jueves, 1 de mayo de 2025

Tracción por inercia: Gyro bus


 

  Estábamos enfrascados en una nueva entrada de la serie "dimensionado de la red de tranvías", cuando se fue la luz...

No pretendemos ser una publicación de actualidad, habitualmente"nuestra  actualidad" tiene más de cien años, pero como a todo hijo de vecina, esta influye en nuestra forma de pensar y hacer.

El incidente del apagón, sus consecuencias y las explicaciones dadas por los técnicos, con referencia a las dificultades ante la recuperación del suministro energético, junto a la lectura de diversos artículos sobre una aplicación en el transporte público del volante de inercia, nos motivó a rescatar esta tecnología y dedicarle un espacio en "rails i ferradures".

Hace años un amigo y compañero de estudios, Antonio Zayas, divagando sobre las entonces embrionarias energías renovables, me habló de la energía mantenida por los volantes de inercia y su aplicación en el transporte.

El tema había pasado al cajón del olvido hasta  encontrar una fotografía de un autobús repostando energía en un poste, con un trole trifásico y una inscripción en el frontal del vehículo: GYRO BUS. La curiosidad motivó  buscar este término, dando un interesante resultado: el gyrobus era nada más y nada menos que una aplicación de la tecnología del volante de inercia en el transporte.

En proaktiva.eu, encontramos un extenso artículo que narra la historia y características de este vehículo.



El prototipo Gyrobus se construyó sobre el chasis de un camión FBW de 1932. El volante de inercia o giroscopio se situaba en el centro de este chasis, entre los ejes.

 Este disco, de 1,5 toneladas de peso y 1,6 m de diámetro, estaba encapsulado en una cámara hermética llena de gas hidrógeno a una presión reducida de 0,7 bares para reducir la resistencia del aire. El volante giraba a un máximo de 3000 rpm.

El principio de funcionamiento sería que el autobús se acoplaría a un pórtico elevado ubicado en paradas seleccionadas. Los troles de contacto se elevarían suministrando electricidad trifásica al volante de inercia a 380 V. Esta elección de voltaje permitía utilizar la red eléctrica normal, minimizando así las instalaciones técnicas necesarias. El volante de inercia también podía cargarse, enchufándolo a una toma de corriente. Este era el procedimiento de carga habitual en las cocheras.

El volante de inercia giraba mediante un motor asíncrono trifásico. Este mismo motor actuaba como generador al desconectarse de la toma de tierra. La elección de una máquina asíncrona sin escobillas contribuyó a reducir al mínimo la fricción dentro del conjunto del volante. Una vez en modo generador, la energía del volante alimentaba a un motor de tracción asíncrono de 52 kW, dispuesto longitudinalmente tras el eje trasero. Unos condensadores controlaban el par motor. La disposición podía invertirse, de modo que la energía recuperada por el motor durante el frenado o en descensos se devolviera al volante de inercia.(...) En condiciones normales, el Gyrobus podría cubrir de 5 a 6 km entre cargas (teniendo en cuenta las paradas y el tráfico). Una carga tomaría entonces de dos a cinco minutos. El autobús podría funcionar a hasta 55 km/h.

El chasis del prototipo fue carrozado por Carrosserie-Werken Aarburg (CWA), y las primeras pruebas se realizaron en varios lugares de Zúrich. El Gyrobus se inauguró en servicio público en las rutas de la VBZ en 1950.

Existieron, tres redes de gyrobus:

Yverdon a Grandson, (Suiza): gestada por la “Societé Anoyme Gyrobus Yverdon — Grandson (GYG) ” funcionó entre 1953 y 1960 en una línea de 4,5 km con cuatro puntos de recarga y tres coches.

Kinsasa, (República Democrática del Congo): La operadora, Société des transports en commun de Léopoldville (TCL), con una red de 4 líneas y 20 km de extensión y 12 gyrobuses, los mantuvo en servicio hasta la guerra de independencia de 1959.

Gante, (Bélgica). La empresa belga SNCV/NMVB. Explotó una línea entre Gante-Merelbeke con tres gyrobuses entre 1956 y 1959. Uno de estos vehículos se conserva en el museo del tranvía de Amberes.


Desgraciadamente, este sistema no consiguió abrirse en el mercado del transporte, lo que hubiera abaratado los costes de producción y consecuentemente mejorado su diseño, al mismo tiempo el bajo coste de los combustibles a finales de los cincuenta, (hasta la crisis del petróleo de los setenta), en comparación del coste de la electricidad, no favoreció su implantación.

El giroscopio, no dejaba de ser una peonza gigante, lo que genera una fuerza axial que estabiliza el vehículo. También este efecto giroscópico se materializaba en una conducción muy suave.

Otras aplicaciones del volante de inercia en el transporte.

El volante de inercia es un elemento básico que se usa como estabilizador energético en numerosos motores y generadores. Sus aplicaciones en el transporte son numerosas, una de ellas fue el monorraíl de Brenan.

En 1910, mucho antes que Gyrobus fuera concebido, Louis Brennan presentó en Londres un revolucionario tipo de ferrocarril.

Hace tiempo habíamos hablado de los monorraíles no suspendidos, que incluso tuvieron aplicaciones de tracción animal, donde el guiado y el soporte de la carga se realizaban sobre un único raíl, pero el vehículo precisaba de alguna rueda soporte adicional para impedir el vuelco. El ferrocarril de Brennan no solo era capaz de mantenerse perfectamente equilibrado en un solo riel, incluso completamente detenido, sino que también se inclinaba en las curvas para no perder velocidad.



Brennan presentó su primera patente de monorraíl giroscópico en 1903, y en 1907 consiguió completar su primer prototipo. En él un giroscopio le permitía mantener el equilibrio gracias al momento angular. Para mejorar su adscripción a las curvas, añadió un segundo giroscopio, conectando por un engranaje al primero para evitar que giraran en la misma dirección.

El monorraíl giroscópico estuvo listo en 1909, tenía más de 10 metros de largo, pesaba 22 toneladas y podía transportar hasta 15 toneladas.



Un motor de gasolina de 20 caballos de fuerza, proveía la energía de arranque y desplazamiento, accionando un generador que, alimentaba los motores eléctricos en los bogíes e impulsaba ambos giroscopios.

En 1910 fue presentado oficialmente al público en la Japan-British Exhibition, en Londres, pero no consiguió las inversiones necesarias para continuar. Uno de los inconvenientes de este sistema, era que cada vehículo precisaba de un giroscopio, no pudiendo remolcar otros sin él.

La firma suiza Oerlikon también fabricó locomotoras con tracción por volante de inercia para la tracción en zonas susceptibles a la presencia de atmósferas explosivas, como algunas industrias químicas, o la minería del carbón. La creación de motores eléctricos con blindaje especial para zonas con atmósferas explosivas, hizo innecesarias estas aplicaciones.

Finalmente, indicaremos que en la actualidad, existen aplicaciones de almacenamiento eléctrico basadas en volantes de inercia situados en subcentrales transformadoras, tienen la ventaja de que siendo completamente mecánicas, pueden actuar sobre equipos de corriente continua o alterna, no teniendo la limitación de las baterías que solo pueden operar en continua, además la naturaleza mecánica del sistema no genera residuos tan contaminantes como en el caso de las baterías de litio.

martes, 18 de marzo de 2025

La red de Feeders de Barcelona en 1910.

 

   En 2023, nuestro amigo R. Lascorz, nos facilitó un manuscrito realizado por un técnico, probablemente de la Compañía Anónima de Tranvías, y firmado como C.P.S.

Se trataba de un libro dietario, en el que con plumilla y tinta china se describían todas las acciones a realizar en la red de alimentación eléctrica de "Los Tranvías de Barcelona" hacia 1910.

El cuaderno, de casi 200 páginas, está repleto de esquemas de la red eléctrica de la compañía, con dibujos a plumilla de instalaciones subterráneas, e indicaciones de puntos críticos u obstáculos que pudieran encontrar los trabajadores durante la ejecución de la obra. Es un retrato del estado de la red en aquel momento, y nos permite hacer una descripción de la red eléctrica y de su evolución en los primeros años.




Feeders al inicio de la electrificación del tranvía en Barcelona.

En 1898, cuando se iniciaron los trabajos de electrificación de la red de "Los Tranvías de Barcelona", se determinó la construcción de una central eléctrica en un punto central de su red para abastecerla de electricidad. Sobre esta central, situada en la calle de Carrera, próxima al puerto de Barcelona, hemos informado en las entradas:

-La Central de Carrera, cuando los carros trajinaban carbón.

-La alimentación eléctrica de los tranvías. Conmutatrices y vapor de mercurio.

-Madrid-Barcelona, un regalo de Navidad.

También hemos escrito sobre otros sistemas de alimentación, como las subcentrales. Ahora toca el tema del transporte de la electricidad desde los generadores hasta la línea aérea, es decir, los feeders.

Cuando "Los Tranvías de Barcelona" optaron por electrificar sus líneas, ya había una considerable experiencia en esta materia. La compañía adjudicó el contrato de electrificación a Dick, Kerr & Co., Limited, de Londres. Este sistema, que operaría en los primeros años, tenía como punto más visible el que el hilo de toma de corriente estaba descentrado.

Este factor, que pretendía ahorrar al disponer de ménsulas muy cortas y reducir el número de tensores de línea, tenía como efecto que el trole trabajara con tensión lateral y como resultado eran muy frecuentes las salidas de trole y enganches del mismo con el hilo de contacto.

Así, la compañía se vio obligada a sustituirlo por el de línea centrada sobre el eje de la vía.

Circuito de feeders y cajas de seccionamiento de 1899

Por su parte, el cableado subterráneo era muy simple. Un hilo único de cobre, conectaba la central a la línea aérea que alimentaba el tranvía. Era el positivo de la corriente continua y en origen salía con una tensión de 700 voltios que, finalmente y por diversos factores, principalmente la caída de tensión en la red, se convertía a 500 V al llegar a su destino.

El retorno se hacía por la vía, así debió de revisarse todo el sistema de raíles, procediendo a la soldadura de raíles o al conexionado de uniones con cobre, para asegurar la conductividad de la vía.

Finalmente, la vía se conectaba a la central con un hilo de retorno, para cerrar el circuito. En algunos tramos de la red, fue necesario instalar hilos de refuerzo a la vía para asegurar este retorno.

Ronda de Sant Pau, composición hecha con paginas 19 a 29 del documento.

Para evitar el caos de líneas de hilos aéreos que con la telefonía, se había adueñado del cielo de las ciudades, las autoridades obligaron a las compañías tranviarias a que la red de feeders o alimentadores del sistema tranviario, fuera subterránea, no así el hilo de contacto que siguió aéreo, por ser el más fiable y económico para la alimentación de los coches de tranvía.

El sistema originalmente instalado en Barcelona, tal como está dibujado en Street Rail Journal de febrero de 1899, está compuesto por dos hilos de cobre, uno para transporte de la energía o positivo de unos 44 mm de diámetro, y otro también positivo denominado piloto de unos 20 mm de diámetro, que servía para pruebas y comunicación telefónica.

Feeders y caja de seccionamiento 1899.

Estos hilos estaban colocados en el interior de un canal de hierro fundido de aproximadamente 100 mm de ancho por 70 de alto, y su aislamiento se efectuaba sobre una base de madera, sobre el que se sentaban ambos hilos en paralelo, y una vez instalados, se recubrían con resinas bituminosas, para cerrar el aislamiento eléctrico. Finalmente, se cerraba la canal con una tapa de fundición de hierro para proteger esta conducción contra agresiones mecánicas.

Como puede verse, el sistema era muy primitivo, y seguramente muy expuesto a la acción corrosiva del agua o humedades que deteriorarían el aislamiento.

La red se complementaba con diversos puntos de conexión a la línea aérea en los que se instalaba un disyuntor, para interrumpir la conexión a la red en caso de avería. En estos puntos se instalaba un armario de fundición en el que un interruptor podía aislar cada tramo de vía.

Estos armarios estuvieron en nuestras calles hasta fechas muy recientes, en Inglaterra, donde popularmente se les denominaron cajas Lucy “Lucy box”, ya que el fabricante más popular fue W. Lucy & Co. Ltd., se ha promovido una campaña de protección que ha conseguido salvar y dignificar algunas de estas cajas tras años fuera de uso.

Caja de seccionamiento de la Barcelona Tramways.
 Foto de J. Ibáñez 1970
El accionamiento de estos disyuntores fue manual en su origen, aunque pronto se automatizaron, consiguiendo así una mejor protección contra los efectos de la rotura de hilos de contacto.

A los diez años de la primera instalación, el sistema de feeders, requería una renovación total. Así, en 1910, según el manuscrito, se realizó una nueva instalación de línea feeder esta vez con canalizaciones de mayor envergadura; cables en lugar de hilos y con protección textil y de caucho como aislamiento. Esta vez, las canalizaciones se hicieron de obra, de tamaño mucho mayor, y con separaciones entre conductos.

Planificación de la obra de 1910

De los dibujos del manuscrito, también se deduce una más elaborada ejecución con tramos metálicos, tubos de protección y diversas soluciones a cruces con alcantarillas y otros obstáculos del subsuelo.

Con ellos y el dibujo de un feeder de 1899, hemos realizado un dibujo comparativo de ambas canalizaciones para mostrar las mejoras introducidas.



La red tuvo que reforzarse, tras la incorporación de las nuevas líneas de la Compañía Nacional de Tranvías y la electrificación del Tranvía de Barcelona, Ensanche y Gracia.

Para ello, la primera acción que se realizó fue la instalación de una subcentral de acumuladores eléctricos en la cochera del Ensanche en Gracia, creando un feeder entre la central de Carrera y esta subcentral. En esta subcentral de Ensanche, antes de 1910, se instalarían los primeros grupos motor-dinamo que asegurarían la potencia a la red.

En los trabajos de 1910, la red ya presentaba un sólido esquema que podemos ver en el plano adjunto.

Los feeders de 1910, presentan un aspecto más complejo, con un hilo de alta tensión, otros de baja, probablemente de 700 V, en ocasiones hilo de masa o retorno, y finalmente el hilo de prueba y línea telefónica.

En el documento no figuran las tensiones, pero sí las secciones de cable, lo que nos puede dar alguna idea dimensional de las mismas. Las llamadas líneas de baja tensión, son las que se conectaban a la línea aérea. La línea de alta servía para alimentar a la subcentral.

Descripción de la red de Feeders de 1910.

La red partía de la Fábrica de Carrera, dirigiéndose por la calle del mismo nombre hacia el Paralelo. Desde ahí, se bifurcaba hacia el Este por dicha Avenida y hacia el Norte por el Paseo de Colón.

Red de alimentación (feeders), en 1910.

La línea principal de Carrera a Gracia contaba con un cable de alta que se abastecía en Carrera y en la Central del Paralelo de la compañía Barcelonesa de Electricidad y finalizaba en la subcentral de Gracia. 

Hacia 1910, esta línea de alta probablemente se habría transformado a corriente alterna, ya que en Gracia se había instalado un grupo motor dinamo, y en Carrera, pronto se instalarían grupos similares.



Paralela a esta línea de alta, otra de baja marcada en el plano en color rojo, abastecía a la línea aérea directamente. Finalmente, una línea telefónica unía estos tres puntos, permitiendo la comunicación entre central y subcentrales.

Subcentral de Gracia, en el plano la calle indicada cono Torrente de la Olla, corresponde a Torrent de les Flors.

Por el paseo de Colón y en dirección a Ramblas y paseo de Colón, había una línea de baja que abastecía las líneas de Barceloneta y Pueblo Nuevo. Esta línea en algunos tramos incluía un hilo de retorno para reforzar la conducción de los raíles.

La línea de Circunvalación mantenía un feder desde plaza Universidad por Pelayo y Rondas. En los trabajos de 1910, se reforzó el tramo desde Plaza de Cataluña a Plaza Urquinaona.

En Gracia se reforzaron las líneas desde la subcentral hasta Lesseps y Bruch, incluyendo una línea de retorno paralela a ambos tramos.

Estos trabajos sin duda mejorarían el funcionamiento de la red tranviaria, y no tenemos noticia de otras mejoras hasta los años veinte en que se crearían nuevas subcentrales y feeders de alimentación.

Poste y línea de contacto sistema Dickinson,
descentrado con respecto al eje de la vía.


sábado, 8 de marzo de 2025

La Compañía Nacional de Tranvías. Dimensionado-IV


    Al comenzar la compañía «The Barcelona Tramways Co. Ltd.»  el proceso de cambio de tracción animal a eléctrica, se inició un proceso por parte del Ayuntamiento de revisión de las condiciones de concesión otorgadas a las compañías explotadoras de tranvías. El cambio de tracción, suponía una alteración en las condiciones de la concesión, y así lo entendió la autoridad municipal.

Uno de los aspectos más importantes de estas condiciones sería la caducidad de las mismas, tras la que las compañías deberían ceder sus activos al municipio, en este caso el de Barcelona.

Esta negociación fue larga y complicada, duraría una década y en ella intervendrían las compañías, el Ayuntamiento y el Ministerio de Fomento, dado que los tranvías eléctricos eran de su competencia.

Para intentar conservar parte de sus activos, la BT Co. Ltd, estableció la siguiente estrategia:

Crear dos nuevas compañías; una para las nuevas líneas y otra para edificios de la compañía. De esta manera las centrales, subcentrales y cocheras, podrían ser alquiladas a la empresa matriz, y los accionistas podrían disponer de estos activos al final de la concesión sin tener que cederlas al municipio.



Estas compañías serían:

Compañía Nacional de Tranvías que dispondría de las nuevas líneas que obtuviera en concesión.
Y la Compañía Auxiliar de Tranvías y Ferrocarriles Económicos de Barcelona que dispondría de los edificios de la compañía, arrendando su uso a la compañía explotadora.
Esta estrategia es la causa de la existencia de estas dos compañías. Así a principios del siglo XX, la antigua «Barcelona Tramways Co Ltd.» , pasaría a operar con las siguientes razones sociales:

1-«Los Tranvías de Barcelona S. A.» que disponía de:

1.1-Concesión y vías de Atarazanas a Gracia y Josepets.
1.2-Concesión y vías de Atarazanas a la Barceloneta y ramal a los Baños Orientales.
1.3-Concesión y vías de Plaza Palacio a Pueblo Nuevo.
1.4-Concesión y vías del tranvía de Circunvalación.
1.5-Concesión y vías de Paseo de Gracia al Arco de Triunfo por plaza de Tetuán.
1.6-Cocheras de Borrell y Ronda de San Pablo.
1.7-Fábrica de Electricidad de Carrera.

2-« El Tranvía de Barcelona, Ensanche y Gracia.» Con sus activos:

2.1-Concesión y vías del Tranvía de la Derecha del Ensanche.
2.2-Cochera de Ensanche en la Calle Torrent de les Flors.


3-«La Compañía Nacional de Tranvías» que dispondría de las líneas:

3.1-Concesión y vías de Josepets a Can Gomis con Ramal a Plaza de la Bonanova.
3.2-Concesión y vías de Jossepets a Calle Escorial por la Travesera de Dalt.
3.3-Concesión y vías de Josepets a Nuestra Sra. del Coll.
3.4-Concesión y vías de Plaza Universidad-Gran Vía-Llansá y Paralelo hasta la Ronda de San Pablo.
3.5-Concesión y vías de Plaza de Tetuán a calle Marina por la Gran Vía.
3.6-La Concesión y vías de tranvías de Plaza de España hasta Collblanc.
Posteriormente a la primera década del siglo XX se le añadirían otras concesiones que indicaremos en próximas entradas.

4- «La Compañía Auxiliar de Tranvías y Ferrocarriles Económicos de Barcelona» que disponía de:

4.1-La Cochera de Santa Perpetua en Gracia cerca de los Josepets.
4.2-La Cochera de Diputación-Vilamarí, próxima a la Plaza de España.
Mas adelante se ocuparía de otras nuevas instalaciones como el Taller de Sarriá y la Subcentral de San Juan.

Esta estrategia, finalmente, no dio los frutos deseados, así solo las instalaciones de Sarriá y Ensanche pasaron a manos privadas, estando ambas ocupadas en la actualidad por edificios de viviendas, el resto actualmente esta ocupado por escuelas y otros equipamientos municipales.










La Compañía Nacional de Tranvías.

La Compañía Nacional de Tranvías se constituyó como tal el 28 de diciembre de 1900, en escritura pública con la finalidad de transferir la concesión de la Red de Tranvías Eléctricos, Prolongaciones y Enlaces de los que explota la Compañía Anónima los Tranvías de Barcelona, (The Barcelona Tramways Co. Ltd.)

Las líneas a que se refería este documento eran:
1ª. Desde el extremo de la Ronda de San Pablo por las calles del Marqués del Duero y de Cortes hasta el paseo de Gracia.
2ª. Por la misma calle de Cortes, desde la plaza de Tetuán hasta la calle de la Marina.
3ª. Desde la Ronda de la Universidad hasta la calle de Provenza, por la Rambla de Cataluña.
4ª. Desde la plaza de Tetuán hasta la dicha calle de Provenza, por el paseo de San Juan.
El documento promovido por Neil Kennedy, director de la Compañía anónima de Tranvías de Barcelona, y Pascual García Pérez, representante de la Compañía Nacional de Tranvías, incluía la solicitud de transferencia de la concesión del tranvía eléctrico de los Josepets a Casa Gomis y ramal a la Bonanova.

Cruce de Craywinckel -República Argentina a primeros de los sesenta.

Tras las laboriosas gestiones que rodearon estas transferencias, la Compañía Nacional de Tranvías pasaría a explotar las nuevas concesiones, incluyendo la creación de nuevas líneas aún no incluidas en la Red de Tranvías Eléctricos, Prolongaciones y Enlaces.
La existencia de la Compañía Nacional de Tranvías duraría hasta junio de 1945, cuando el Ministerio de Obras Públicas aprueba la transferencia de líneas y proyectos de tranvías pertenecientes a la «Compañía Nacional de Tranvías» a favor de «Tranvías de Barcelona, Ensanche y Gracia».
No conocemos la motivación de esta transferencia, pero supondría el final de su actividad.
A continuación abordaremos el dimensionado de las concesiones abiertas hasta 1910, incluyendo en él, las modificaciones posteriores.

Dimensionado de la línea a la  Bonanova y Can Gomis.

La primera línea que la Compañía Nacional de Tranvías puso en servicio, fue el tramo desde la Plaza de Fernando de Lesseps (els Josepets) hasta la plaza de la Bonanova y Can Gomis.
La línea se abrió poco después de la puesta en servicio del tranvía y funicular del Tibidabo, dando servicio a esta nueva urbanización y conectando con Sant Gervasi mediante un trazado más directo que el de la Compañía General de Tranvías.

Coche imperial, ex tracción animal, sobre un truck Brill, típico de la línea en sus primeros años de servicio.

La vía se construyó con vía única y apartaderos, hecho que con el éxito de la línea contribuyó a su pronta saturación, de modo que pronto se estudiaría el desdoblamiento de la vía.

El trazado se iniciaba en la plaza de Lesseps, cruce con Santa Perpetua, donde finalizaba la línea de Atarazanas a Gracia, continuando por el paseo de la Diputación, hoy avenida de la República Argentina, hasta el cruce con la calle de Craywinckel. Este tramo contaba con tres apartaderos: uno en el cruce con Ballester, otro en Bolívar y el tercero junto a la Bajada de Gomis.

Paseo de la Diputación en Vallcarca, fotograma de Barcelona en tranvía, Ricardo Baños 1909

En Craywinckel, se desdobla la línea, un tramo continúa por el paseo de la Diputación hasta su encuentro con la carretera de Cornellà a Fogars de Tordera. Finalizando el recorrido en este punto con un apartadero. La otra desviación continuaba por Craywinckel, donde tenía un apartadero, en aquel punto se construiría el célebre Salón Craywinckel, qué actuaria como resguardo y punto de espera para los viajeros; la calle Craywinkel enlaza a su extremo con la carretera de Cornellà a Fogars, hoy passeig de St. Gervasi. En la carretera, tenía un apartadero a la altura de la avenida del Tibidabo y otro cerca de la calle de Folgueroles. Finalizaba en la plaza de la Bonanova y calle de St. Gervasi de Cassoles, donde tenía un apartadero para facilitar la maniobra de fin de línea.

En 1928, según el mapa "Parcelario de Martorell", la línea de la Bonanova y Can Gomis ya contaba con doble vía en su recorrido. La anexión de los pueblos del Llano de Barcelona ya se había consolidado, y algunas calles habían cambiado su nombre; así la calle de la Diputación, pasó a ser la avenida de la República Argentina y la carretera de Cornellà a Fogars de Tordera, paseo de San Gervasio.

Ramal a la Bonanova según plano Martorell de 1928

La doble vía, se iniciaba en la Plaza de Lesseps, y finalizaba en la de la Bonanova, en la Bocacalle de Muntaner; donde enlazaba con otra nueva concesión de la Compañía Nacional de tranvías, la Muntaner-Garriga, de la que hablaremos próximamente.

En este nuevo trazado se incluyó un apartadero, frente a la avenida del Tibidabo. Esto permitiría depositar material en los días de máxima afluencia al Tibidabo, cosa que se dio durante la Exposición Universal de 1929. Sin embargo, en el plano no figura el enlace que sí existió entre las vías de la Nacional de Tranvías y el tranvía del Tibidabo.

Final de la línea de Can Gomis e inicio del tranvía de la Arrabasada.

Por otro lado, el tramo a Can Gomis, quedó enlazado con el nuevo tranvía a la Arrabasada. En el punto final de su línea, las vías se compartían con la línea del Casino, y sin duda también gozaría de gran afluencia de viajeros en la época.

En el plano Martorell, figura el enlace entre ambas secciones con un solo desvío en el cruce República Argentina con Craywinckel; sin duda esto no facilitaría la conexión de ambas líneas.

Prolongación de la línea de Can Gomis.

Tras la Guerra Civil, y el cierre del tranvía de la Arrabasada, la línea de Can Gomis, se prolongó por el paseo de Valle Hebrón, hasta pasar el cruce de este con la carretera de St. Cugat, en el punto donde el fenecido tranvía de la Arrabasada, tenía su cochera. Para ello emplearía parte del trazado de la Compañía de Tranvías de Montaña (línea de la Arrabasada), incluyendo el ramal técnico hasta la cochera.

 Este tramo, en vía única desde el final de República Argentina, sobrevivió hasta su cierre en 1962.

Las dimensiones de este tramo eran:

En los años sesenta del pasado siglo desaparecería esta línea. Primero, como hemos visto, la línea de Can Gomis en 1962, y finalmente, el 7 de enero de 1965, cesaría el servicio de la línea 23, último tranvía que circularía por las vías del Josepets- Bonanova.











jueves, 20 de febrero de 2025

Un tranvía en las Exposiciones Universales de Barcelona 1888-1929.


    H
ace poco más de un año, revisando antiguos ejemplares del "Street-Railways Journal", encontramos unos artículos sobre la presencia de material tranviario en la Exposición Universal de Barcelona del año 1888. De ello dimos cuenta en nuestra entrada: Mr. Pages y la Exposición Universal de 1888.

En breve, se cumplirán 100 años de la Exposición Universal de Barcelona de 1929.

¿Qué tienen en común ambas exposiciones?  Suponemos que, entre muchas otras cosas, la presencia de un pequeño coche de tranvía, el Brill, actualmente numerado N.º 2.

Este coche se presentó como novedad en 1888 y cuarenta y un años después, como reliquia del pasado. No creemos que muchas piezas como esta hayan llegado hasta hoy, y sugerimos a los celebrantes que la tengan en cuenta para este aniversario.

Hasta encontrar el artículo de la citada revista americana, teníamos muchas dudas sobre el origen del coche Brill 2, recurrimos a los más veteranos expertos, y de entre ellos el Sr. J. Ibáñez nos facilitó la correspondencia que en su día sostuvo con el Sr. H. Cox sobre la venta de coches de tranvía de tracción animal del constructor Brill a España, y en su respuesta indicaba que solo había constancia de la venta de estos vehículos a la compañía del Tranvía del Este en Madrid.

Así creemos que este coche fue único en el parque tranviario de Barcelona.

El coche Brill fue adquirido por la Barcelona Tramways en 1890, mucho después del fin de la Expo, probablemente como material de saldo. Estaría en circulación en las líneas de la compañía entre 1890 y 1902, fecha en que Tranvías de Barcelona electrificaron la última de sus líneas de tracción animal, es decir, el tranvía de la derecha del Ensanche.

No tenemos certeza de si posteriormente fue usado como remolque, pero lo cierto es que sobrevivió hasta 1929.


En el pabellón de tranvías de Barcelona, y previa restauración del vehículo, fue expuesto como muestra de los orígenes de la compañía, junto a otros dos coches que presentaban los nuevos avances técnicos; el coche 511, modelo seleccionado para la modernización tranviaria de su red y el coche 951, que curiosamente fue rechazado por la comisión del Ensanche para la circulación por las líneas urbanas de Barcelona.

Tras la Expo del 29, el coche fue devuelto a la cochera, donde se mantuvo sin uso hasta que en 1954 fue objeto de un intento de compra por parte de un particular para uso publicitario, un artículo de la revista "Gratallops Tram", da buena cuenta de ello.

La publicación indicada reproduce el informe de la compañía sobre el estado del coche, del que se deduce, que el coche aún conservaba las rodaduras, es decir, ejes, ruedas, cajas de grasa y suspensiones.

Estas desaparecerían en el periodo 1954-1970. Tras la demolición de Vilana, pasó a estar depositado en el pequeño ramal de la central de Carreras, y posteriormente pasó a Diputación.

En las fotos que hemos consultado de dicha cochera, ya aparece en el suelo, sin ruedas, la codicia chatarrera de algunos personajes de la compañía, nos privó de este material histórico.

El sistema de rodadura original del coche Brill 2, según el grabado del Street-Railways Journal, corresponde al patentado por Bemis Car Box Co. de Springfield, Massachusetts, en 1885



La firma Brill lo adaptaría en sus tranvías, de tal modo que llegó a mantener un pleito con Bemis, por apropiación del diseño.

En los años noventa y durante el mandato de Mercè Sala en Transportes de Barcelona, se inició una restauración de material histórico de la compañía, el coche fue restaurado en su carrocería y al no disponer de rodaduras se le adaptó un truck Brill 21E, esta solución, sino ideal, al menos permitió completarlo y conservarlo hasta hoy.




El tranvía Brill 2, ha conseguido superar ciento treinta y siete años, y en 2029 contará con más de ciento cuarenta, la ocasión merecería que pudiera restaurarse con rodaduras del modelo original.

Existe documentación suficiente para realizar las réplicas de las mismas rodaduras, que no son difíciles de fabricar.

Lanzamos la idea al vuelo, por si alguien quiere hacérsela propia y llevarla a la realidad, lo que consideraríamos un avance en la preservación del material histórico de transporte.