domingo, 5 de agosto de 2012

Los "Pferdetramway" de Viena, y el fin de una era.





La lectura de un artículo de 1902, firmado por Ferrug (seudónimo de un corresponsal de prensa en Viena), nos ha dado pábulo a realizar una visita a la hermosa capital del Imperio Austro-Húngaro, en unos años previos a la desaparición de aquel basto Imperio y al mismo tiempo cuando con la aparición del automóvil, ya se vislumbraba el fin de la tracción animal.
Inauguración del Tranvía vienés el 4 de octubre de 1865.
Breve historia del tranvía de Viena

En 1840 un pequeño tren de tracción animal circuló en una vía paralela al canal del Danubio en el parque de atracciones “Coliseum”. Este fue quizás el primer tranvía vienés.
No obstante, no sería hasta el 4 de Octubre de 1865 que la compañía Schaeck, Jaquet & Co, inauguraba su primera línea tranviaria en Viena. Era un tranvía de vía única con apartaderos y ancho estándar, que circularía por Ottakringerstrasse Schottentor hasta la calle Watt, donde tenía su cuadra y estación.


Apertura de la línea en 1865, en la imagen al fondo se divisa la basílica votiva de Viena entonces en construcción.

En 1887, la Krauss & Comp, inaugura el primer tranvía de vapor vienés entre Hietzing-Perchtoldsdorf, y finalmente la electrificación se iniciaría en la línea de Vorgartenstraße - Praterstern, el 28 de enero de 1897. A partir de aquel año se irían reduciendo las líneas operadas a tracción animal, hasta que en 1902 se da por concluida oficialmente esta tracción en la ciudad de Viena. Así un artículo publicado por el corresponsal de la Vanguardia en Viena aquel año nos da fe de ello.

El tranvía interurbano Viena- Baden.
El artículo tiene su interés porque ya pregona el fin de una era, como así fue, es más en los últimos años de la primera guerra Mundial, época que la tracción animal era mayoritaria, la falta de animales de tiro provocada por aquella bárbara matanza, ocasionaría que en la ciudad de Viena tuvieran que usarse tranvías para el arrastre de carros de abastecimiento y servicios, incluso los servicios funerarios se verían afectados por este motivo de tal modo que hemos encontrado una curiosa fotografía de un coche de tranvía funerario colectivo, es decir con capacidad de hasta 12 ataúdes. En fin una triste ocupación para los tranvías de la bella ciudad de Viena, cuya red ha sido una de las que mejor han aguantado el paso del tiempo actualizándose y manteniéndose hasta nuestros días de una forma modélica.




Final de la tracción animal en Viena.

Página 2.—Martes 4 de Febrero de 1902   
Hace pocos días ha presenciado la capital del Imperio Austro-Húngaro, una escena por todo extremo típica, y que á punto fijo ha de repetirse andando el tiempo en la mayoría de las ciudades del mundo.
Los que pasaban á las tres de la tarde del 25 de enero por la Ringstrasse, quedaron pasmados al ver que delante de un coche de los tranvías que dan la vuelta por los muelles y que generalmente no pasan por la aristocrática calle, iba una música atronando el aire con alegres tocatas. Tiraba del tranvía un sólo caballo de esa raza peculiar de las llanuras del Danubio que tiene una alzada igual á la de los percherones franceses, iba literalmente cubierto de flores y con preciosos arreos; andaba al paso y detrás del tranvía, que estaba vacío, marchaban una porción de hombres modestamente vestidos y dos caballeros que eran nada menos que los directores de los tranvías del Este y Oeste de Viena. La multitud se detenía, al paso del carruaje y algunos de los concurrentes que sabían lo que aquello significaba, daban unos gritos que así podían pasar por exclamaciones de alegría como por alaridos de nostalgia, que daban los buenos vienéses al comprender que debían, despedirse para siempre de uno de los medios de locomoción que durante siglos y siglos ha empleado el hombre.
Efectivamente, todo aquel bullicio y razara, aquella especie de fiesta que se celebraba en la principal arteria de la ciudad imperial, tenía por objeto festejar el paso del último caballo de tranvía por las calles de Viena. En cuanto la alegre comitiva, que en cierto modo podía parecer algo así como un entierro, hubo llegado al final de la Ringstrasse, junto a los malecones del Danubio, fue desenganchado el caballo y llevado á un pabelloncito cubierto de flores, donde un numeroso personal de cocheros y encuarteros que tenia dispuesta una opípara comida que se componía de unas sopas de vino, una medida de trigo, y otra de cebada, además de un enorme haz de paja de trigo de otoño, de ese que únicamente se cultiva. en las regiones del Cáucaso, y que es muy del agrado de los solípedos. Después de comerse el opíparo pienso, fue conducido el caballo a su antigua cuadra, Levantose acta solemne de cuanto había ocurrido aquel día al generoso bruto y se entregó por duplicado a los directores de las peculiar de las dos grandes compañías tranviarias de Viena.

¿Qué significaba todo aquello? Una cosa muy sencilla; que aquel caballo que entre flores y música arrastraba uno de los coches del tranvía, era el último representante de la raza caballar que en lo sucesivo se dedicaría á tan penosa labor.

Los tranvías eléctricos movidos por medio de corrientes aéreas y subterráneas, los que circulan por medio de acumuladores, los grandes ómnibus que corren á lo largo de las vías ciudadanas, impulsados por la fuerza que desarrollan, los motores de petróleo y los movidos por la electricidad y por las explosiones sucesivas
de explosivos, han desterrado para siempre de las alegres calles de Viena la tracción animal.
Es verdad que el efecto estético no es de mucho lo que podría esperarse con el nuevo sistema de tracción que se emplea, pero por medio de él se evitan de continuo muchas escenas de barbarie que se presenciaban con horror de cuantos sienten en su alma compasión del ajeno sufrimiento y por los pobres animales que eran los sujetos pasivos de tales escenas.
Los conductores ó cocheros no podrán ya en lo sucesivo dar muestra de sus malos sentimientos apaleando á las caballerías ni lanzaran como antes gritos soeces, que á un tiempo repugnan al idioma y á la moral. El caballo, que al decir de los naturalistas es ano de los representantes más dignos del reino animal, pues se considera su aparición sobre la Tierra anterior á la del hombre, como continúe el movimiento que se ha iniciado en favor de las máquinas motoras pasará dentro de poco á ser una curiosidad zoológica, algo así como los ejemplares de la fauna glacial que de cuando en cuando podemos admirar en las colecciones zoológicas; que son el encanto de los soldados y maritornes que acuden á los barracones de los arrabales de las grandes ciudades.
Hoy por hoy existen aun en Viena, bastantes carros y coches tirados por caballos, pero cada vez se acentúa más la afición á poseer toda clase de vehículos impulsados por motores, y de seguir así no tardará mucho en realizarse una parecida á la que estos días han presenciado los vieneses y que podrá titularse «la fiesta del último caballo,»
Es fama que fue el caballo el instrumento de guerra del hombre. Por donde principio, acabará seguramente. De aquí tres ó cuatro años, no se emplearán los caballos sino para formar en los regimientos montados y para que sobre sus lomos los jefes y oficiales del ejército dirijan á sus soldados en las funciones de guerra.
La misma afición que había hasta hace pocos años á montar caballos de buena raza. ha ido desapareciendo poco á poco, y hoy día. los representantes de la aristocracia de la sangre y del dinero, tienen a mayor gala, poseer un buen automóvil, que ande sus cincuenta y cinco kilómetros por hora, que montar un generoso corcel inteligente y noble, que reconoce al amo qué lo monta, y que algunas veces es capaz de salvar su vida avisándole los peligros que le amenazan ó sustrayéndole á su acción.
La muerte moral de los caballos, con representar un indudable adelanto. causa. sin embargo, lástima y grima á los que la presencian. Es el caballo un animal que ha prestado servicios tan grandes y confirmados al hombre, estábamos todos tan acostumbrados á servirnos de el, que al saber que está condenado á desaparecer casi en absoluto, causa verdadera tristeza y produce una impresión de indecible nostalgia.
La fiesta que le han dedicados los vieneses, ese último paseo triunfal que ha hecho por las calles de Viena, indica bien á las claras lo mucho que se lo estimaba y loa grandes servicios que había prestado.
Hágase cuanto se quiera, no se conseguirá que los nuevos vehículos, por lujosos que sean, tengan el aspecto majestuoso de los magníficos trenes que en otros tiempos pasaban al galope de sus briosos caballos por las grandes vías de Viena, y paseaban por las tardes en el Prater, causando la admiración de cuantos presenciaban su paso.

Pero como de nada sirven ante los hechos cumplidos las lamentaciones de los que siempre creen que «cualquier tiempo pasado fue mejor», limitémonos á fuer de cronistas, á registrar esa fiesta que en Viena se ha celebrado, y despidámonos de esos vehículos pegados, que al trote largo de sus cuatro caballos, circulaban por unas vías que ya no han de oír más el sonido de sus alegres cascabeles ni el chasquido del látigo inhumano con que los aurigas castigaban a los pacíficos cuadrúpedos.
Ferrug
Una circulación especial en Viena, durante la celebración del cincuenta aniversario del  museo de tranvías vienés
En el artículo, se menciona : Tiraba del tranvía un sólo caballo de esa raza peculiar de las llanuras del Danubio que tiene una alzada igual á la de los percherones franceses.

Hemos buscado qué raza podía haber tirado de aquel tranvía en su despedida, y dada la gran cantidad y variedad de razas equinas que el Imperio Austro-Húngaro generó, no es tarea fácil.
Hoy existe una raza denominada Caballo del Danubio:
El caballo del Danubio.
El caballo del Danubio, es una raza equina criada en Bulgaria; bastante moderna, pues su historia de cría se remonta a inicios del siglo XX a partir de yeguas de trabajo locales y sementales de raza Nonius. Mas tarde se introdujo sangre inglesa y árabe, lo que embelleció la raza, aunque sin abandonar los rasgos típicos del Nonius, al que se le parece, pero el Danubio es de menor altura y cabeza más fina debido a la sangre árabe.
Es un caballo de sangre caliente, de talla media (alrededor el metro cincuenta y ocho), con perfil de cabeza recto y mucho cuello, el cual suele estar demasiado desarrollado, a veces hasta desproporcionado. El tronco corporal es compacto, la grupa robusta y ligeramente caída, las extremidades firmes, de huesos anchos y las crines abundantes y espesas.
Se crían dos variedades, una de mayor talla y peso empleada como animal de tiro y enganche; y otra más ligera y noble, como animal de montura.
Suele presentar capas oscuras, sobretodo castaño morcillo y negro, las mismas que el Nonius.

Dada la modernidad de este animal, creemos que el corcel que dirigió la comitiva debió ser un Nonius, que ya era popular en aquel tiempo.

Nonius
El Nonius.
El Nonius es un caballo de sangre caliente de gran planta, musculoso y con un peso entre medio y pesado, versátil con cualidades para el enganche. Tranquilo, dispuesto, potente y de buen carácter.
Originario de Hungría se ha extendido por toda la Europa central. Esta raza data de principios del siglo XIX procediendo del cruce de un Anglo-normando con yeguas hispano-napolitanas y más tarde consolidado mediante el cruce con equinos de sangre árabe y de pura sangre inglesa.
En 1869 la raza se subdividió en dos, como en el caso del caballo del Danubio. Dicha distinción no se sigue ya con el Nonius actual, pues sólo se cría el moderno con especial disposición para el enganche.

El Nonius, tiene una cabeza expresiva con ojos tranquilos y amistosos y perfil cóncavo, su cuello es de longitud media y bien erguido, con cruz marcada, alzada de unos 165 cm., larga espalda inclinada, tronco con pecho ancho, buena profundidad de cincha, y grupa musculosa. Sus extremidades son robustas y enjutas con buenos cascos. De capa sobre todo castaña, castaños oscuros y negros.



2 comentarios:

  1. Hola amics.
    Aquestas díes vaig molt amunt i avall i tinc poc temps d´entrar en els blogs.
    Pero encare que amb una mica de retard vos llegeixo aquest Post.
    M´aprecio molt el vostre blog.

    Quina elegancia tenen els cavalls i que nobles son.
    Com sempre un reportatge molt complert.
    Sabeu a mi m´agrada pujar en els tranvies.
    Vos envio una abraçada i desitjo que la vostra germana hagi millorat, Montserrat.

    ResponderEliminar
  2. No et preocupis, no et posarem falta a la llesta.
    De tota manera sempre estem molt contentes de rebre el teu comentari, i quan no hi es el trobem a faltar encara que reconec que amb la quantitat de3 seguidors i comentaris que tens no sabem d'on treus temps per seguir-nos hi a sobre fer-nos comentaris, deu ésser cosa de la divina providència, en fin ens dones molta enveja.
    Moltes gracies novament per els bons desitjos per la meva germana, aquest dies semble que hi comencem a veure una millora, si hi segueix així ho publicarem per fer-ho conèixer als seus amics.
    Que s'ho mereixen.
    Una forta abraçada des de el Garraf
    rails i ferradures

    ResponderEliminar