirga era a menudo agreste, difícil y, en algunos lugares, inexistente. Ni se podía asegurar ...
(3)... tampoco constaba que se hubiera afirmado que el sistema de remolcar las naves con bestias, adoptado ya tiempo atrás en las tierras llanas del delta del Ebro, resultará río arriba, donde el camino de sirga era a menudo agreste, difícil y, en algunos lugares, inexistente. Ni se podía asegurar ...
(4)...Dos días
más tarde, supieron por boca de otras tripulaciones que Arquímedes Quintana
había atracado en Tortosa, desde donde se disponía a emprender el retorno y
hacer la prueba de sustituir a los sirgadores por bestias de tiro.
( 5) A
consecuencia del éxito del viaje, el sistema de sirga con bestias de tiro fue
adoptado enseguida por todas las minas de la cuenca. Cada una instaló sus
propios establos en los callejones de los muelles, las tripulaciones fueron reorganizadas
y los antiguos sirgadores, sustituidos por las mulas, se incorporaban como
peones a los nuevos laúdes que salían de los astilleros y incorporándose al
trasiego de los ríos.
SIRGAR
La sirga con tracción animal fue todo un arte, en el que confluyeron dos oficios
aparentemente dispares, el del navegante y el del arriero; el sirgador debía guiar al tiro y gobernar el timón de modo que aminorase el esfuerzo del animal.
Una muestra en “camí de sirga”:
El matxo sirgava lentament per la riba dreta remolcant el
llaüt. De tornada de Tortosa, ja prop de la vila, el Neptú remuntava l'Ebre amb
una feixuga càrrega d'arròs i de terrissa. Vora la mitjana de la Ferradura,
Joanet, del Pla, que barrejava a proa amb el bitxer a fi d'alleugerir l'esforç
de la bèstia, .... ( 6)
( 6) La mula
sirgava lentamente por la orilla derecha remolcando el laúd. De regreso de
Tortosa, ya cerca de la villa, el Neptú remontaba el Ebro con una pesada carga
de arroz y cacharrería. En la orilla de la mediana de la Herradura, Joanet del
Pla, trajinaba a proa con el bichero para
atenuar el esfuerzo de la bestia, ....
Mulas y caballos de tiro.
El vell quadrer acaricià la llisor tèbia del llom d'un matxo abans de
posar-li la cabeçada; un estremiment poderós va recórrer com una onada la pell
de la bèstia, impregnada d'olor calenta i agra de palla i de fems. ( 7)
Si en centro Europa percherones, ardaneses y otros excelentes caballos de
tiro impulsaban las embarcaciones, en nuestro país, las mulas “matxos” ejercieron
esta labor; este animal de gran fuerza e inteligencia fue un buen colaborador
de los navegantes del Ebro.
A diferencia de Francia y otros países donde existía una organización de
tiros para acarrear las embarcaciones con una organización similar a las
postas, es decir cubriendo el arrastre por tramos de río. En el Ebro, los navegantes debían de disponer de su propio tiro y por tanto
eran parte de la tripulación que embarcaban y desembarcaban cada vez que habían
de remontar un tramo.
La navegación por sirga era solo en algunos tramos y circunstancias, ya que
el cauce del Ebro permitía también la navegación a vela.
( 7) El viejo establero acarició el suave y tibio lomo de una
mula antes de colocarle la cabezada; un poderoso estremecimiento recorrió la
piel del animal, impregnada de un olor caliente y agrio a paja y estiércol.
La construcción del embalse de Ribarroja a finales de los 60 dió fin a este
transporte paralelamente a la desaparición de la villa de Mequinenza y de gran
parte de la minería del carbón.
Esta historia pueden leerla en CAMÍ DE SIRGA.