En Barcelonaa lamayoría de los primeros cocheros era gente con experiencia que provenientes de la Central Barcelonesa deÓmnibus por lo que la adaptación al tranvía debió ser tarea fácil para ellos.
También se incorporaron carreteros y un numeroso grupo de gitanos, que como es sabido, son grandes profesionales en el mundo del caballo.
La oficio del mayoral no se limitaba a conducir vehículo y animales, si no que reunía una serie de responsabilidades y tareas asociadas a la misma.
En un artículo sobre la tracción animal de Juanjo Olaizola, publicado en la Revista de Historia Ferroviaria, se reproduce el reglamento de los Mayorales del tranvía de San Sebastian.
Este articulo y el reglamento nos han dado una muy amplia visión de las tareas y obligaciones de los mayorales que serían:
Jerarquía y obligaciones.
El cochero dependía del Jefe de movimiento, que era quien asignaba los servicios e itinerarios, a cubrir cada día. Ademas era quien se encargaba de la limpieza del coche que se le asignaba y de la revisión de frenos y atalajes, y tener cuidado de los animales que le facilitaría el jefe de cuadras.
Aunque al principio no se estableció una ropa de trabajo, al poco de inaugrarse los tranvías en Barcelona, se establecieron uniformes para sus empleados.
Lejos de ser las compañías quienes sufragaran estos uniformes, eran los empleados quien debieran costearselos, para ellos las compañías establecieron un sistema de pago a plazos que descontaba de los salarios una parte, para el pago de los mismos.
Además el reglamento exigía: “Usar constantemente durante las horas de servicio las prendas de vestir reglamentarias, así como la gorra e insignias que haya recibido de la Compañía, presentándose siempre con el aseo y la decencia debida.”y en caso de cese debía devolverlo a la misma que abonaría por el un importe en función de su estado.
Las jornadas laborales eran de entre doce y quince horas diarias, con un día de descanso cada veinticuatro o veinticinco y un sueldo de tres a cuatro pesetas diarias.
Conducción.
En el tranvía el cochero era auxiliado por el conductor o interventor que era quien estaba en contacto con los pasajeros y que además de cobrar el pasaje marcaba las paradas del coche.
Así en el inicio de la línea según el reglamento, el mayoral debería cerrar las puertas de la plataforma delantera (el acceso solo se hacia por la plataforma posterior, tanto en acceso como en salida). Una vez cerradas estas soltaría el freno de modo que las caballerías pudieran avanzar libremente una vez que el conductor marcara la salida mediante campana o timbre.
El recorrido no era de ningún modo arbitrario, estaba totalmente indicado en un cuaderno que tenia el mayoral y que se denominaba regulador de marcha. En el estaba descrito el recorrido con total detalle indicando la velocidad o marcha que tenia que utilizar en cada tramo, el horario, los apartaderos y los inicios y finales de trayecto.
Excepto en los inicios y fines de línea no había paradas establecidas, el Mayoral debía por una parte
atender a las señales de parada de las personas que esperaban en la vía, acortando la marcha de éste o deteniéndolo totalmente según el deseo del viajero, también el conductor podía indicarle una parada, para facilitar el descenso o recogida de viajeros; usando la campana y el cochero debería acortar la marcha, parar o detenerse en seco según los toques de timbre , volviendo a marchar tan pronto como recibiese la orden correspondiente.
Los toques de timbre o campana dados por el conductor tenían la siguiente significación:
Estando el coche en marcha: - Un golpe para acortar la marcha. - Dos golpes para parar totalmente. - Tres golpes para parar en seco cuando un caso urgente lo exigiese.
Estando el coche parado o a media marcha: - Un golpe para ponerse en marcha.
Finalmente si el vehículo estaba completo, el conductor se lo indicaba con otra señal de campana y el cochero debía poner el tarjetón de Lleno en la plataforma delantera.
La posición de trabajo era “sostener los ramalillos en la mano izquierda, el freno en la derecha, el pito en la boca y la vista fija en la vía” según el reglamento.
Mediante el pito daría los correspondientes toques cuando la vía se hallará obstruida por personas, vehículos o efectos, así como al aproximarse a sitios poblados, desembocadura de caminos y otros lugares en los que conviniese advertir la llegada del coche.
El cochero debía ir al paso por delante de las casas, o muros próximos a la vía, recomendando a los viajeros de la plataforma la precaución debida. Detenerse en todos los apartaderos en que tenga cruce, no avanzando hasta la llegada del coche en sentido opuesto y siempre que el Conductor no indicará lo contrario.
A pesar de esta norma, hemos encontrado casos en que por arbitrariedad del conductor, han llegado a coincidir dos tranvías en dirección opuesta y vía única produciéndose serios altercados entre ambos cocheros por dilucidar sobre quien debía recular.
En las entradas y salidas de los apartaderos y en todos aquellos puntos donde había unión de dos vías, los Mayorales habían de reducir la marcha con precaución, además de esto, al entrar o salir en los apartaderos, debían dar freno a1 paso del coche por las agujas.
Cuando había en servicio más de un coche, debían conservar durante la carrera una distancia de 15 metros como mínimo, para evitar de esta manera los choques.
Al ausentarse por cualquier motivo el Mayoral de turno en una terminal de línea, este sería sustituido por aquel cochero presente a quién correspondiera el viaje más próximo, dejando advertida la alteración del servicio para que fuese corregida del mejor modo posible.
Mantenimiento.
El mayoral también debía ocuparse de algunas tareas de mantenimiento, la principal consistía en “cuidar de la más exquisita limpieza de la parte exterior del coche que diariamente le corresponda”
Examinar cuidadosamente los frenos siempre que en ellos observe algún entorpecimiento, poniendo el remedio inmediato que sea posible y comunicando el caso al llegar a las oficinas.
Atender y cuidar del ganado, manejándolo y conduciéndolo “convenientemente y sin dar voces malsonantes.”
Hemos leído que las asociaciones de protección animal de la época premiaban a aquellos cocheros, carreteros o mayorales que demostraran un mejor trato a los animales (incluyendo la
ausencia de estas voces malsonantes, es decir lo que se decía hablar como un carretero).
Estos premios eran de unas veinticinco pesetas y entre los muchos donantes había personalidades como el Dr. Bartolome Robert, Santiago Rusiñol etc.
Hola:
ResponderEliminarY pensar que ahora nos quejamos.
Pobres cocheros 15 horas de trabajo y además tenían que costearse los uniformes.
Una bona entrada amics.
Quin tip de traballar vos feu, amb tanta informació.
La meva enhorabona y una abraçada desde Valencia, Montserrat
Estupendo post, RiF!!
ResponderEliminarAlgunos apuntes : hoy, en empresas grandes de Barcelona - no daremos nombres, no me insistan ! - los uniformes son costeados por el personal, debiendo estos devolverlos como hacían los viejos mayorales, una vez que dejen de trabajar allí, eso sí, no se les devolverá ni un céntimo, se encuentren en el estado que se encuentren.
Es una maravilla leer e imaginarse cómo eran de diferentes los tiempos-reloj de aquellos años....con qué calma transcurrirían días y recorridos..... alguien se imagina coger un tranvía a caballos para "ir mas rápidamente" a realizar una tarea o a encontrarse con la amada ?
Me pareció muy risueño el hecho de que el mayoral tenía a su cargo el "check in" de su coche : revisar las cabalgaduras, los frenos, la limpieza y ....además conducirlo en tiempo y forma !! ( durante 15 horas!! ). ¿ se contarían dentro de esas horas las que pasaba en la limpieza o taller ?
Evidentemente no existía ni tacómetro ni plus por fatiga !
Otro punto interesantísimo es el relativo a la falta de paradas pre-establecidas, parece que en todo el mundo fue normal que la gente subiera donde le placiera y que los propios mayorales - como escuché historias de personas mayores - esperaban al viajero cuando sabían que su rutina era subir en tal lugar y en tal hora !
Veo las fotografías del interior de los tranvías se ven apeanas unas diez personas y sin embargo tenían asignados dos funcionarios !! qué tiempos !!
Muy muy MUY interesante, como es habitual en este tema, no tenía ni idea. Lo he leído y disfrutado con mucho interés, de verdad que hacéis un estudio excelente de cada tema.
ResponderEliminarFelicidades y saludos
Com Sempre, genial!
ResponderEliminarQué interesante todo ésto que explicas hoy, sobre los mayorales y todas las personas que trabajaban en las tareas de cuidado del tranvía, de las personas, de los animales...
ResponderEliminarChocante lo de los toques de campana según la situación que se presentara en el recorrido.
También muy interesante lo de los premios de las Sociedades Protectoras de Animales y de colaboradores como el Dr. Robert, Santiago Rusiñol y otros supongo.
Las fotografías muy buenas y seguro que me dejo algo por comentar, pero de verdad que hoy me parece muy muy especial vuestro post. Gracias.
Un beso y un abrazo, un beso y un abrazo y así para todos vosotros.
Hola Montserrat,
ResponderEliminarDesitgem que la teva onomàstica hagi estat un dia molt feliç per tota la teva família, influïm a en pipo com afegit.
Los horarios de la epoca erán así, de muy largas jornadas, solo con una larga constante y dura lucha por parte de las uniones obreras en todos los paises se consiguieron logros que hoy nos parecen cosa habitual. Para conseguir una jornada de 10 horas y descanso semanal,fueron necesarias grandes movilizaciones en muchos paises y durante mucho tiempo; mucho más tarde vendría la lucha por las ocho horas. Eran tiempos duros y las acciones eran duras, las huelgas duraban días y paralizaban ciudades. Sin embargo si no fuera por ello hoy no gozariamos de muchos de los actuales beneficios sociales, horarios, seguros sociales, pensiones...
Una abraçada desde Sant Andreu.
railsiferradures
No diré noms, no diré noms... cantava el gran Ovidi hace algunos años.
ResponderEliminarSi seguro que se siguen realizando estas prácticas y muchas otras mas, pero la proporción entre el coste de aquellos uniformes y los salarios era muy diferente a la que pueda plantearse hoy.
Entonces, sin el pret a porter, y con un coste de la ropa mucho mas elevado que hoy, podía representar hasta una cuarta parte del sueldo.
(Esto tengo que comprobarlo pero cuando lo lei en un articulo de la hemeroteca me parecio así).
Si hemos avanzado mucho acortando tiempos y distancias, el ferrocarril en su día contribuyo muy mucho en ello no solo tecnológicamente si no con la organización como medio de comunicación de masas que pronto adquiriría.
Es de suponer que esta limpieza formará parte de la jornada laboral. De hecho estas tareas se llevaban a cabo en las paradas de final de ruta y eran como un mantenimiento preventivo ya que las reparaciones las efectuarían los carpinteros y herreros en la estación y los mozos de cuadra en los establos.
La regulación de las paradas llegaría años después de la implantación de la tracción eléctrica y tardaría un tiempo hasta que el pasaje se habituara a esta innovación.
Finalmente cuando vi la última cuestión nos dimos cuenta que habíamos olvidado el dibujo del tranvía sobrecargado.
Durante años hubo una larga lucha entre administración y compañías por regular las plazas ocupadas en los transportes. Como se puede comprobar la administración nunca consiguió tan loable propósito. Si los tranvías o los ómnibuses hubieran viajado tan desocupados probablemente hubieran tenido que cerrar o poner unas tarifas desorbitadas que a la larga también las hubieran llevado al cierre.
Agradeciendo tu interesante aluvión de preguntas recibe un abrazo de tus amigos
railsiferradures
Nos hace enormemente felices, que te haya interesado el post, esta respuesta en forma de comentarios, nos incentiva muchísimo en buscar nuevos temas.
ResponderEliminarRealmente para un amante de los caballos como ferraduras y un coleccionista como yo, es muy gratificante mostrar nuestro pequeño álbum de cromos a todos los amigos.
Muchísimas gracias por vuestro seguimiento.
Un abrazo de tus amigos de la tracción animal.
railsiferradures
Xavier,
ResponderEliminarGracies per aquesta immerescuda consideració.
Salutacions
railsiferradures
Hola Clariana,
ResponderEliminarSiempre hay algo tuyo en nuestros posts, y en este no podía faltar el tema de las protectoras.
Algún día publicaremos un post sobre ellas, que fueron unas grandes impulsoras de la tracción eléctrica en los tranvías, con el fin de liberar a los equidos de su tarea.
Los sonidos de las campanas han durado hasta hace muy poco los recuerdo en los tranvías del poble nou y luego en el tranvía blau.
Es muy posible que sea una miniaturización del fantástico mundo de los toques de campana en las iglesias y edificios públicos que en tiempos en que no existían otros medios de comunicación a distancia, permitían a los aldeanos recibir mensajes de alarma o de actos sociales, bautizos defunciones incendios..
Recomiendo la web http://campaners.com
de los campaners valencians con una enorme colección de sonidos de campanas de todo el estado.
Recibe en correspondencia un beso y abrazo multiplicados por cuatro, los cánidos moverán alegremente su respectivas colas.
railsiferradures
Fenomenal artículo! Como siempre.
ResponderEliminarHabido muchas cosas que me han llamado la atención, quizá la que más las condiciones laborales (cuanto se ha avanzado!).
Un saludo.
Sí, debemos mucho a muchisimas personas que con su lucha persistente, a veces incomprendida, han contribuido a la mejora de nuestras condiciones laborales.
ResponderEliminarSaludos
railsiferradures