La
lectura de un artículo de 1902, firmado por Ferrug (seudónimo de un
corresponsal de prensa en Viena), nos ha dado pábulo a realizar una
visita a la hermosa capital del Imperio Austro-Húngaro, en unos años
previos a la desaparición de aquel basto Imperio y al mismo tiempo
cuando con la aparición del automóvil, ya se vislumbraba el fin de
la tracción animal.
Inauguración del Tranvía vienés el 4 de octubre de 1865. |
Breve
historia del tranvía de Viena
En
1840 un pequeño tren de tracción animal circuló en una vía
paralela al canal del Danubio en el parque de atracciones “Coliseum”.
Este fue quizás el primer tranvía vienés.
No
obstante, no sería hasta el 4 de Octubre de 1865 que la compañía
Schaeck, Jaquet & Co, inauguraba su primera línea tranviaria en
Viena. Era un tranvía de vía única con apartaderos y ancho
estándar, que circularía por Ottakringerstrasse Schottentor hasta
la calle Watt, donde tenía su cuadra y estación.
Apertura de la línea en 1865, en la imagen al fondo se divisa la basílica votiva de Viena entonces en construcción.
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En
1887, la Krauss & Comp, inaugura el primer tranvía de vapor
vienés entre Hietzing-Perchtoldsdorf, y finalmente la
electrificación se iniciaría en la línea de Vorgartenstraße -
Praterstern, el 28 de enero de 1897. A partir de aquel año se irían
reduciendo las líneas operadas a tracción animal, hasta que en 1902
se da por concluida oficialmente esta tracción en la ciudad de
Viena. Así un artículo publicado por el corresponsal de la
Vanguardia en Viena aquel año nos da fe de ello.
El tranvía interurbano Viena- Baden. |
El
artículo tiene su interés porque ya pregona el fin de una era, como
así fue, es más en los últimos años de la primera guerra Mundial,
época que la tracción animal era mayoritaria, la falta de animales
de tiro provocada por aquella bárbara matanza, ocasionaría que en
la ciudad de Viena tuvieran que usarse tranvías para el arrastre de
carros de abastecimiento y servicios, incluso los servicios
funerarios se verían afectados por este motivo de tal modo que hemos
encontrado una curiosa fotografía de un coche de tranvía funerario
colectivo, es decir con capacidad de hasta 12 ataúdes. En fin una
triste ocupación para los tranvías de la bella ciudad de Viena,
cuya red ha sido una de las que mejor han aguantado el paso del
tiempo actualizándose y manteniéndose hasta nuestros días de una
forma modélica.
Final
de la tracción animal en Viena.
Página
2.—Martes 4 de Febrero de 1902
Hace
pocos días ha presenciado la capital del Imperio Austro-Húngaro,
una escena por todo extremo típica, y que á punto fijo ha de
repetirse andando el tiempo en la mayoría de las ciudades del
mundo.
Los
que pasaban á las tres de la tarde del 25 de enero por la
Ringstrasse, quedaron pasmados al ver que delante de un coche de los
tranvías que dan la vuelta por los muelles y que generalmente no
pasan por la aristocrática calle, iba una música atronando el
aire con alegres tocatas. Tiraba del tranvía un sólo caballo de esa
raza peculiar de las llanuras del Danubio que tiene una alzada igual
á la de los percherones franceses, iba literalmente cubierto de
flores y con preciosos arreos; andaba al paso y detrás del tranvía,
que estaba vacío, marchaban una porción de hombres modestamente
vestidos y dos caballeros que eran nada menos que los directores de
los tranvías del Este y Oeste de Viena. La multitud se detenía, al
paso del carruaje y algunos de los concurrentes que sabían lo que
aquello significaba, daban unos gritos que así podían pasar por
exclamaciones de alegría como por alaridos de nostalgia, que daban
los buenos vienéses al comprender que debían, despedirse para
siempre de uno de los medios de locomoción que durante siglos y
siglos ha empleado el hombre.
Efectivamente,
todo aquel bullicio y razara, aquella especie de fiesta que se
celebraba en la principal arteria de la ciudad imperial, tenía por
objeto festejar el paso del último caballo de tranvía por las
calles de Viena. En cuanto la alegre comitiva, que en cierto modo
podía parecer algo así como un entierro, hubo llegado al final de
la Ringstrasse, junto a los malecones del Danubio, fue desenganchado
el caballo y llevado á un pabelloncito cubierto de flores, donde un
numeroso personal de cocheros y encuarteros que tenia dispuesta una
opípara comida que se componía de unas sopas de vino, una medida de
trigo, y otra de cebada, además de un enorme haz de paja de trigo de
otoño, de ese que únicamente se cultiva. en las regiones del
Cáucaso, y que es muy del agrado de los solípedos. Después de
comerse el opíparo pienso, fue conducido el caballo a su antigua
cuadra, Levantose acta solemne de cuanto había ocurrido aquel día
al generoso bruto y se entregó por duplicado a los directores de las
peculiar de las dos grandes compañías tranviarias de Viena.
¿Qué
significaba todo aquello? Una cosa muy sencilla; que aquel caballo
que entre flores y música arrastraba uno de los coches del tranvía,
era el último representante de la raza caballar que en lo sucesivo
se dedicaría á tan penosa labor.
Los
tranvías eléctricos movidos por medio de corrientes aéreas y
subterráneas, los que circulan por medio de acumuladores, los
grandes ómnibus que corren á lo largo de las vías ciudadanas,
impulsados por la fuerza que desarrollan, los motores de petróleo y
los movidos por la electricidad y por las explosiones sucesivas
de
explosivos, han desterrado para siempre de las alegres calles de
Viena la tracción animal.
Es
verdad que el efecto estético no es de mucho lo que podría
esperarse con el nuevo sistema de tracción que se emplea, pero por
medio de él se evitan de continuo muchas escenas de barbarie que se
presenciaban con horror de cuantos sienten en su alma compasión del
ajeno sufrimiento y por los pobres animales que eran los sujetos
pasivos de tales escenas.
Los
conductores ó cocheros no podrán ya en lo sucesivo dar muestra de
sus malos sentimientos apaleando á las caballerías ni lanzaran como
antes gritos soeces, que á un tiempo repugnan al idioma y á la
moral. El caballo, que al decir de los naturalistas es ano de los
representantes más dignos del reino animal, pues se considera su
aparición sobre la Tierra anterior á la del hombre, como continúe
el movimiento que se ha iniciado en favor de las máquinas motoras
pasará dentro de poco á ser una curiosidad zoológica, algo así
como los ejemplares de la fauna glacial que de cuando en cuando
podemos admirar en las colecciones zoológicas; que son el encanto de
los soldados y maritornes que acuden á los barracones de los
arrabales de las grandes ciudades.
Hoy
por hoy existen aun en Viena, bastantes carros y coches tirados por
caballos, pero cada vez se acentúa más la afición á poseer toda
clase de vehículos impulsados por motores, y de seguir así no
tardará mucho en realizarse una parecida á la que estos días han
presenciado los vieneses y que podrá titularse «la fiesta del
último caballo,»
Es
fama que fue el caballo el instrumento de guerra del hombre. Por
donde principio, acabará seguramente. De aquí tres ó cuatro años,
no se emplearán los caballos sino para formar en los regimientos
montados y para que sobre sus lomos los jefes y oficiales del
ejército dirijan á sus soldados en las funciones de guerra.
La
misma afición que había hasta hace pocos años á montar caballos
de buena raza. ha ido desapareciendo poco á poco, y hoy día. los
representantes de la aristocracia de la sangre y del dinero, tienen a
mayor gala, poseer un buen automóvil, que ande sus cincuenta y
cinco kilómetros por hora, que montar un generoso corcel
inteligente y noble, que reconoce al amo qué lo monta, y que algunas
veces es capaz de salvar su vida avisándole los peligros que le
amenazan ó sustrayéndole á su acción.
La
muerte moral de los caballos, con representar un indudable adelanto.
causa. sin embargo, lástima y grima á los que la presencian. Es el
caballo un animal que ha prestado servicios tan grandes y confirmados
al hombre, estábamos todos tan acostumbrados á servirnos de el, que
al saber que está condenado á desaparecer casi en absoluto, causa
verdadera tristeza y produce una impresión de indecible nostalgia.
La
fiesta que le han dedicados los vieneses, ese último paseo triunfal
que ha hecho por las calles de Viena, indica bien á las claras lo
mucho que se lo estimaba y loa grandes servicios que había prestado.
Hágase
cuanto se quiera, no se conseguirá que los nuevos vehículos, por
lujosos que sean, tengan el aspecto majestuoso de los magníficos
trenes que en otros tiempos pasaban al galope de sus briosos caballos
por las grandes vías de Viena, y paseaban por las tardes en el
Prater, causando la admiración de cuantos presenciaban su paso.
Pero
como de nada sirven ante los hechos cumplidos las lamentaciones de
los que siempre creen que «cualquier tiempo pasado fue mejor»,
limitémonos á fuer de cronistas, á registrar esa fiesta que en
Viena se ha celebrado, y despidámonos de esos vehículos pegados,
que al trote largo de sus cuatro caballos, circulaban por unas vías
que ya no han de oír más el sonido de sus alegres cascabeles ni el
chasquido del látigo inhumano con que los aurigas castigaban a los
pacíficos cuadrúpedos.
Ferrug
Una circulación especial en Viena, durante la celebración del cincuenta aniversario del museo de tranvías vienés |
En
el artículo, se menciona : Tiraba del tranvía un sólo caballo de
esa raza peculiar de las llanuras del Danubio que tiene una alzada
igual á la de los percherones franceses.
Hemos
buscado qué raza podía haber tirado de aquel tranvía en su
despedida, y dada la gran cantidad y variedad de razas equinas que el
Imperio Austro-Húngaro generó, no es tarea fácil.
Hoy
existe una raza denominada Caballo del Danubio:
El
caballo del Danubio.
El
caballo del Danubio, es una raza equina criada en Bulgaria; bastante
moderna, pues su historia de cría se remonta a inicios del siglo XX
a partir de yeguas de trabajo locales y sementales de raza Nonius.
Mas tarde se introdujo sangre inglesa y árabe, lo que embelleció la
raza, aunque sin abandonar los rasgos típicos del Nonius, al que se
le parece, pero el Danubio es de menor altura y cabeza más fina
debido a la sangre árabe.
Es
un caballo de sangre caliente, de talla media (alrededor el metro
cincuenta y ocho), con perfil de cabeza recto y mucho cuello, el cual
suele estar demasiado desarrollado, a veces hasta desproporcionado.
El tronco corporal es compacto, la grupa robusta y ligeramente caída,
las extremidades firmes, de huesos anchos y las crines abundantes y
espesas.
Se
crían dos variedades, una de mayor talla y peso empleada como animal
de tiro y enganche; y otra más ligera y noble, como animal de
montura.
Suele
presentar capas oscuras, sobretodo castaño morcillo y negro, las
mismas que el Nonius.
Dada
la modernidad de este animal, creemos que el corcel que dirigió la
comitiva debió ser un Nonius, que ya era popular en aquel tiempo.
Nonius |
El
Nonius.
El
Nonius es un caballo de sangre caliente de gran planta, musculoso y
con un peso entre medio y pesado, versátil con cualidades para el
enganche. Tranquilo, dispuesto, potente y de buen carácter.
Originario
de Hungría se ha extendido por toda la Europa central. Esta raza
data de principios del siglo XIX procediendo del cruce de un
Anglo-normando con yeguas hispano-napolitanas y más tarde
consolidado mediante el cruce con equinos de sangre árabe y de pura
sangre inglesa.
En
1869 la raza se subdividió en dos, como en el caso del caballo del
Danubio. Dicha distinción no se sigue ya con el Nonius actual, pues
sólo se cría el moderno con especial disposición para el enganche.
El
Nonius, tiene una cabeza expresiva con ojos tranquilos y amistosos y
perfil cóncavo, su cuello es de longitud media y bien erguido, con
cruz marcada, alzada de unos 165 cm., larga espalda inclinada, tronco
con pecho ancho, buena profundidad de cincha, y grupa musculosa. Sus
extremidades son robustas y enjutas con buenos cascos. De
capa sobre todo castaña, castaños oscuros y negros.
Hola amics.
ResponderEliminarAquestas díes vaig molt amunt i avall i tinc poc temps d´entrar en els blogs.
Pero encare que amb una mica de retard vos llegeixo aquest Post.
M´aprecio molt el vostre blog.
Quina elegancia tenen els cavalls i que nobles son.
Com sempre un reportatge molt complert.
Sabeu a mi m´agrada pujar en els tranvies.
Vos envio una abraçada i desitjo que la vostra germana hagi millorat, Montserrat.
No et preocupis, no et posarem falta a la llesta.
ResponderEliminarDe tota manera sempre estem molt contentes de rebre el teu comentari, i quan no hi es el trobem a faltar encara que reconec que amb la quantitat de3 seguidors i comentaris que tens no sabem d'on treus temps per seguir-nos hi a sobre fer-nos comentaris, deu ésser cosa de la divina providència, en fin ens dones molta enveja.
Moltes gracies novament per els bons desitjos per la meva germana, aquest dies semble que hi comencem a veure una millora, si hi segueix així ho publicarem per fer-ho conèixer als seus amics.
Que s'ho mereixen.
Una forta abraçada des de el Garraf
rails i ferradures